Esa costumbre de dialogar
El D¨ªa Mundial de la Diversidad Cultural para el Di¨¢logo y el Desarrollo nos da la oportunidad de reflexionar sobre su importancia para abordar los retos globales, medioambientales, econ¨®micos y sociales, y sobre todo para la paz, tan amenazada
El 21 de mayo, celebramos el D¨ªa Mundial de la Diversidad Cultural para el Di¨¢logo y el Desarrollo, conmemoraci¨®n proclamada en una resoluci¨®n de Naciones Unidas, que form¨® parte de un debate en el que se renov¨® la propia noci¨®n de desarrollo. En su primer informe (1990), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hab¨ªa avanzado un concepto no centrado en el crecimiento econ¨®mico, sino en crear las oportunidades ¡°para que los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa¡±. Esas oportunidades incluyen ¡°la libertad pol¨ªtica, econ¨®mica y social, la posibilidad de ser creativo y productivo, respetarse a s¨ª mismo y disfrutar de la garant¨ªa de derechos humanos¡±.
Esta renovaci¨®n conceptual se alimentaba de los influyentes an¨¢lisis de Amartya Sen, que parten de la idea de que la cultura es central en el desarrollo y de que los procesos culturales no son inherentemente buenos o malos; tampoco est¨¢ticos. Por el contrario, pueden estar en la base de la desigualdad y la exclusi¨®n y, al mismo tiempo, pueden ser fuente de profundas transformaciones sociales y econ¨®micas gracias a su incidencia en las aspiraciones y en la acci¨®n colectiva. Sen rechaza la idea de un determinismo cultural que condena a algunos grupos a la pobreza y plantea cuestiones claves como el equilibrio entre globalizaci¨®n e identidad cultural.
Efectivamente, la cultura no es solo algo m¨¢s que un objeto de las pol¨ªticas culturales o un impulsor de las relaciones entre estados, sino que expresa los valores e ideales con los que una comunidad se identifica y va creando su presente y su futuro.
La Convenci¨®n sobre la Protecci¨®n y Promoci¨®n de la Diversidad de las Expresiones Culturales, promulgada en 2005, se centra principalmente en las manifestaciones culturales producidas por artistas y profesionales de este ¨¢mbito. Sin embargo, en el informe publicado 10 a?os despu¨¦s, Invertir en diversidad cultural y en el di¨¢logo intercultural, Unesco reconoce la necesidad de actualizar este enfoque para orientarse a las personas y a las comunidades al abordar la sostenibilidad de su desarrollo, y no tanto en la preservaci¨®n de los bienes y productos culturales. ¡°Nuestro tema es la diversidad cultural y no los suced¨¢neos a los que a veces se la reduce¡±, se afirma en el documento.
Por eso, el D¨ªa Mundial de la Diversidad Cultural para el Di¨¢logo y el Desarrollo nos da la oportunidad de reflexionar sobre la importancia del di¨¢logo intercultural, la diversidad y la inclusi¨®n, para abordar los retos globales, medioambientales, econ¨®micos y sociales. Y, sobre todo, para la consecuci¨®n de la paz, tan amenazada actualmente.
El an¨¢lisis de factores como las migraciones, el cambio clim¨¢tico o el aumento de los conflictos, no puede obviar los componentes ideol¨®gicos, ¨¦tnicos o religiosos
La AECID ha elaborado la Gu¨ªa para la transversalizaci¨®n de la diversidad cultural, con la que intenta contribuir a esa reflexi¨®n y ofrecer herramientas pr¨¢cticas para canalizar un enfoque de diversidad cultural en los programas y proyectos de desarrollo.
Como cualquier proceso social, gestionar la diversidad cultural entra?a una gran complejidad; supone gestionar el di¨¢logo entre diversos referentes culturales para una convivencia en paz, basada en el respeto y valoraci¨®n de las miradas de quien es diferente. Adem¨¢s, el an¨¢lisis de factores como las migraciones, el cambio clim¨¢tico o el aumento de los conflictos no puede obviar los componentes ideol¨®gicos, ¨¦tnicos o religiosos. Supone tambi¨¦n repensar el modelo de desarrollo y el marco de la cooperaci¨®n internacional. El principal desaf¨ªo, como refleja la Agenda 2030, es conseguir la sostenibilidad, no solo medioambiental, sino tambi¨¦n social y cultural.
Un enfoque de diversidad cultural nos lleva a un cambio en las miradas del contexto internacional del desarrollo. Este est¨¢ estructurado sobre la base de un Norte donante frente a un Sur receptor, como si existiera un modelo universal de desarrollo y olvidando que la innovaci¨®n para la b¨²squeda de soluciones globales se alimenta de la participaci¨®n de todos.
La teor¨ªa est¨¢ muy bien. Mucho m¨¢s dif¨ªcil es ponerla en pr¨¢ctica. Severino Ngoenha, fil¨®sofo y humanista mozambique?o y una voz fundamental en la esfera africana, y Salvador Forquilha, experto en ciudadan¨ªa y gobernanza y miembro del consejo cient¨ªfico del Instituto de Estudios Sociales y Econ¨®micos (IESE) de Maputo, est¨¢n desarrollando un proyecto de di¨¢logo inter-religioso en el norte de Mozambique, que vive en los ¨²ltimos a?os una situaci¨®n de extrema violencia. Lo hacen acompa?ados por la AECID en el pa¨ªs y el Departamento de Cooperaci¨®n y Promoci¨®n Cultural de Agencia. Para empezar, han sentado alrededor de una mesa a diferentes l¨ªderes religiosos, referentes en sus respectivas comunidades, para intentar desentra?ar las causas de unos conflictos que tienen una cara visible en las divergencias religiosas.
El di¨¢logo abierto, respetuoso, implicado en la b¨²squeda de soluciones, ha llevado a reconocer causas profundas en la desigualdad, los conflictos ¨¦tnicos identitarios de car¨¢cter m¨²ltiple y, en el fondo, relaciones de poder. La conversaci¨®n entre los diferentes grupos culturales, la educaci¨®n, el respeto al diferente, la visibilizaci¨®n de la diversidad en los medios de comunicaci¨®n, conforman el modelo que proponen, en especial dirigido a la infancia y la juventud. El refuerzo de la identidad cultural, de la que tanto hablamos, debe ir siempre acompa?ada del respeto a la diversidad cultural, como un valor de la comunidad y un camino hacia la paz. Como se?alan los doctores Ngoenha y Forquilha, se trata de crear la costumbre de dialogar.
Hemos acompa?ado tambi¨¦n procesos en Colombia para el conocimiento y reconocimiento de las desigualdades, las violencias y las violaciones de los derechos humanos. En los pasos para alcanzar comunidades en paz, los archivos y museos comunitarios est¨¢n sirviendo para canalizar la recuperaci¨®n de la memoria, preservar y dar visibilidad a documentos orales, visuales y escritos, reflejo de esa diversidad vinculada a los derechos humanos; archivos, museos y bibliotecas se est¨¢n convirtiendo en lugares de encuentro para la paz.
Quiz¨¢ la conclusi¨®n respecto a la diversidad cultural sea pensar en que las aportaciones de todos los referentes har¨¢n posible originar procesos de desarrollo respetuosos y culturalmente sostenibles; atentos a las diversas narrativas basadas en nuevas formas de mirar al otro, sin convertir esos referentes culturales en estereotipos que paralizan a las comunidades impidiendo su propia evoluci¨®n cultural.
Ya lo dec¨ªa Cervantes en las Novelas Ejemplares: ¡°El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos¡±.
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