Los conocimientos ancestrales son parte de las respuestas ante las crisis actuales
Si bien las comunidades ind¨ªgenas han pasado del exterminio y desprecio al reconocimiento de su valor, a¨²n hace falta que de verdad se tenga en cuenta lo que sus enormes saberes pueden aportar a la sociedad
Cada 9 de agosto los Pueblos Ind¨ªgenas del mundo conmemoran su d¨ªa internacional reconocido por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. Aunque los datos estad¨ªsticos no son precisos y tienden al subregistro, en el mundo viven alrededor de 500 millones de personas que pertenecen a algunos de los cinco mil pueblos ind¨ªgenas que existen en el planeta.
En Am¨¦rica Latina y el Caribe existen 826 pueblos ind¨ªgenas, entre los cuales m¨¢s de 100 son transfronterizos, ya que habitan en al menos dos pa¨ªses y un n¨²mero mayor de pueblos en aislamiento voluntario, casi todos en la Amazonia. Cerca de 60 millones de ind¨ªgenas habitan la regi¨®n y son hablantes de unas 550 lenguas, la mayor parte de ellas en riesgo de extinci¨®n por diversas causas.
En esta fecha es bueno recordar que a partir del a?o 1989, cuando se adopt¨® el Convenio Internacional del Trabajo 169, seguido luego por la Declaraci¨®n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind¨ªgenas de 2007, y la Declaraci¨®n americana sobre la misma materia, en 2016, las comunidades originarias han logrado avanzar notablemente en el reconocimiento de su calidad de sujetos de derechos individuales y colectivos.
En el ¨¢mbito regional, la creaci¨®n del Fondo para el Desarrollo para los Pueblos Ind¨ªgenas de Am¨¦rica Latina y el Caribe, que este a?o 2022 cumple sus primeros 30 a?os de vida, es sin duda un avance notable, entre otras razones, por el car¨¢cter paritario, con participaci¨®n equitativa de delegaciones nativas y gubernamentales en todos sus espacios de toma de decisiones.
Adem¨¢s, no puede dejar de mencionarse que estos cambios tan positivos en el plano internacional han sido acompa?ados dentro de varios pa¨ªses por reformas constitucionales, legales e institucionales que han implicado un salto cualitativo en relaci¨®n con la situaci¨®n existente algunas d¨¦cadas atr¨¢s.
En t¨¦rminos hist¨®ricos se ha logrado pasar de la l¨®gica del exterminio, el sometimiento, el desprecio y la negaci¨®n, al reconocimiento de que las sociedades son multiculturales y que las diversas culturas deben ser respetadas integralmente, avanzando hacia la construcci¨®n de sociedades interculturales con relaciones equitativas entres sus integrantes.
Sin embargo, estos reconocimientos, todos ellos producto de las luchas a lo largo y ancho del planeta, no han logrado cambiar la realidad concreta de las personas y comunidades ind¨ªgenas. En t¨¦rminos generales, est¨¢n muy lejos de ser consideradas de manera prioritaria por la gran mayor¨ªa de los Estados, viven en condiciones de pobreza y tampoco logran los ¨ªndices de participaci¨®n social y pol¨ªtica previstos por las normas internacionales mencionadas.
Es tambi¨¦n necesario profundizar un cambio cultural global que valore en sus justos t¨¦rminos las enormes riquezas y potencialidades de los pueblos ind¨ªgenas quienes, durante centurias, han conformado un bagaje de conocimientos sostenidos en pr¨¢cticas concretas que son de enorme utilidad para el conjunto de la sociedad.
Las comunidades ind¨ªgenas a¨²n est¨¢n muy lejos de ser consideradas de manera prioritaria por la gran mayor¨ªa de los Estados
En el mundo actual, donde nos enfrentamos a crisis superpuestas a consecuencia de un desarrollo social y productivo excluyente, generador de desigualdades y agresor de la naturaleza, los conocimientos tradicionales de las comunidades ancestrales deben ser vistos como parte esencial de las respuestas a los grandes desaf¨ªos del presente. Y en especial los saberes de las mujeres, pues ellas son celosas guardianas y trasmisoras de los mismos.
Necesitamos que la construcci¨®n y mantenimiento de la paz est¨¦ en el centro de la agenda pol¨ªtica global. No debemos resignarnos a contemplar muerte y destrucci¨®n sin intentar evitarlo, sabiendo, adem¨¢s, que las consecuencias de la guerra terminan golpeando a los m¨¢s vulnerables tarde o temprano, sin importar d¨®nde se encuentren.
Se trata de lograr acuerdos que permitan que cada cultura que convive en la tierra aporte lo mejor que tiene para torcer el rumbo actual. De ah¨ª que el Foro Permanente para las Cuestiones Ind¨ªgenas propusiera, en sus sesiones del a?o 2021, un nuevo contrato social.
Se trata de poner en marcha un amplio di¨¢logo intercultural, una interacci¨®n equitativa y horizontal entre las culturas que conviven en el continente, sus expresiones y formas de ver el mundo, incluyendo sinergias entre las innovaciones cient¨ªficas y los conocimientos tradicionales propios de los pueblos ind¨ªgenas como herramientas necesarias para entender la realidad y actuar sobre ella.
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