Espa?a apela la sentencia sobre Otegi ante la Gran Sala de Estrasburgo
La Abogac¨ªa del Estado pide un pronunciamiento sobre las responsabilidades de los pol¨ªticos en un contexto de violencia
La Abogac¨ªa del Estado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, ha solicitado elevar a la Gran Sala del Tribunal, integrada por 17 jueces, el caso de Arnaldo Otegi contra Espa?a, en el que el Tribunal declar¨® la violaci¨®n del art¨ªculo 10 del Convenio y conden¨® al Estado Espa?ol a indemnizar al l¨ªder de Batasuna, con 20.000 euros por vulnerar su libertad de expresi¨®n. El TEDH consider¨® ¡°desproporcionada la condena de un a?o de prisi¨®n --que Otegi no cumpli¨®-- por llamar al Rey ¡°jefe de los torturadores¡±.
Seg¨²n la sentencia de Estrasburgo, Otegi se expres¨® en su calidad de portavoz de un grupo parlamentario y en una cuesti¨®n de inter¨¦s para el Pa¨ªs Vasco cual era el recibimiento que el lehendakari hab¨ªa deparado al Rey en su visita oficial al Pa¨ªs Vasco del 26 de febrero de 2003. Poco antes se hab¨ªa cerrado el diario Egunkaria y sus responsables hab¨ªan sido detenidos y denunciaron malos tratos. El Tribunal europeo admiti¨® que las expresiones de Otegi, en s¨ª mismas, pueden ser consideradas como un lenguaje "provocador" y "hostil" hacia la instituci¨®n de la monarqu¨ªa, pero concluy¨® que exhortaban al uso de la violencia, ni se trat¨® de un "discurso de odio".
El Tribunal tambi¨¦n declar¨® que la protecci¨®n que el C¨®digo Penal da a la figura del Jefe del Estado, superior a la de otras personas y que se sanciona m¨¢s gravemente, no es, en principio, conforme con el Convenio europeo. La Corte lleg¨® a la conclusi¨®n de que Otegi no dirigi¨® un ataque personal gratuito contra la persona del Rey, ni cuestion¨® su vida privada u honor persona, sino que cuestion¨® ¨²nicamente la responsabilidad personal del Rey en tanto que jefe y s¨ªmbolo de las fuerzas que, seg¨²n ¨¦l, hab¨ªan torturado a los responsables del diario Egunkaria.
La Abogac¨ªa del Estado, que dirige el abogado general Joaqu¨ªn de Fuentes Bardaj¨ª, entiende que el caso Otegi plantea importantes cuestiones que afectan a la interpretaci¨®n del Convenio Europeo, cual es la libertad de expresi¨®n y su ejercicio por representantes electos. En particular, si en los discursos de un representante electo el ¨²nico l¨ªmite a la libertad de expresi¨®n es la incitaci¨®n al odio y la violencia o si debe exig¨ªrseles el respeto a la reputaci¨®n de terceros.
La defensa del Estado recuerda que la Corte ha declarado en la sentencia Leroy contra Francia que cualquiera que se prevale se su libertad de expresi¨®n asume, seg¨²n los t¨¦rminos del art¨ªculo 10.2 del Convenio, sus ¡°deberes y responsabilidades¡±.
La Abogac¨ªa se?ala que los jueces del cao Otegi solo hacen referencia a la incitaci¨®n a la violencia y al odio, pero no a las responsabilidades de los pol¨ªticos en un contexto de violencia. Por eso, recuerda que Otegi fue l¨ªder de Batasuna, organizaci¨®n declarada ilegal unos meses despu¨¦s de los hechos por sus v¨ªnculos con el terrorismo. Y tambi¨¦n recuerda que el Rey fue objetivo de los terroristas.
El escrito concluye pidiendo el env¨ªo del caso Otegi a la Gran Sala del Tribunal para que examine, como cuestiones que afectan la interpretaci¨®n del Convenio Europeo de Derechos Humanos, las consecuencias del ejercicio de la libertad de expresi¨®n por representantes electos, en relaci¨®n con la reputaci¨®n de terceros; los deberes y responsabilidades de los pol¨ªticos cuando ejercen su libertad de expresi¨®n en un contexto de violencia; y la protecci¨®n , a trav¨¦s del C¨®digo Penal, frente a la difamaci¨®n a las instituciones, y al Jefe del Estado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.