La Administraci¨®n para la ciudadan¨ªa del siglo XXI
La secretaria de Estado de Funci¨®n P¨²blica defiende la modernizaci¨®n de la administraci¨®n y c¨®mo la espa?ola ya se ha apretado el cintur¨®n para llegar en 2012 a un ahorro global de 15.000 millones de euros
Hoy, 23 de junio, se conmemora el D¨ªa de las Naciones Unidas para Administraci¨®n P¨²blica, una ocasi¨®n id¨®nea para hacer una reflexi¨®n sobre su presente y su futuro.
No resulta f¨¢cil articular argumentos comunes para hablar de las tres administraciones que conforman la estructura del Estado Espa?ol, y, aunque parte de mi reflexi¨®n puede tambi¨¦n aplicarse a las administraciones auton¨®mica y local, me centrar¨¦ en la Administraci¨®n General del Estado, por ser ¨¦ste el ¨¢mbito que me compete directamente como Secretaria de Estado para la Funci¨®n P¨²blica.
De manera m¨¢s frecuente que ocasional se escuchan an¨¢lisis sustentados sobre la teor¨ªa de que contamos con una Administraci¨®n sobredimensionada en n¨²mero de efectivos, cuyo funcionamiento requiere de un gasto excesivo sin que ello se traduzca en un nivel equivalente de racionalizaci¨®n y eficiencia.
Hay quien predica el fin del Estado del bienestar y cree necesario que la Administraci¨®n se reduzca en cometidos y en empleados. Para quienes defendemos el Estado social desde una perspectiva socialdem¨®crata, este debate resulta inc¨®modo. Lo es porque el Estado se ha debido apretar el cintur¨®n presupuestario en un mundo salvajemente competitivo para no ser devorado por los poderosos e incontrolados -por ahora- mercados financieros.
Hoy, 23 de junio, se conmemora el D¨ªa de las Naciones Unidas para Administraci¨®n P¨²blica
No podemos enga?arnos; en el mundo y en Espa?a se han producido muchos cambios en poco tiempo que no permiten las mismas salidas que en las d¨¦cadas de los 80 y los 90. Deben ofrecerse nuevas respuestas, entre otras, sobre la forma de concebir una Administraci¨®n renovada sin renunciar a su capacidad de garantizar los derechos de los que hoy disfruta la ciudadan¨ªa.
Y aunque no son sencillas, creo sinceramente que existen f¨®rmulas de futuro para una Administraci¨®n sostenible y capaz de garantizar las prestaciones del Estado del bienestar. Pasan por una Administraci¨®n realmente eficiente y eficaz, que saque m¨¢s partido a cada euro de presupuesto para continuar con avances sociales y prestar cada vez mejores servicios.
Con esa finalidad, este Gobierno est¨¢ acometiendo una reforma en profundidad de la Administraci¨®n. Es seguramente un trabajo poco conocido pero tiene resultados apreciables. Las reformas para la Administraci¨®n p¨²blica del siglo XXI van a buen ritmo y constituyen una revoluci¨®n silenciosa, que ya est¨¢ haciendo posible la prestaci¨®n de servicios p¨²blicos de mayor calidad, con medios necesariamente limitados.
La Administraci¨®n p¨²blica est¨¢ para ayudar, sobre todo, a quienes m¨¢s lo necesitan?
Si, por ejemplo, observamos la evoluci¨®n de las magnitudes de expedientes tramitados en la Agencia Tributaria o la Seguridad Social, apreciaremos aumentos de millones en los ¨²ltimos a?os y escasas variaciones del n¨²mero de empleados p¨²blicos; al mismo tiempo, se han reducido los plazos de resoluci¨®n y los usuarios valoran mejor el servicio que reciben. Es decir, se ha mejorado la calidad y la eficiencia. Desde luego, me acabo de referir a dos entidades punteras en gesti¨®n cuyas estructuras llevan a?os impulsando la implantaci¨®n de la administraci¨®n electr¨®nica, pero tambi¨¦n en el resto de la Administraci¨®n estatal se est¨¢ produciendo el mismo fen¨®meno.
Efectivamente, ya se han realizado muchas e importantes reformas transversales: incorporando nuevas tecnolog¨ªas, simplificando procedimientos y eliminando burocracia innecesaria con excelentes resultados en t¨¦rminos de ahorro econ¨®mico. S¨®lo con la reducci¨®n de cargas administrativas aplicadas desde 2008 y con los 20 servicios electr¨®nicos m¨¢s utilizados, los ciudadanos y empresas acumulan un ahorro de 9.700 millones de euros, el 1% del PIB. En 2012 tenemos previsto llegar a un ahorro global de 15.000 millones de euros.
En s¨ªntesis, podr¨ªa decir que el modelo hacia el que hemos dirigido nuestro esfuerzo y el que estamos construyendo es el de una Administraci¨®n p¨²blica m¨¢s robusta, m¨¢s eficiente y m¨¢s transparente.
La Administraci¨®n ha de ser robusta porque de nada sirven programas pol¨ªticos con magn¨ªficas ideas sin una estructura que pueda llevarlos a la realidad. Sin medios desaparecer¨ªa la capacidad de garantizar la seguridad ciudadana, de proteger a los desempleados, de atender la salud o de sostener a las Universidades.
La Administraci¨®n ha de ser m¨¢s eficiente. Debe detraer fondos mediante un sistema impositivo realmente progresivo y gastarlos con criterios de m¨¢xima austeridad, con una gesti¨®n organizativa que aproveche al m¨¢ximo las nuevas tecnolog¨ªas, que prescinda de burocracia superflua y que maximice los potenciales de su capital humano.
La Administraci¨®n ha de ser m¨¢s transparente. Es algo cada vez m¨¢s demandado por la ciudadan¨ªa, que exige explicaciones y quiere conocer todo lo que le concierne en la gesti¨®n concreta de su Gobierno, porque la mejor manera de que todos estemos seguros de que no hay nada que esconder es exponerlo a la luz. A buen seguro deben cambiarse culturas para facilitar el acceso p¨²blico a la informaci¨®n.
?C¨®mo es la Administraci¨®n de hoy?. M¨¢s robusta, m¨¢s eficiente y m¨¢s transparente que hace siete a?os, sin duda. Mi opini¨®n es que debemos continuar decididamente en ese camino, profundizar en las reformas necesarias para seguir mejorando servicios p¨²blicos y para que la ciudadan¨ªa pueda conocerlos y valorarlos. S¨®lo de esta manera seremos capaces de recuperar la merecida consideraci¨®n de lo p¨²blico como un sistema de gesti¨®n positivo y digno de confianza.
Como dec¨ªa, creo que es posible transmitir a los ciudadanos que hay transformaciones tangibles altamente positivas, que nos hemos propuesto hacer una Administraci¨®n p¨²blica m¨¢s eficiente para el Siglo XXI y que lo estamos consiguiendo.
He comentado los buenos resultados conseguidos con la reducci¨®n de la burocracia innecesaria y el desarrollo de la Administraci¨®n electr¨®nica, aspecto este ¨²ltimo que nos ha permitido dar un gran salto, situ¨¢ndonos como el noveno pa¨ªs m¨¢s avanzado del mundo y el quinto en la Uni¨®n Europea. Ya hay 23 millones de ciudadanos espa?oles con DNI electr¨®nico, una de las llaves para generalizar transacciones seguras por Internet. En la actualidad, el 99 por ciento de los tr¨¢mites se pueden realizar ya de forma no presencial.
Para completar esta bater¨ªa de reformas en la funci¨®n p¨²blica, se ha creado recientemente el Observatorio del Empleo P¨²blico, que est¨¢ estudiando el adecuado dimensionamiento de las plantillas en los distintos departamentos; al tiempo, se est¨¢n incorporando nuevas din¨¢micas de gran relevancia como la evaluaci¨®n del desempe?o. Hay que seguir en estos caminos positivos y, en su momento, abordar una regulaci¨®n que, a mi juicio, deber¨ªa conjugar tres elementos: la seguridad en el empleo, una formaci¨®n continuada que revierta en un mejor servicio y un sistema de motivaci¨®n dentro de una carrera profesional atractiva y vers¨¢til. Defiendo, adem¨¢s, que esta regulaci¨®n se articule a trav¨¦s del di¨¢logo con los sindicatos y sectores profesionales y desde el consenso pol¨ªtico.
El hecho de que la dimensi¨®n y la eficacia de la AGE sean puestos frecuentemente en tela de juicio por algunos, hace un flaco favor al colectivo de los empleados p¨²blicos. No es responsable decir que tenemos demasiados funcionarios y que la mayor¨ªa de ellos no se implican como deber¨ªan en su trabajo. En primer lugar, porque ese argumento est¨¢ alejado de la realidad; el volumen de empleo p¨²blico en nuestro pa¨ªs est¨¢ en la media de la UE. Y en segundo t¨¦rmino, porque contamos con empleados p¨²blicos profesionalizados y responsables, con gran vocaci¨®n de servicio p¨²blico. Es precisamente su labor la que hace posible que los ciudadanos podamos beneficiarnos de derechos tan esenciales como la sanidad o la educaci¨®n, por poner solo dos ejemplos.
Porque empleados p¨²blicos son los profesores que forman a nuestros hijos en la Escuela, en el Instituto y en la Universidad. Empleados p¨²blicos son los m¨¦dicos que nos atienden cuando lo necesitamos, o los polic¨ªas y guardias civiles que velan a diario por nuestra seguridad. Empleados p¨²blicos son las personas que, tras acontecimientos como el reciente terremoto de Lorca, no escatimaron esfuerzos para ayudar a la poblaci¨®n afectada.
Y termino esta reflexi¨®n recordando al conjunto de la sociedad que ha sufrido otros "efectos s¨ªsmicos": los de la crisis. Me gustar¨ªa transmitirles un mensaje parecido, que la Administraci¨®n p¨²blica est¨¢ para ayudar, sobre todo, a quienes m¨¢s lo necesitan, y de cara al futuro debe ser vista no como un problema sino como parte importante de la soluci¨®n.
?Consuelo Rum¨ª es secretaria de Estado para la Funci¨®n P¨²blica.
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