Abrazos
Result¨® estimulante que en el debate Duran i Lleida y Zapatero reivindicaran su oficio
La pol¨ªtica guarda similitudes con la f¨®rmula 1, aunque el debate sobre el estado de la naci¨®n no atraiga ni tantos televidentes ni tantos patrocinios publicitarios. La publicidad atrapa a las personas relevantes que generan una simpat¨ªa. En esto los deportistas viven una edad de oro. Son populares, j¨®venes, atl¨¦ticos y adem¨¢s transmiten sensaciones indoloras, incoloras y transparentes, sin atisbos ideol¨®gicos ni perfiles problem¨¢ticos. Puede que muchos de ellos no sean ideales para mantener una conversaci¨®n sobre la fenomenolog¨ªa de Hegel, pero para vender chicles, refrescos y ofertas bancarias hoy son imbatibles.
Por eso result¨® estimulante que Duran i Lleida y Zapatero se permitieran un par¨¦ntesis para reivindicar su oficio, para abrazar la defensa de la Pol¨ªtica, as¨ª con may¨²sculas, seg¨²n dijeron en el debate. En esta pol¨ªtica acelerada para un mundo acelerado, la f¨®rmula 1 tambi¨¦n nos ense?a que el piloto es importante, pero el coche es definitivo. Es posible que Zapatero conduzca un b¨®lido que precisa entrada en talleres, para una revisi¨®n profunda, mucho m¨¢s que un mero cambio de piloto, como creen algunos de sus socios. Tambi¨¦n es evidente que Rajoy est¨¢ subido a un b¨®lido que lo lleva primero a la meta sin que sepamos a ciencia cierta si tan siquiera conoce todos los botones que el tablero de mando pone a su alcance. Por si acaso no ha ense?ado a¨²n su hoja de ruta, no sea que eso le comprometa.
La pol¨ªtica no disfruta de un circuito dise?ado para el lucimiento, sino de un lodazal sembrado de baches. Por eso la gente reclama pilotos con reflejos mucho m¨¢s que milagros. Pero si alguien necesita una imagen, mejor que mil palabras, para representar la urgencia de la pol¨ªtica por revalorizarse, no tiene m¨¢s que revisar la foto del presidente Camps felicitando a Alonso por su segundo puesto en el GP de Valencia. Ese abrazo se define en lenguaje corporal como el abrazo posesivo, donde uno se apodera del otro para fundirse con ¨¦l, para confundirse y ser percibidos como lo mismo. Alonso, pese al traje ign¨ªfugo, intenta conservar la distancia sanitaria. Como diciendo, he aqu¨ª un patrocinador que no mola del todo. Ese desequilibrio resume la pol¨ªtica moderna a ojos de la estima del consumidor.
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