De la boda de un hijo al desahucio
Un pensionista fue a pedir 6.000 euros para casar a su hijo y sali¨® con una deuda de 600.000 La Plataforma de Afectados por la Hipoteca fren¨® el desalojo y el caso est¨¢ ahora en el juzgado
Enrique Amaya Flores, de 58 a?os, un pensionista gitano, analfabeto funcional -¡°Apenas se leer y escribir¡±- no olvidar¨¢ en la vida el d¨ªa de 2007 en que decidi¨® pedir dinero para poder pagar la boda de su hijo, a quien urg¨ªa casar en cumplimiento de las normas de convivencia de su etnia. Amaya quer¨ªa hacer el festejo en un bar del barrio de Sant Roc, en Badalona, y calcul¨® que necesitaba unos 6.000 euros. Pero su salario no llegaba a 600 euros y todos los bancos le denegaron el cr¨¦dito hasta que dio, a trav¨¦s de un amigo suyo, con una sociedad de gesti¨®n de Barcelona que le plante¨®, cuenta, una carambola: hacer nuevas hipotecas sobre su piso (valorado en 104.000 euros) y el de su hijo y comprar un tercero para as¨ª acceder al pr¨¦stamo. El resultado fue catastr¨®fico: no pudo afrontar las letras, que ascendieron en global a 585.000 euros, y el juzgado orden¨® en junio el embargo de su vivienda pero un centenar de miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) impidieron que le echaran de casa.
¡°Yo firm¨¦ muchos, muchos papeles en el despacho del notario. Mi hijo no lo ve¨ªa claro y mi mujer lleg¨® a salir del despacho del notario pero yo les convenc¨ª¡±, cuenta ahora Enrique arrepentido de haber aceptado aqu¨¦lla operaci¨®n. "Cuando me la propusieron, yo no paraba de repetir: ?Pero c¨®mo voy a pagar todo eso? ?C¨®mo voy a pagar todo eso?". Su caso lo est¨¢ llevando el abogado de oficio Joan Boix y est¨¢ en el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 16 de Barcelona, que estudia si admitir o no a tr¨¢mite una querella contra el responsable de una oficina de Caja Madrid, Antonio Garc¨ªa Moruno, que no atendi¨® la llamada de este diario, y la de Antonio Losa Gil, gerente de la firma Bancgestion, que asegura que ¨¦l solo intent¨® ayudar a la familia Amaya. Losa dice que lo de la boda no es verdad y que Amaya le fue a ver para que le prestara 30.000 euros porque ten¨ªa deudas. Y que la ¨²nica forma viable que vio era vender los dos pisos que ten¨ªa -eso si: bajo hipoteca- y comprar un tercero porque quer¨ªan vivir 9 o 10 miembros de la familia, todos juntos. ¡°Con el sobrante de las ventas podr¨ªa haber pagado las deudas pero se hizo atr¨¢s, no quiso vender y me retir¨® las llaves¡±, se?ala.
Lasa no sab¨ªa que el caso est¨¢ en el juzgado y asegura en su defensa que el banco le dio mil ¡°mil opciones¡± a la familia Amaya para pagar las cuotas y no muestra la menor sorpresa cuando se le plantea si es normal que alguien que quiere un cr¨¦dito de 6.000 euros acabe al final con una deuda de casi 600.000. ¡°Es que hace unos a?os los bancos daban el 100% de la hipoteca a los inmigrantes sin saber hablar espa?ol¡±, recuerda Lasa.? Boix, el letrado de Enrique, tiene una visi¨®n muy distinta: cree que los miembros de la familia Amaya, todos analfabetos funcionales, fueron ¡°v¨ªctimas¡± de un enga?o y que la compleja operaci¨®n estaba destinada a obtener comisiones. "Fue una operaci¨®n especulativa", dice el letrado. En el escrito de querella, el abogado sostiene que los promotores aseguraron a la familia que todo ¡°era un montaje¡± para obtener dinero l¨ªquido y que la idea era que hipotecaran sus dos casas y compraran una tercera en la calle Agudes, en Barcelona, por 185.000 euros, que luego ellos vender¨ªan a un valor muy superior que cubrir¨ªa todas las deudas. En total, la familia Amaya firm¨® de la noche a la ma?ana dos ampliaciones de hipoteca sobre sus dos pisos (ambas por 190.000 euros); la hipoteca y la compraventa de un tercero, dos creditos personales y tres tarjetas de credito por valor de 589.000 euros.
De toda la operaci¨®n, Enrique? vio en efectivo del orden de los 40.000 euros con los que pag¨® la boda y le sobr¨® dinero. Pero luego ya nada result¨® porque, sostiene el abogado, entre otras cosas, la casa de la calle Agudes no se vendi¨®. Con su pensi¨®n de 600 euros, Enrique no pudo hacer frente a los pagos que, dice, ascienden a 1.700 euros euros mes, casi el triple de lo que gana. Las tres casas est¨¢n en procedimiento de ejecuci¨®n hipotecaria. En junio, Enrique estuvo a punto de ser desahuciado. ¡°Si no fuera por los de la Plataforma, yo ya estar¨ªa en la calle¡±, dice? restreg¨¢ndose los ojos enrojecidos y con un hilo de voz. Pero tuvo suerte y dos d¨ªas antes de la llegada de la comisi¨®n judicial, el presidente de la Asociaci¨®n Cultural Gitana de Sant Roc, Joan Amaya Batista, le puso en contacto con la Plataforma que fren¨® el desalojo. ¡°No es el ¨²nico: En este barrio hay muchos casos como el suyo¡±, asegura Joan. Enrique, que ya ha ratificado la querella ante el juez Jaime Conejo??, dice que no se niega a pagar y que ha pedido a los bancos que se queden con las casas y que le permita abonar un alquiler social similar al que pagaba antes, de unos 300 euros mensuales. Pero no ha funcionado. Su hijo, de 30 a?os, que ha perdido el empleo, lleva meses sin salir de casa v¨ªctima de una depresi¨®n mientras Enrique aguarda algo parecido a un milagro.?
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