G¨¹rtel y Brugal dejan sin Gobierno a los imputados
Camps y Castedo son los ¨²nicos pol¨ªticos del PP valenciano bajo sospecha que regir¨¢n dinero p¨²blico
La corrupci¨®n cala. Las alegr¨ªas de los imputados e implicados en los casos G¨¹rtel y Brugal han durado lo mismo que unas vacaciones escolares. Poco m¨¢s de dos meses despu¨¦s de que el presidente del PP valenciano, Francisco Camps, decidiera incluir en las listas auton¨®micas al grueso de ambas tramas, con el benepl¨¢cito de la direcci¨®n nacional, las expectativas han quedado reducidas a ¡°diputado raso¡±. Todos, o muchos de ellos, pensaron que traspasar el primer gran obst¨¢culo de aparecer en una candidatura electoral, cuando el triunfo electoral del PP era evidente, era garant¨ªa de repetir o entrar en un Gobierno aut¨®nomo que iba a estar liderado por otro imputado, un igual, jur¨ªdicamente hablando. Sin embargo, no ha sido as¨ª.
Pese a las graves acusaciones de cohecho, financiaci¨®n irregular y delito fiscal, entre otras, las urnas avalaron estas candidaturas otorgando a los populares valencianos una nueva mayor¨ªa absoluta que, en cualquier caso, se obtuvo con la p¨¦rdida de casi cuatro puntos respecto a las anteriores elecciones, cuando el tsunami azul a¨²n no hab¨ªa arrasado en todo el panorama espa?ol.
Pero la corrupci¨®n no es buena carta de presentaci¨®n y pesa. Y en el caso del PP valenciano ha sido como la fina lluvia, que ha ido salpicando y mojando hasta calar.
Hasta las elecciones, y desde que se destap¨® el caso G¨¹rtel y el grueso del caso Brugal, la huella y consecuencia p¨²blica de la corrupci¨®n se hab¨ªan hecho ya evidentes en el PP madrile?o. Un diputado nacional, dos auton¨®micos, un consejero y un senador, adem¨¢s de cinco alcaldes, fueron forzados a dejar sus cargos e incluso expulsados del partido. En el PP valenciano todo parec¨ªa seguir igual y, muy al contrario, todo apuntaba a que, incluso, el estar imputado contabilizaba como m¨¦rito para seguir manteniendo un cargo, para seguir siendo un administrador del dinero p¨²blico. Para no dejar solo al l¨ªder, tanto del partido como de la Administraci¨®n con los que se ha relacionado a las tramas corruptas. Pero no ha sido as¨ª.
Francisco Camps se ha deshecho de todos los imputados o implicados en casos de corrupci¨®n pol¨ªtica y los ha dejado con el aforamiento que les dispensa su condici¨®n de parlamentarios pero sin ning¨²n otro cargo. Milagrosa Mart¨ªnez, Vicente Rambla, Ricardo Costa, David Serra y Yolanda Garc¨ªa, al igual que Luis D¨ªaz Alperi, permanecer¨¢n en la bancada popular de las Cortes valencianas pero como meros espectadores de lo que decide el nuevo Gobierno. El ex presidente de la Diputaci¨®n de Alicante, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, tampoco podr¨¢ optar a la reelecci¨®n. Ninguno de ellos volver¨¢ a administrar dinero p¨²blico.
Hay dos excepciones: la del propio Camps y la de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, que fue reelegida con una abrumadora mayor¨ªa antes de que se levantara el secreto del sumario de la parte del caso Brugal en el que est¨¢ implicada y que desvela su connivencia con el m¨¢s importante constructor de Alicante, Enrique Ortiz.
Fuentes consultadas aseguran que la decisi¨®n de Camps se basa en dos premisas: la primera, la necesidad de desprenderse de la marca de corrupci¨®n con la que est¨¢ etiquetada la Comunidad Valenciana, tanto en su imagen p¨²blica como en el mismo seno del PP. ¡°Daba igual que habl¨¢ramos de los ERE de Andaluc¨ªa, en la Comunidad Valenciana siempre era m¨¢s¡±, sostiene un dirigente popular. En el caso del partido, al requisito de cambiar esa imagen se unir¨ªa la exigencia de la direcci¨®n de evitar la reedici¨®n de la avalancha de cr¨ªticas que supuso la inclusi¨®n de 11 implicados en casos de corrupci¨®n en las listas y la incomodidad del propio Mariano Rajoy por tener que respaldar esas decisiones.
La segunda intenci¨®n de Camps es distinguir su implicaci¨®n judicial de la del resto de quienes han sido sus hombres de confianza, con la idea de marcar distancias. Pese a que la trama corrupta, liderada por Francisco Correa y su ¡°amiguito del alma¡±, ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, entr¨® de su mano, tanto en el PP como en la Generalitat valenciana, el reelegido presidente pretende que las referencias a su imputaci¨®n se mantengan en el ¡°caso de los tres trajes¡± y no se pueda hablar de la c¨²pula de Camps vinculada a los otros asuntos judiciales, como el de la financiaci¨®n irregular del PP.
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