@Conrubalcaba quiere ser de izquierdas

Hay mil rubalcabas posibles. Muchos. Su capacidad de supervivencia, adem¨¢s de m¨ªtica, nos ha permitido observarle a lo largo de los a?os en responsabilidades muy diferentes. Y con estilos diversos. Hacer un retrato de Rubalcaba no es posible. No es poli¨¦drico, es otra cosa. Hoy ha ense?ado al fin su proyecto de pa¨ªs y de programa y se ha visto muy clara su intenci¨®n de escorarse en busca del electorado de izquierdas. Muy de izquierdas para lo que nos ten¨ªan acostumbrados desde el ya fat¨ªdico 9 de mayo de 2010, cuando se aprob¨® el paquete de ajustes sociales.

??Es cre¨ªble a estas alturas este Rubalcaba? Si hay alguien en la pol¨ªtica espa?ola capaz de estructurar en 70 minutos un discurso de ideas complejas con tantas novedades y con la sensaci¨®n de que a¨²n hay otras opciones posibles, ese personaje es Rubalcaba. Pero claro, un Rubalcaba que ser¨¢ distinto al que aquella terrible noche para Espa?a ejerci¨® de confesor de un Zapatero al que casi se le hunde en una sola velada el futuro del pa¨ªs ??por varias generaciones y el del PSOE para varias elecciones.

El nuevo programa del PSOE de Rubalcaba es m¨¢s de izquierdas. Quiere conectar de forma muy evidente con los m¨¢s desfavorecidos de la crisis. Lanza pullas al sistema financiero y la banca m¨¢s avariciosa. Apuesta por m¨¢s y mejor educaci¨®n y sanidad p¨²blica. Quiere fomentar un modelo de representatividad democr¨¢tico m¨¢s abierto a opiniones ajenas al establisment. Fija la austeridad p¨²blica y privada como el gran factor para ejemplificar.

El nuevo estilo Rubalcaba pretende desmarcarse de los gritos mitineros, de las voces altisonantes, de la bronca permanente, del cruce de corrupciones como fuente de supervivencia. Es m¨¢s profesoral. Es m¨¢s did¨¢ctico. Vive del argumento m¨¢s que de la frase o del titular. Este tambi¨¦n es Rubalcaba, aunque ¨²ltimamente apenas le reconoc¨ªamos en ese traje. Desde ahora, el PSOE tiene en vigor otro discurso que le gusta m¨¢s a sus cuadros, a sus bases y posiblemente a su electorado. Y tiene otro candidato, que levanta menos pasiones pero hace pensar m¨¢s. Hace pensar, por ejemplo, si este Rubalcaba tambi¨¦n es posible ahora en Espa?a. Y sobre si habr¨¢ realmente partido en la pr¨®xima campa?a.?