El Supremo rechaza la construcci¨®n de la biblioteca de Sevilla en El Prado
El alto tribunal rechaza una de las propuestas emblem¨¢ticas del mandato de Monteseir¨ªn porque ¡°las zonas verdes nacen para hacer habitable y respirable la calle"
El Tribunal Supremo ha confirmado la decisi¨®n del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA) de no construir la biblioteca universitaria de Sevilla en el Parque del Prado de San Sebasti¨¢n, un proyecto de la arquitecta iraqu¨ª Zaha Hadid y que lleva ya consumidos m¨¢s de cuatro millones de euros, por no estar justificada su situaci¨®n en una zona verde. La obra fue uno de los proyectos estrella del ya ex alcalde Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn y de la Universidad Hispalense, que nunca previ¨® esta resoluci¨®n. La iniciativa judicial contra la biblioteca corri¨® a cargo de los vecinos.
El TSJA ech¨® por tierra el proyecto del Ayuntamiento y la Universidad de Sevilla para compartir el uso verde y el educativo con la Biblioteca Central Universitaria en El Prado, protegido por el PGOU de 1987 por ser el ¨²nico reducto verde junto al casco hist¨®rico. Seg¨²n el Tribunal de Andaluc¨ªa, la biblioteca no favorec¨ªa los intereses generales de la ciudad sino que ¡°los debilita, en un claro retroceso para favorecer intereses educativos universitarios que no pueden primar sobre los generales¡±.
¡°El parque p¨²blico se justifica por s¨ª mismo¡±, a?ad¨ªa la sentencia del tribunal andaluz, mientras que la biblioteca ¡°atenta frontalmente contra la racionalidad y coherencia el desarrollo urban¨ªstico¡±.
Ahora, el Supremo ha confirmado esa resoluci¨®n, tras reconocer que en ¡°la amplia libertad de elecci¨®n el planificador urban¨ªstico¡±, es decir, en su discrecionalidad, est¨¢ proscrita la arbitrariedad.
El Supremo explica que las zonas verdes han tenido siempre un r¨¦gimen jur¨ªdico propio y peculiar, que introduc¨ªa una serie de garant¨ªas tendentes al mantenimiento e intangibilidad de esas zonas, impidiendo ¡°que fueran borradas del dibujo urban¨ªstico de la ciudad¡± .
El alto tribunal agrega que el cambio de calificaci¨®n de los terrenos de El Prado a equipamiento educativo ¡°no se ajusta a los contornos propios en los que ha de moverse una decisi¨®n discrecional ni dicha decisi¨®n ha sido debidamente justificada¡±.
¡°La elecci¨®n de emplazamiento de un atractivo edifico en el centro de la ciudad de Sevilla, donde albergar una nueva biblioteca, es lo propio de la discrecionalidad. Ahora bien, cuando se trata de hacer desaparecer en todo o en parte una zona verde, ¡°han de expresarse las razones por las que la biblioteca no puede ser construida en otros terrenos para cumplir la misma finalidad de permitir el uso cualificado por el entorno universitario¡±.
El Supremo no comparte la sentencia del TSJA cuando parece prohibir cualquier alteraci¨®n en la calificaci¨®n de una zona verde. Pero la libertad del planificador queda limitada en los casos en que se advierta ¡°una potente presencia de los intereses generales que demanden la reducci¨®n de la zona verde, lo que no es el caso¡±.
¡°T¨¦ngase en cuenta¡±, adoctrina el Supremo, ¡°que la protecci¨®n de las zonas verdes, fundamentalmente cuando se encuentran en el centro de las ciudades, como es el caso, nacen de la funci¨®n que cumplen para hacer habitable y respirable la calle , para incrementar las posibilidades del entorno y para aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.¡±
Aunque el Supremo concluye que el examen de los intereses de la comunidad universitaria y el de los ciudadanos ¡°no tiene por qu¨¦ ser contrapuesto¡±, a?ade que ¡°esa no es la cuesti¨®n¡±, toda vez que lo que impide tal fusi¨®n de intereses es la realizaci¨®n de una construcci¨®n sobre zona verde que priva de tal uso, en esa parte, a unos y otros¡±.
Situaci¨®n conflictiva
Antonio Ram¨ªrez de Arellano, vicerrector de Infraestructura de la Hispalense, se?al¨® hace seis meses que, si el Supremo daba la raz¨®n al TSJA, como ha ocurrido, "el PGOU tendr¨ªa una situaci¨®n conflictiva y nos sentar¨ªamos a hablar con el Ayuntamiento para ver qu¨¦ hacemos con el proyecto".
Ram¨ªrez afirmaba que no se pod¨ªa hablar de p¨¦rdidas cuando confiaba en que la obras fueran finalmente autorizadas, pero admit¨ªa que la empresa constructora, Ferrovial, podr¨ªa reclamar entre tres y seis millones de euros, al igual que la arquitecta Zaha Hadid. La inversi¨®n hasta la fecha ha sido de cuatro millones y de unos 100.000 euros anuales en vigilancia y mantenimiento.
El Ayuntamiento de S¨¢nchez Monteseir¨ªn defendi¨® que la biblioteca respond¨ªa a los intereses generales mientras que su paralizaci¨®n era fruto de "leg¨ªtimos intereses particulares de los vecinos de la zona". Por el contrario, el actual alcalde, Juan Ignacio Zoido, rechaz¨® desde la oposici¨®n durante el anterior mandato la ubicaci¨®n, aunque no el proyecto, y vaticin¨® que el Supremo anular¨ªa el proyecto.
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