Lamento por la burbuja inmobiliaria
El jefe del Ejecutivo centra sus explicaciones en la respuesta a la crisis
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero evit¨® ayer que su ¨²ltimo debate sobre el estado de la naci¨®n se convirtiera en el del balance de sus siete a?os de mandato. Trat¨® de que se centrara en la lucha contra la crisis y el paro, los problemas m¨¢s graves de los espa?oles, y con ello enviar el mensaje de que, aunque es un presidente en la l¨ªnea de salida, va a gobernar hasta el final. No fue un Zapatero nost¨¢lgico, aunque al final de su primera intervenci¨®n tuvo un recuerdo emocionado, un tanto improvisado, dirigido a la C¨¢mara a la que ha pertenecido 25 a?os.
Pese al duro golpe que recibi¨® en las elecciones del 22-M, el de ayer no fue un Zapatero derrotado. Quiso aclarar, desde su primera intervenci¨®n de una hora, que va a culminar las reformas pendientes que le quedan al Gobierno para afrontar la salida de la crisis y que su pretensi¨®n es acabar la legislatura el pr¨®ximo marzo.
Sin embargo, Zapatero no bas¨® su debate en nuevas propuestas. Plante¨® dos, muy pegadas al reto de la crisis y hasta previsibles: la adopci¨®n de medidas para quienes no pueden pagar la hipoteca y la fijaci¨®n de un techo de gasto para las autonom¨ªas. La primera, vinculada a una de las reivindicaciones m¨¢s punteras del 15-M, y la segunda, a las exigencias de d¨¦ficit de la Uni¨®n Europea. Y, junto a ellas, que su Gobierno no aplicar¨¢ nuevos recortes sociales. Adem¨¢s de su propia convicci¨®n, con ello trata de facilitar la candidatura de su n¨²mero dos en el Gobierno, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
Zapatero centr¨® el debate en la explicaci¨®n de las medidas que su Gabinete est¨¢ aplicando contra la crisis desde que en mayo de 2010 tuvo que tomar decisiones impopulares, como la congelaci¨®n de las pensiones y la bajada del sueldo a los empleados p¨²blicos, para evitar una intervenci¨®n de la econom¨ªa espa?ola.
A sabiendas de que las urnas castigaron su pol¨ªtica contra la crisis el 22-M, Zapatero trat¨® ayer de hacer su relato para la historia, con la firme convicci¨®n de que esta le absolver¨¢. Qued¨® claro cuando, al final de una de las r¨¦plicas al l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, expres¨® su certeza de que con la pol¨ªtica de reformas que aplica su Gobierno Espa?a lograr¨¢ corregir los excesos del pasado y hacer m¨¢s productiva su econom¨ªa. Previamente, en su discurso present¨® un relato muy hilvanado, que agrup¨® en tres tramos: pol¨ªtica de reformas, pol¨ªtica de consolidaci¨®n fiscal y, por ¨²ltimo, mantenimiento de la cohesi¨®n social.
Su discurso incluy¨® un diagn¨®stico econ¨®mico sin concesiones: la recuperaci¨®n econ¨®mica es lenta porque la demanda es muy d¨¦bil y las consecuencias de las turbulencias financieras la lastran. Sin embargo, evit¨® detenerse en una autocr¨ªtica a fondo de su gesti¨®n anterior. Casi de pasada, y en el turno de r¨¦plica a Rajoy, admiti¨® que hab¨ªa reconocido con retraso la crisis econ¨®mica y que se arrepiente de no haber pinchado antes la burbuja inmobiliaria. En el fondo piensa que su pol¨ªtica frente a la crisis econ¨®mica fue la adecuada en cada momento.
Cuando sus asesores econ¨®micos, influidos por el contexto internacional del momento, le convencieron de que iba a ser una crisis de duraci¨®n limitada a dos a?os, aplic¨® pol¨ªticas keynesianas, como el Plan E, para frenar el desempleo. Y fue en 2009, al comprobar que la crisis era de una enorme envergadura, cuando se plante¨® la pol¨ªtica de reformas estructurales que pretende culminar antes de convocar las elecciones generales.
La dura r¨¦plica de Rajoy, limitada a exigir a Zapatero el adelanto electoral ya que tras el 22-M act¨²a como si hubiera ganado La Moncloa, le permiti¨® al jefe del Ejecutivo volcar todo su argumentario contra el l¨ªder de la oposici¨®n, que resumi¨® con el calificativo de ¡°perro del hortelano¡±. Zapatero est¨¢ convencido de que, a largo plazo, el electorado acabar¨¢ pasando factura al PP por su comportamiento frente a la crisis, caracterizado por la ausencia de propuestas y de apoyo en situaciones l¨ªmite, derivadas de la crisis financiera internacional. Curiosamente, ETA y la izquierda abertzale, tema de apasionados debates anteriores, quedaron en una mera menci¨®n. Lo que muestra que la paz avanza en Euskadi.
Zapatero no quiso dejar al Movimiento 15-M fuera del debate. Ensalz¨® lo que tiene de reivindicaci¨®n de la pol¨ªtica y se mostr¨® cr¨ªtico con algunas de sus propuestas econ¨®micas. El 15-M se encuentra ante un presidente del Gobierno, ya saliente, que est¨¢ convencido de que lo que est¨¢ haciendo contra la crisis econ¨®mica podr¨¢ ser mejorable pero, en todo caso, es lo que tiene que hacer.
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