Un balance electoral y algunas ideas
La voz del pueblo es la voz de Dios y obliga a respetar los resultados electorales
El PSOE ha perdido claramente una consulta municipal y aut¨®nomica y el PP la ha ganado con toda contundencia. Las razones son claras: el PSOE como Gobierno ha tenido que cargar con todos los resultados inherentes a una seria crisis econ¨®mica y con todas las medidas impopulares para salir de ella y resolverla. Han sido en verdad muy duras y han afectado en todos los ¨¢mbitos econ¨®micos, funcionariales, sociales, etc¨¦tera. Y a todos los sectores con lo que han sufrido todos ellos, a la vez, los m¨¢s modestos en mayor raz¨®n por su debilidad y por su inferior capacidad de resistencia. Adem¨¢s, errores de bulto del presidente y de ministros, medidas err¨®neas y promesas no cumplidas hicieron el resto.
Todos los Gobiernos de Europa y Estados Unidos, otros progresistas y desarrollados de cualquier parte del mundo han sufrido el mismo desgaste. Incluso el Gobierno del PSOE he tenido si cabe un desgaste mayor, por su mayor arraigo y mayor continuidad al servicio de los espa?oles. Nada de eso explica un rechazo tan tajante y tan universal que ha mordido dos millones del tradicional electorado socialista, y donde el PP ha aumentado poco y ganado, sin mejora apreciable de votos, con casi solo los votos perdidos del propio Partido Socialista.
El fen¨®meno de la ocupaci¨®n de las plazas desde la Puerta del Sol a otros lugares de Espa?a era justa por los colectivos que congregaba, por las protestas, por el paro, por los salarios de miseria y por las odiosas comparaciones con altos directivos de las grandes empresas privadas. Pero, si salimos de lo justificado del diagn¨®stico, empiezan las discrepancias. No se puede consentir la falta de respeto y afirmaciones como ¡°El PSOE y el PP la misma mierda es¡±, y los ataques indiscriminados a los empresarios y financieros que no son aceptables en un pa¨ªs serio. Que un banquero como Emilio Bot¨ªn est¨¦ en la boca de esas personas, con insultos y descalificaciones, con los miles de becas que proporciona por estudios de todo tipo para los espa?oles y los extranjeros, y las m¨²ltiples ayudas a las universidades, sin pedir ninguna prestaci¨®n a cambio, son hechos poco explicables. Es lamentable que a la salida en Zaragoza de una reuni¨®n de Universia, que es el ¨¢mbito de esas ayudas, unos j¨®venes muy mal educados saludasen con insultos a los asistentes.
Un grupito se dirigi¨® a m¨ª, increp¨¢ndome como fascista y explotador de los pobres, lo que me produjo gran tristeza y no menor sorpresa. Igual valoraci¨®n se puede hacer de la agresi¨®n al alcalde Ruiz-Gallard¨®n y a su familia, o a los intentos de secuestro del Parlamento de Catalu?a. El movimiento pac¨ªfico ha dejado de serlo o al menos se confunde con elementos violentos y radicales en su seno, con lo que ya no goza ni de presunci¨®n de inocencia ni de pureza democr¨¢tica. Al final, hay verdades democr¨¢ticas que no se pueden obviar, suprimir o sustituir, especialmente el principio de las mayor¨ªas o el respeto a los resultados electorales y a todos los electos, sean del partido que sean. Solo desde esas premisas cabe la legitimidad que no existe en el asamble¨ªsmo difuso. Como su buena fe est¨¢ acreditada, espero que sean de utilidad, si respetan esas reglas imprescindibles en democracia.
Volviendo a los resultados de las elecciones, la voz del pueblo es la voz de Dios y obliga a respetar los resultados, aunque siempre es posible un comentario cr¨ªtico sobre el caso. Parece que al menos a primera vista no ha funcionado la memoria hist¨®rica, y que los grandes progresos, durante la Rep¨²blica y el restablecimiento de la democracia en 1976 y de la Constituci¨®n en 1978, impulsados siempre desde la izquierda y con el PSOE como motor principal, no se han considerado ni siquiera. Parece que es una valoraci¨®n escasa y poco justa. Es decir, que los valores y los principios morales han sido subordinados a los de coyuntura econ¨®mica y de oportunidad, y que los m¨¢s propios de la derecha han aplastado a los valores progresistas y de izquierda. Los intereses se han impuesto a los principios y muchos sectores modestos han votado al PP como si tener un piso en propiedad les hubiera cambiado de clase social. Son los milagros de la enso?aci¨®n y los peligros de la fiebre y de la calentura colectiva.
Por su parte, el PP ni se inmuta, ¡°impasible el adem¨¢n¡±, ¡°con el car¨¢cter militar de nuestro estilo¡±. Desde la superficialidad que es un an¨¢lisis solo de los intereses, desde las finanzas y embaucando a muchas personas de derechas que tienen de verdad principios, dirigen la operaci¨®n gobernando Ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas.
Los grandes atentados urban¨ªsticos, los cohechos, que suponen a Camps y otros m¨¢s votos como premio a la corrupci¨®n, son un fen¨®meno inexplicable desde el punto de vista moral y jur¨ªdico. Son tan c¨®mplices esos votos, aunque ellos fingen como si no fuera con ellos. Los votantes son no solo un insulto para la inteligencia y para la raz¨®n, y aunque esos votantes se sientan personas decentes son en alg¨²n sentido participantes en los desmanes de Camps y de los dem¨¢s. Son mayor¨ªas absolutas viciadas, que desacreditan a nuestra democracia. Es el mundo al rev¨¦s. Es un castigo poco razonable.
Un caso paradigm¨¢tico y que conozco bien es el del Ayuntamiento de Alcorc¨®n y de Enrique Cascallana, que ha perdido por mayor¨ªa absoluta ante un candidato que no conoce la ciudad, que acababa de trasladarse a una urbanizaci¨®n de lujo, que es lo mejor de Alcorc¨®n, como estaba acostumbrado en sus anteriores residencias en la Sierra Norte de Madrid. ?Es razonable esta mayor¨ªa absoluta? ?Tiene fundamento? ?Lo tiene la acogida de la Comunidad de Madrid a una gran persona y un gran socialista como Tom¨¢s G¨®mez con una valoraci¨®n muy inferior a la que merece? No puede ser comparado a do?a Esperanza Aguirre, que es una mujer poco formada y cada vez m¨¢s arbitraria. Gentes de izquierdas modestos y con poco seso dir¨¢n que algo tendr¨¢, y con esto les basta para votar a una se?ora que nos va a llevar a la ruina, y si no al tiempo.
A?oro el Madrid de la Rep¨²blica de Aza?a, de Largo Caballero, de Besteiro y de Negr¨ªn, y el de Tierno, de Barranco, de Leguina y de los dem¨¢s, de aquellos felices a?os.
Espero que pronto volver¨¢n lo que representaban y que el conjuro que nos ha lanzado do?a Esperanza se disipe pronto y todos volvamos a nuestro ser real. Rubalcaba puede ser el remedio y tendr¨¢ que derribar muchos obst¨¢culos institucionales, ministros in¨²tiles e incompetentes y pedirle al presidente que no se quede hasta el ¨²ltimo momento. El Gobierno saliente debe acabar sus d¨ªas presidido por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Luego de nuevo a esperar el diagn¨®stico de las urnas, que sea cual sea siempre acierta.
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid.
El Gobierno saliente debe acabar sus d¨ªas presidido por P¨¦rez Rubalcaba
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