"?Cu¨¢nto tiempo podremos parar el desahucio?"
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca logra aplazar un desahucio en Santa Coloma La familia, de Ecuador, recurre al Ayuntamiento para buscar una soluci¨®n y no quedarse sin vivienda
Con apenas un hilo de voz, Nancy, una ciudadana ecuatoriana, bajo a la calle y dio las gracias a las 150 personas que desde las 8.30 de la ma?ana y durante cuatro horas se concentraron delante de su casa, en la calle Sicilia, en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), para no dejar entrar en la finca a una comitiva judicial que ten¨ªa que ejecutar el desahucio. Los manifestantes, estudiantes, amas de casa, jubilados y viejos luchadores de izquierda, lograron su objetivo: aplazar el embargo de esta pareja con cuatro hijos, los peque?os de 12 y dos a?os, por falta de pago. ¡°Quiero dar las gracias a todas estas personas que han estado aqu¨ª ayudando en estos momentos tan duros¡±, dijo Nancy con entereza tras confirmarse la demora. Una vecina le regal¨® el brote de una planta. Y, ella ya, m¨¢s calmada, apoy¨® entonces el rostro en el hombro de Maribel, una amiga de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y llor¨® casi en silencio.
El desahucio est¨¢ por ahora parado pero el piso de la familia Villega encerraba ayer el drama de quien teme que el destino est¨¦ escrito: los muebles embalados; las estanter¨ªas vac¨ªas; los colchones en el suelo. Las paredes ya estaban desnudas: solo pend¨ªa de ellas un p¨®ster del 5-0 del Bar?a-Madrid y un par de dibujos de los ni?os. La historia de Nancy es una de las miles que afloran y que se multiplican a velocidad de v¨¦rtigo. Tras llegar a Espa?a, procedente de Guadaquil, en 1999, se instal¨® en Barcelona y en 2006 firm¨® con su marido ?ngel una hipoteca con la Caixa Catalunya. Las cosas les iban razonablemente bien: ¨¦l trabajaba como alba?il y ella como empleada de la limpieza. Pero la burbuja inmobiliaria estall¨® y el se qued¨® en el paro. ¡°Nada, nada: no he vuelto a encontrar nada m¨¢s¡±, se lamentaba ayer en su casa negando con la cabeza. Y con los 820 euros que gana ella no pueden hacer frente a los 1.600 a los que les asciende ahora la hipoteca que por los intereses no ha parado de crecer como una bola de nieve.
Desesperada por la situaci¨®n, Nancy decidi¨® a trav¨¦s de una amiga ir a la concentraci¨®n del 15-M de la plaza de Catalunya para pedir ayuda e intentar frenar el desahucio. "La gente tarda en reaccionar porque a veces tiene miedo y a nadie le gusta explicar sus problemas", explicaba Ernest, miembro de la PAH, que se?alaba que la Caixa Penedes y que Caja Madrid son las m¨¢s reacias a aplazar o negociar los deshaucios. De momento, han? frenado en Catalu?a medio centenar. Y ayer, igual que hace ya nueve meses, el colectivo se moviliz¨®. Los bancos madrugan pero ayer decenas de personas a las 8.30, al grito de "Si se puede, si se puede", ya estaban en la calle de Sicilia. ¡°?No nos mover¨¢n¡±!, se le¨ªa en una pancarta que la familia colg¨® de la ventana del comedor mientras aguardaban a los agentes judiciales. La angustiosa espera del verdugo. Protegidos por los miembros de la Plataforma, casi nadie pudo franquear la finca. Ni siquiera un empleado de una casa de fontaner¨ªa que iba a revisar una aver¨ªa y que se tom¨® los recelos de los manifestantes con buen humor. Santa Coloma, como muchos municipios del ¨¢rea metropolitana de Barcelona, est¨¢ sacudida por el paro y la calle de Nancy transpira crisis: una tienda de animales, una peluquer¨ªa y otra de ropa est¨¢n cerradas y se traspasan.
¡°?Pita, pita!¡±. Decenas de vecinos, con pancartas y enormes se?ales de prohibido el desahucio, invitaban a los conductores que circulaban por la estrecha calle a tocar la bocina y cumplir la frase escrita en un trozo de cart¨®n colgado de una farola: ¡°Pita por el derecho a una vivienda digna¡±. Y pitaron conductores de autob¨²s; de ambulancias; de gr¨²as, repartidores; motoristas y ciclistas. Solo un taxi no lo hizo y dicen que en ¨¦l iba la comitiva judicial que pas¨® de largo. Nancy estuvo las cuatro horas encerrada en su casa hasta que el juzgado confirm¨® el aplazamiento. "?Gracias a la manifestaci¨®n se ha demorado el desahucio. No se ha solucionado el problema pero se ha pospuesto", anunci¨® un portavoz meg¨¢fono en mano mientras la noticia era acogida con j¨²bilo por los concentrados. Fue entonces cuando Nancy baj¨®, dio las gracias y los manifestantes empezaron una marcha de protesta hasta la plaza del Ayuntamiento en la que no se libr¨® de sus lemas ni una entidad bancaria. Y hubo una frase que teji¨® complicidades con los ciudadanos con los que se cruzaban: ¡°No se entiende: gente sin casa; casas sin gente¡±.?
Una vez en la plaza,, medio centenar de activistas inici¨® una sentada y algunos movieron las manos en silencio haciendo el celebre e inequ¨ªvoco gesto que identifica al 15-M.?? La pareja y dos miembros de la PAH? entraron en el Ayuntamiento, gobernado por la socialista Nuria Parl¨®n, para pedir apoyo urgente: quieren que el banco acepte la daci¨®n en pago, que la familia siga en la casa en r¨¦gimen de alquiler social o que el Consistorio les ayude a encontrar una nueva vivienda. La familia ya hab¨ªa llamado a la puerta del Ayuntamiento y sin ¨¦xito: estuvieron a punto de alquilar un piso pero les faltaban 1.000 euros para el dep¨®sito y no lograron esos recursos. Nancy estaba aliviada y agradecida pero su sonrisa, antes de cruzar el umbral municipal no pod¨ªa disimular tristeza.? "Claro que estoy contenta pero ?Cu¨¢nto tiempo podremos parar el desahucio?", se preguntaba pesimista. Pero, esta noche, de momento, han dormido en su casa.
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