De hoy para ma?ana
La idea y la din¨¢mica del cambio ya est¨¢n en marcha en los pa¨ªses ¨¢rabes, en Espa?a y en M¨¦xico
Hay a?os que rompen la continuidad hist¨®rica, a?os clave en los que los acontecimientos parecen confabularse para significar. En 1810, los dominios espa?oles de las Am¨¦ricas se sublevan del Virreinato de la Nueva Espa?a al del R¨ªo de la Plata. De Buenos Aires a Dolores y Caracas, dirigentes como Hidalgo, Bol¨ªvar, O¡¯Higgins y San Mart¨ªn libraron la gran guerra continental contra el dominio espa?ol: 1810 fue el a?o decisivo.
Como lo fue 1848 para la revoluci¨®n europea que se manifest¨® de Francia a Alemania, Italia y el Imperio Austro-h¨²ngaro. Segundo acto de la Revoluci¨®n Francesa de 1779, la de 1848. Ferrocarriles, luz de gas, tel¨¦grafo, maquinaria industrial: el progreso genera su propio descontento, los excluidos quieren ser incluidos. Los excluidos del voto no eran solo campesinos y obreros sino burgueses, profesionales, gente de negocios a cuyas demandas pol¨ªticas Guizot, primer ministro, contest¨®: ¡°Hazte rico, luego votas¡±. Es decir: la revoluci¨®n de 1779 hab¨ªa tra¨ªdo gran progreso material y hab¨ªa excluido a quienes, en gran medida, hab¨ªan hecho tanto la revoluci¨®n como el progreso.
En Austria-Hungr¨ªa, el emperador Fernando se opon¨ªa a las ¡°m¨¢quinas¡± porque cre¨ªa en las virtudes del ¡°sudor¡± y prohibi¨® las locomotoras en su territorio. La burgues¨ªa nueva quer¨ªa hacer dinero, quer¨ªa comunicaciones, quer¨ªa comercio. Y los obreros exig¨ªan sindicatos. Pero fueron los estudiantes de la Universidad de Viena quienes tomaron la iniciativa revolucionaria. Lograron reducir a 10 horas la jornada de trabajo. La prensa fue declarada libre. El Gobierno cedi¨® y admiti¨® la elecci¨®n de una Asamblea Constitucional.
En Italia, a¨²n dividida, en 1848 se ganaron constituciones liberales, de Sicilia y Saboya al Piamonte. Pero los movimientos fueron, al cabo, aplastados por la fuerza del Imperio Austro-h¨²ngaro y por la primac¨ªa de la lucha por la unidad de la Pen¨ªnsula.
Dicho lo anterior, 1848 leg¨® una pol¨ªtica liberal y una voluntad democr¨¢tica. El triunfo de las monarqu¨ªas contra la sociedad fue ef¨ªmero si consideramos que lo que ped¨ªan en 1848 estudiantes, empresarios, obreros y campesinos fue lo que, al cabo, domin¨® como ley de la sociedad civil europea.
El de 1968 fue otro a?o de convulsi¨®n revolucionaria. Del Mayo parisiense a la Primavera de Praga y el sangriento octubre mexicano (sin olvidar a Berkeley y Tokio), las sociedades plantearon demandas de democracia y libertad. Se ha hablado de derrota de esos movimientos. No lo creo. El Mayo parisiense aisl¨® al Partido Comunista del proyecto social democr¨¢tico, renov¨® al anquilosado Partido Socialista de Guy Mollet y le dio 14 a?os de poder con Fran?ois Mitterrand. La Primavera de Praga desenmascar¨® al imperialismo sovi¨¦tico en Europa central, abri¨® la puerta a la Polonia sindicalista de Lech Walesa y al cabo a la democracia en Checoslovaquia, Hungr¨ªa, Ruman¨ªa, Bulgaria y la propia URSS de Gorbachov. En tanto que, en M¨¦xico, la brutal represi¨®n de D¨ªaz Ordaz desacredit¨® al Partido Revolucionario Institucional, tolerado en gran medida porque daba desarrollo aunque sin democracia. En el 68, dio muerte y perdi¨® legitimidad. Los Gobiernos siguientes intentaron, sin ¨¦xito, restaurarla. El poder pas¨® a la oposici¨®n de derecha en 2000. Lo m¨¢s que puede decirse de los dos Gobiernos panistas es que en 1970 hubiesen sido excelentes. Pero en 2011 son insuficientes.
La marcha de 100.000 ciudadanos a M¨¦xico DF y la que llega, 2.000 kil¨®metros m¨¢s lejos, a Ciudad Ju¨¢rez, es un gigantesco ¡°basta¡± tanto a la criminalidad como a la respuesta del Gobierno. El movimiento ciudadano en M¨¦xico le plantea problemas al partido en el poder, Acci¨®n Nacional, al partido despedido del poder, el PRI, y ciertamente, a la izquierda mexicana. El Gobierno tiene un problema doble de: 1) negociar con Washington un asunto que concierne a los dos pa¨ªses: las pandillas son mexicanas, el origen de las armas y el destino de las drogas, son de Estados Unidos; y 2) mantenerse en el poder en 2012.
Ya hablaremos de estos asuntos largamente. Afectan al PAN y al PRI, pero sobre todo a una izquierda unida de palabra, desunida de hecho e incapaz de ganar una elecci¨®n sin el concurso de la sociedad civil. La misma que march¨® de Cuernavaca a M¨¦xico y de M¨¦xico a Ciudad Ju¨¢rez. Muchas cosas la identifican. Sobre todo, su perfil social de clase media centrista. Faltan campesinos. Faltan obreros. Lo claro es que la clase media es la que se ha movilizado.
En Espa?a, son los j¨®venes y los estudiantes quienes ocupan la Puerta del Sol y exigen pol¨ªticas que los partidos no ofrecen. ?Qu¨¦ pol¨ªticas? Nada menos que las de una sociedad posindustrial, tecnol¨®gica y movida por Facebook y Twitter.
De ambos lados del Mediterr¨¢neo, se perfila una nueva sociedad protagonizada, del Atl¨¢ntico al mar Rojo y de Siria a Yemen y Bahr¨¦in, por una generaci¨®n de j¨®venes desconocida antes de aparecer y portadora de una idea tan propia como la de la Revoluci¨®n Mexicana de 1910-1940: crear instituciones, sociedades, formas de vida que correspondan a la cultura local y sepan contribuir a la cultura internacional.
Esbozo apenas los cambios en curso. Quiero asociarlos a cambios del pasado que comparten con los actuales un tiempo muy ce?ido. Reconozco los fracasos o dificultades de la independencia hispanoamericana a partir de 1810. De la democracia y la sociedad civil en Europa a partir de 1848. De los brotes de renovaci¨®n en 1968. Tambi¨¦n los movimientos actuales sufrir¨¢n derrotas, retrasos, desviaciones. Lo importante es que la idea y la din¨¢mica del cambio ya est¨¢ plantada y en marcha. Ser¨¢ dif¨ªcil volver atr¨¢s. Abramos los ojos. Hoy sucede para ma?ana.
Carlos Fuentes es escritor.
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