Jim¨¦nez respalda al 'Gobierno' de Bengasi como representante leg¨ªtimo de los libios

La jefa de la diplomacia espa?ola, Trinidad Jim¨¦nez, ha expresado hoy en Bengasi su respaldo al Consejo Nacional de Transici¨®n (CNT), al que ha calificado como ¡°el representante leg¨ªtimo del pueblo libio¡±. El vicepresidente y responsable de relaciones exteriores del Gobierno rebelde, Ali Esaui, le ha agradecido su reconocimiento como ¡°¨²nico representante leg¨ªtimo del pueblo libio¡±.

Aunque Esaui se ha esforzado por restar importancia a esta diferencia, no se trata solo de un matiz. Espa?a tiene un enviado especial en Bengasi, el diplom¨¢tico Jos¨¦ Riera, pero no es formalmente su embajador en Libia; este papel sigue correspondiendo a Luis Garc¨ªa Cerezo, aunque no haya vuelto a Tr¨ªpoli desde que evacu¨® la Embajada espa?ola el pasado 3 de marzo. Por su parte, el embajador de Gadafi en Espa?a sigue en Madrid y no hay intenci¨®n de expulsarlo mientras mantenga un perfil discreto. Este encaje de bolillos, que se complic¨® a¨²n m¨¢s durante la detenci¨®n del fot¨®grafo espa?ol Manu Brabo por las fuerzas gadafistas, no responde a un recelo hacia el CNT, sino al deseo de no sentar precedentes. Lo que Espa?a espera es que Gadafi abandone cuanto antes el poder y Riera pueda trasladarse a Tr¨ªpoli ya como embajador ante las nuevas autoridades.

Mientras tanto, los rebeldes necesitan apoyo de todo tipo para mantener una guerra estancada a 200 kil¨®metros de Bengasi desde hace casi dos meses, pese al apoyo que suponen los bombardeos de la OTAN. Jim¨¦nez ha prometido al presidente del CNT, Mustaf¨¢ Abdeljalil, y su hom¨®logo Esaui que Espa?a buscar¨¢ f¨®rmulas que permitan desbloquear parte de los fondos de Gadafi congelados en bancos europeos. Jim¨¦nez apoyar¨¢ ma?ana esta demanda en la reuni¨®n que el Grupo de Contacto que agrupa a los m¨¢s de 20 pa¨ªses coaligados contra Gadafi mantiene en Abu Dhabi, como ya lo hizo en la anterior cita en Roma (Italia), pero hasta ahora no ha liberado un solo euro. Fuentes diplom¨¢ticas admiten que hay serios inconvenientes legales para ello. Una cosa es reconocer al CNT como ¡°el leg¨ªtimo representante del pueblo libio¡± y otra atribuirle los bienes propiedad del r¨¦gimen de Tr¨ªpoli.

En el frente militar, el Gobierno ha decidido pedir al Congreso una pr¨®rroga indefinida para la participaci¨®n espa?ola en la misi¨®n de la OTAN, que expira a final de mes, teniendo en cuenta que la propia Alianza la ha ampliado hasta final de septiembre. Espa?a mantendr¨¢ los mismos medios que ya aporta (cuatro cazabombarderos F-18, dos aviones cisterna, un avi¨®n de patrulla mar¨ªtima, una fragata y un submarino; en total, 500 militares) y, sobre todo, las mismas misiones (zona de exclusi¨®n a¨¦rea y embargo naval). Pese a las presiones de la OTAN, Espa?a se niega a que sus aviones ataquen objetivos terrestres, los ¨²nicos que pueden debilitar a las fuerzas de Gadafi.

Donde Espa?a s¨ª puede sacar pecho es en la ayuda humanitaria. Fue el primer pa¨ªs que hizo llegar un cargamento hasta Bengasi y ha abierto un pasillo desde El Cairo en colaboraci¨®n con la Uni¨®n M¨¦dica ?rabe. Hasta ahora ha enviado m¨¢s de 40 toneladas de material sanitario, medicamentos, mantas y alimentos infantiles y ha contribuido con 4,8 millones de euros, a los que sumar¨¢ otro mill¨®n, seg¨²n ha anunciado Jim¨¦nez en Bengasi. Una cifra que convierte a Espa?a en el quinto donante europeo en ayuda humanitaria, aunque est¨¢ muy lejos de los 43 millones que ha costado hasta ahora su contribuci¨®n militar.

La ministra no ocultaba ayer su prop¨®sito de que Espa?a juegue un papel en la futura reconstrucci¨®n de Libia, donde empresas espa?olas de construcci¨®n e hidrocarburos consiguieron hacerse un hueco en los ¨²ltimos a?os. La delegaci¨®n se trajo consigo banderas espa?olas pero, para su sorpresa, los rebeldes libios no carecen de ellas. Ayer engalanaban la plaza de los juzgados de Bengasi, rebautizada como plaza de los M¨¢rtires, aunque no tanto como las de Italia o el Reino Unido, cuyos ministros de Exteriores se adelantaron a la delegaci¨®n espa?ola a la hora de buscar el favor del Gobierno rebelde.