Zapatero y Rajoy se enfrentan a la griega en su ¨²ltimo debate de la naci¨®n
El presidente del Gobierno comparar¨¢ al PP con la oposici¨®n griega por su falta de apoyo El l¨ªder del PP rematar¨¢ la idea de fin de ciclo del Ejecutivo
Si todo circula seg¨²n lo previsto, el ¨²ltimo debate del estado de la naci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ser¨¢ realmente extra?o. Primero, porque por primera vez en la historia de estos debates, lo protagonizar¨¢ un candidato que ya ha anunciado que no se presentar¨¢ y tiene un sucesor nombrado, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a¨²n no hab¨ªa nombrado a Mariano Rajoy ¡ªy a¨²n se especulaba con que podr¨ªa seguir otros cuatro a?os¡ª cuando protagoniz¨® su ¨²ltimo debate en 2003. Y segundo, porque los dos protagonistas tratar¨¢n de concentrar el eje del debate, que suele producirse en las r¨¦plicas, en el otro, y no en s¨ª mismos. El debate se produce horas antes de que el Parlamento griego vote el nuevo plan de ajuste.
Zapatero, como todo el PSOE, est¨¢ especialmente indignado con la actitud del PP con las reformas econ¨®micas con un gran coste pol¨ªtico que est¨¢ llevando adelante el presidente del Gobierno. Esta estrategia arranc¨® con el gran recorte de mayo de 2010, que estuvo a punto de no salir porque el PP vot¨® en contra, pasando por la reforma laboral, que los populares rechazaron, aunque se limitaron a abstenerse, siguiendo por la ¨²ltima reforma del sistema financiero, que tampoco tuvo el apoyo del PP, hasta llegar a las dos ¨²ltimas en una sola semana: la negociaci¨®n colectiva y la reforma de pensiones, que han salido adelante gracias al apoyo o abstenci¨®n de CiU. En ambos casos porque el PP ha votado no, poniendo en riesgo su aprobaci¨®n.
Zapatero aprovechar¨¢ el debate mano a mano con Rajoy para recriminarle esta actitud, que los socialistas comparan con lo que hizo la oposici¨®n de la derecha portuguesa, y que condujo al pa¨ªs a unas elecciones anticipadas y a una situaci¨®n financiera cada vez peor y un plan de rescate europeo con condiciones a¨²n m¨¢s duras de las previstas. Pero sobre todo le comparar¨¢ con lo que est¨¢ haciendo estos d¨ªas la oposici¨®n griega. Su l¨ªder, Antonis Samar¨¢s (Nueva Democracia) no se ha dejado convencer por todos sus socios del Partido Popular Europeo en Bruselas ¡ªRajoy no asisti¨® por un resfriado¡ª y ha decidido rechazar los planes de recortes del Gobierno socialista griego impuestos por Bruselas, lo que pone en peligro su aprobaci¨®n.
Salvando todas las distancias, la situaci¨®n en Espa?a tiene similitudes. La prima de riesgo llegar¨¢ disparada al debate ¡ªayer el diferencial con el bono alem¨¢n lleg¨® a superar los 300 puntos¡ª, mientras el PP rechaza todas las reformas impopulares del Gobierno, y con su voto negativo. La semana pasada, por ejemplo, su no puso en riesgo la aprobaci¨®n de la reforma de los convenios colectivos. Ayer mismo, rechaz¨® la de las pensiones.
Rajoy parece estar decidido a mantener hasta el final una estrategia que se ha demostrado muy eficaz?
El PP, que hace unos meses insist¨ªa en que la reforma era necesaria, y negoci¨® la mayor¨ªa de los puntos en el Pacto de Toledo, vot¨® ayer en contra porque la reforma que eleva la jubilaci¨®n a los 67 a?os ¡°reduce las pensiones de los espa?oles¡±, una idea que defendi¨® tambi¨¦n Gaspar Llamazares (IU). El PP vota en contra as¨ª de una reforma que muy probablemente tendr¨¢ que aplicar Rajoy dentro de unos meses si gana las elecciones, que viene orientada desde Bruselas, y que dif¨ªcilmente derogar¨¢ cuando est¨¦ en La Moncloa.
El presidente aprovechar¨¢ este debate para tratar de destacar esa actitud del PP, aunque las encuestas no parecen detectar que esta renuncia al menos a abstenerse con reformas de calado est¨¦ teniendo ning¨²n coste pol¨ªtico para Rajoy. Y mientras, el l¨ªder del PP, que s¨ª se presenta a las elecciones y tiene m¨¢s que perder que Zapatero, preparaba ayer con Pedro Arriola, como es habitual, los ¨²ltimos retoques al que pretende ser un discurso importante que muestre su confianza en el pa¨ªs y su promesa de que cuando llegue el PP sabr¨¢ c¨®mo resolver la crisis econ¨®mica. Eso s¨ª, sin propuestas arriesgadas.
Rajoy parece estar decidido a mantener hasta el final una estrategia que se ha demostrado muy eficaz, y que le ha supuesto un ¨¦xito arrollador en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas y municipales. Consiste en mantener un perfil bajo, no entrar a ninguna pol¨¦mica, no llamar demasiado la atenci¨®n con propuestas arriesgadas y dejar que el foco siga en Zapatero y el Gobierno, que asume as¨ª todo el coste de la crisis y del desempleo.
La estrategia de Rajoy de votar en contra de las grandes reformas de Zapatero tambi¨¦n sufrir¨¢ cr¨ªticas?
El l¨ªder de los populares no desaprovechar¨¢, en cualquier caso, la ocasi¨®n para rematar una imagen que el PP cree ya muy instalada en la sociedad espa?ola: la de que ha llegado el fin del ciclo del PSOE. Los populares dan por hecha la victoria, y el ¨²nico debate interno ahora es si alcanzaran o no la mayor¨ªa absoluta. El PP cree que esto ¨²ltimo depende de cu¨¢n grande sea la desafecci¨®n del electorado del PSOE hacia su presidente y sobre todo hacia su gesti¨®n, de la que la oposici¨®n har¨¢ corresponsable a su sucesor, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
Rajoy ha decidido obviar a Rubalcaba mientras pueda, para no darle dimensi¨®n, aunque todos sus portavoces y segundos niveles se concentran en atacar sin freno al vicepresidente para ir deteriorando su imagen, algo que seg¨²n las encuestas ya est¨¢n empezando a conseguir, aunque solo unas d¨¦cimas de momento.
La idea del fin de ciclo ya la explot¨® Rajoy en el debate del a?o pasado, cuando por primera vez y con toda claridad reclam¨® elecciones anticipadas. En ning¨²n caso el l¨ªder del PP se plantea una moci¨®n de censura que colocar¨ªa todo el foco en su proyecto y su programa. Este a?o es previsible que vuelva a pedir elecciones, suele hacerlo de vez en cuando sin mucho ¨¦nfasis, pero con la idea de fondo que mantiene la petici¨®n de hace un a?o.
?Rajoy aprovechar¨¢ hoy con toda probabilidad para explotar una maxima muy extendida en el hemiciclo: la de que Zapatero no aguanta la hemeroteca. El l¨ªder del PP suele lanzar alguna frase recogida en el diario de sesiones de las m¨²ltiples promesas incumplidas de Zapatero en estos siete a?os o de las muestras de su optimismo que, vistas ahora, se vuelven contra ¨¦l. El equipo del l¨ªder del PP suele preparar varias de estas ¡°trampas¡± analizando los debates de a?os anteriores. El presidente tambi¨¦n suele analizar debates pasados para preparar su intervenci¨®n y sobre todo las r¨¦plicas, momento clave del debate.
Zapatero recibir¨¢, como es habitual, cr¨ªticas de todos los grupos, ya que ¨¦l mismo decidi¨® en 2008 no firmar ning¨²n pacto estable y que su investidura llegara en segunda vuelta solo con los votos del PSOE. Sin embargo, la estrategia de Rajoy de votar en contra de las grandes reformas de Zapatero tambi¨¦n sufrir¨¢ algunas cr¨ªticas. El l¨ªder del PP ya se coloca como el pr¨®ximo presidente, y recibir¨¢ hoy por primera vez a una especie de oposici¨®n a la oposici¨®n. Tanto CiU como PNV, los nacionalistas que han salvado al Ejecutivo de derrotas parlamentarias y han asumido el coste de aprobar o dejar pasar medidas impopulares, tendr¨¢n reproches para Zapatero pero tambi¨¦n para Rajoy. Si el PNV no hubiera salvado al Gobierno, se?alar¨¢ Josu Erkoreka, por ejemplo, Espa?a estar¨ªa como Portugal, esto es, rescatada y con planes de recortes a¨²n m¨¢s duros.
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