¡°Nada al azar. Lo ten¨ªa muy estudiado¡±
El consultor pol¨ªtico Guti¨¦rrez-Rub¨ª analiza el discurso del candidato socialista
El discurso de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en 25 mensajes cortos. El experto en comunicaci¨®n y consultor pol¨ªtico barcelon¨¦s Antoni Guti¨¦rrez-Rub¨ª ha analizado en Eskup, la red social de este peri¨®dico, el discurso del candidato socialista. A juicio del asesor, el vicepresidente, ¡°un excelente orador e interlocutor¡±, no ha dejado ¡°nada al albur¡±: ¡°Lo ten¨ªa estudiado. Mucho¡±. ?Por qu¨¦? La escenograf¨ªa, el lenguaje textual, la realizaci¨®n televisiva y la ubicaci¨®n del p¨²blico, denotan, seg¨²n el analista, las horas de trabajo detr¨¢s de la intervenci¨®n para armar ¡°casi un discurso de investidura¡±.
¡°Hoy, no se trata de un duelo en el Parlamento, de una reuni¨®n negociadora ni de un encuentro con militantes. Hoy es otra cosa. Veremos¡±, ha arrancado Guti¨¦rrez-Rub¨ª. Estaba impaciente. Minutos despu¨¦s, poco puntual ¨C¡°hay que cuidar los detalles¡±, ha criticado el analista-, Rubalcaba ha subido al escenario y ha empezado a hablar desde un atril. El experto ha destacado la posici¨®n del candidato, ¡°muy cerca de los militantes¡±. ¡°Est¨¢ solo, en el centro, rodeado de gente¡±, ha escrito. La colocaci¨®n denota que el equipo del socialista trata de ubicar al pol¨ªtico ¡°cerca de los militantes, casi toc¨¢ndolos¡± para mostrar ¡°cercan¨ªa¡±.
Rubalcaba ha puesto el texto de su discurso sobre el atril. Casi escondido, dif¨ªcil de ver a trav¨¦s de la televisi¨®n, tapado por un cartel con el nombre del ministro. Se trata, a juicio del analista, de ¡°una improvisaci¨®n estudiada¡±. ¡°Se ha visto en la primera imagen. Y se le ve pasar, a veces, alguna p¨¢gina. Pero lo tiene estudiado. Lo ha aprendido y lo ha mejorado sobre la marcha¡±, ha observado el profesor, que da clases en, entre otras, la Universidad de Navarra.
El autor del libro Filopol¨ªtica: filosof¨ªa para la pol¨ªtica ha considerado interesante que el equipo de Rubalcaba colocara una cristalera tras el candidato. As¨ª la c¨¢mara registraba en un mismo plano al pol¨ªtico, primero, a los militantes socialistas, al fondo, y a su marca, grabada en el panel: ¡°Rubalcaba. Escuchar, hacer, explicar¡±. Guti¨¦rrez-Rub¨ª cree que el ministro trataba de dejar claro ¡°de d¨®nde viene¡±, ya que si algo destaca la opini¨®n p¨²blica del todav¨ªa vicepresidente del Gobierno son sus dotes comunicativas.
Ante alrededor de mil personas, Rubalcaba iba desengranando su proyecto pol¨ªtico poco a poco, con m¨¢s de 40 interrupciones para los aplausos. ¡°Solo cuando ha fijado un titular ha levantado al auditorio¡±, ha puntualizado el analista. Las palabras del ministro iban acompa?adas de gestos. ¡°Lo ha hecho para dibujar sus palabras. Las c¨¢maras hablan cuando el candidato no lo hace¡±. ¡°El 65% de la comunicaci¨®n se produce de forma no verbal. Las palabras suponen el 35% restante¡±.
Que Rubalcaba citara al presidente por su nombre, Jos¨¦ Luis, y no por Zapatero o presidente es ¡°una clave pol¨ªtica¡± que no se le ha escapado al consultor pol¨ªtico. Tampoco su corbata, de rayas rojas y blancas, ¡°muy parecida¡± a la que llev¨® el exfutbolista Josu Urrutia el jueves, d¨ªa que gan¨® las elecciones a la presidencia del Athletic. Tras cerca de una hora, se adivinaba el final del discurso. Era uno de los momentos m¨¢s esperados. ¡°En un debate electoral, el final es clave. Veremos c¨®mo lo resuelve¡±. Y Rubalcaba lo resolvi¨®, a juicio del experto, ¡°sin referencias a la Espa?a diversa, plural¡±, con un ¡°mensaje de esperanza¡± (¡°nada est¨¢ escrito ni decidido¡±), ¡°con complicidad¡± (¡°no podr¨¦ hacerlo solo¡±) y ¡°con ambici¨®n" (¡°podemos hacerlo¡±).
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