El impacto en la salud del confinamiento en Barcelona, Viena y Estocolmo
Un estudio analiza c¨®mo las medidas de emergencia, m¨¢s o menos restrictivas, afectaron a la salud de la poblaci¨®n en estas tres ciudades y aporta datos valiosos para dise?ar mejores pol¨ªticas de planificaci¨®n urbana frente a futuras crisis
Uno de los efectos positivos de la pandemia fue la reducci¨®n de los niveles de contaminaci¨®n del aire y el ruido en las ciudades, con datos ins¨®litos hasta la fecha. Otro efecto fue una reducci¨®n dr¨¢stica de la actividad f¨ªsica y el acceso a espacios verdes. Las consecuencias de estos cambios para la salud de las personas variaron en funci¨®n de la rigidez de las medidas de confinamiento de cada lugar y del contexto local. Ello proporcion¨® datos muy valiosos sobre c¨®mo las medidas de emergencia afectaron a la salud de la poblaci¨®n.
Recientemente, un estudio publicado en Environmental Pollution, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha tratado de analizar qu¨¦ lecciones se pueden extraer de estos efectos para ayudar a que las ciudades dise?en mejores pol¨ªticas de planificaci¨®n urbana y las preparen a enfrentarse a futuras emergencias.
El equipo de investigaci¨®n seleccion¨® tres ciudades europeas con distintos grados de medidas de confinamiento: Barcelona, donde se decret¨® un confinamiento estricto; Estocolmo, donde las medidas fueron mucho m¨¢s laxas y sujetas a la responsabilidad y el sentido com¨²n individuales; y Viena, que cont¨® con unas medidas intermedias.
Para cada una de las tres ciudades, recopilaron datos relativos a contaminaci¨®n del aire, ruido y actividad f¨ªsica de tres momentos distintos en el tiempo: antes de la pandemia, durante el confinamiento m¨¢s estricto y en el per¨ªodo de desconfinamiento posterior. El estudio calcul¨® las diferencias entre estos niveles y se compararon con datos de los sistemas de salud. Se contrastaron, por un lado, con el n¨²mero de diagn¨®sticos anuales de infartos de miocardio, ictus, depresi¨®n y ansiedad. Por el otro, se estim¨® lo que podr¨ªa haberse evitado si los cambios en la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, el ruido, la actividad f¨ªsica y las visitas a espacios verdes se hubieran prolongado durante un a?o.
La primera conclusi¨®n obvia fue que la ciudad con confinamiento m¨¢s estricto (entre las tres analizadas, Barcelona) fue tambi¨¦n la que registr¨® el mayor descenso de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, ruido, actividad f¨ªsica y visitas a espacios verdes. Concretamente, durante el primer confinamiento, las concentraciones de di¨®xido de nitr¨®geno (NO2) cayeron un 50% de media, los niveles de ruido diarios se redujeron en 5 decibelios (dB A) y la actividad f¨ªsica se redujo en un 95% (en Viena, por ejemplo, el NO2 cay¨® un 22% y actividad f¨ªsica decreci¨® un 76%; y en Estocolmo el NO2 baj¨® solamente un 9% y la actividad f¨ªsica un 42%).
Lo m¨¢s interesante del estudio fue simular el impacto que las medidas de confinamiento habr¨ªan tenido en caso de haberse extendido durante todo un a?o. Se estima que en tal caso la reducci¨®n en las concentraciones de NO2, en Barcelona se habr¨ªan podido prevenir un 5% los infartos de miocardio, un 6% los ictus y un 11% los diagn¨®sticos de depresi¨®n. En Viena, los descensos ser¨ªan del 1% para ictus e infartos de miocardio y del 2% para los casos de depresi¨®n; y en Estocolmo ¨²nicamente se observar¨ªa la prevenci¨®n del 1% de los diagn¨®sticos de depresi¨®n. Algo parecido sucede con la contaminaci¨®n ac¨²stica.
La falta de actividad f¨ªsica y exposici¨®n a espacios verdes prolongados durante un a?o en Barcelona se habr¨ªa traducido en un incremento del 10% en los ictus e infartos
Sin embargo, tal y como resume Sarah Koch, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, el balance es negativo: ¡°Pese a las diferencias observadas en las tres ciudades, hay un patr¨®n que se repite y es que los beneficios de salud que derivar¨ªan de la mejora de la calidad del aire y del ruido no lograr¨ªan compensar los efectos profundamente negativos de la ca¨ªda en los niveles de actividad f¨ªsica¡±.
La falta de actividad f¨ªsica y exposici¨®n a espacios verdes prolongados durante un a?o en Barcelona se habr¨ªa traducido en un incremento del 10% en los ictus e infartos de miocardio y en aumentos respectivos del 8% y 12% en los diagn¨®sticos de depresi¨®n y ansiedad.
Algo parecido sucede en Viena: la reducci¨®n de la actividad f¨ªsica habr¨ªa podido conducir a un aumento del 5% de ictus y a un aumento del 4% y 7% en los diagn¨®sticos de depresi¨®n y ansiedad, respectivamente.
El estudio pone en evidencia que la actividad f¨ªsica y el acceso a espacios verdes prolongados son los factores con mayor impacto sobre la salud. Asimismo, concluye enfatizando la necesidad de reconsiderar la transformaci¨®n de las ciudades y replantear las pol¨ªticas p¨²blicas para redise?ar el espacio urbano.
¡°Se requieren nuevos modelos urbanos acordes a nuestra situaci¨®n actual¡±, comenta Mark Nieuwenhuijsen, director del programa de Contaminaci¨®n atmosf¨¦rica y entorno urbano de ISGlobal. ¡°Estos modelos han de tener en com¨²n el objetivo de reducir el uso del transporte motorizado privado y aumentar el transporte p¨²blico y activo, que implica, sobre todo, caminar e ir en bicicleta¡±.
El estudio constata que estos cambios de modelo urban¨ªstico, que pueden pasar por las superillas de Barcelona o la ciudad de 15 minutos de Par¨ªs, son los m¨¢s efectivos a la hora de reducir la contaminaci¨®n del aire, el ruido y los efectos de isla de calor (aumento de temperatura en ciudades debido a los materiales absorbentes de calor en la construcci¨®n y la actividad humana). Asimismo, facilitan aumentar la actividad f¨ªsica y generan un acceso m¨¢s directo a espacios verdes. Como resultado, promueven y mejoran la salud humana.
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