El Pa¨ªs Vasco tras las elecciones municipales
El desgaste general socialista no es suficiente para explicar la derrota en mayo de Patxi L¨®pez
Los resultados electorales del Pa¨ªs Vasco en la ¨²ltima consulta municipal resultan altamente preocupantes para los partidos constitucionalistas. El ¨¦xito de Bildu pienso que representa el triunfo de un nacionalismo secularizado en el que el objetivo independentista y radical amenaza desbancar al viejo discurso nacionalista de ra¨ªces sabinianas. El triunfo en una ciudad tan compleja culturalmente como San Sebasti¨¢n de la coalici¨®n abertzale es inseparable del ambiente favorable a una opci¨®n por la independencia vista como un camino conducente a la obtenci¨®n de mayores cotas de bienestar.
Ha ganado, en definitiva, la opci¨®n radical de un discurso nacionalista que lleva a?os argumentando acerca de su capacidad para asegurar crecimiento econ¨®mico y mayor desarrollo del Estado de bienestar. El ideal de este nacionalismo secularizado no ser¨ªa tanto la construcci¨®n de un Estado-naci¨®n propio, comentaba un colega de la universidad vasca, sino la construcci¨®n de un para¨ªso fiscal en Europa que haga posible una mejora del nivel de vida de los vascos. El PNV ha dado pasos en el pasado en esta direcci¨®n. Ahora ser¨ªa el momento de unos nuevos gestores nacionalistas dispuestos a continuar el camino emprendido hasta sus ¨²ltimas consecuencias.
Ante este panorama, cabe imaginar una reacci¨®n del centro-derecha no nacionalista a favor de un mensaje revalorizador del hecho espa?ol. M¨¢s dif¨ªcil de imaginar es la respuesta por parte del centro-izquierda representado por el Partido Socialista. El PSE-PSOE ha pagado sin duda el precio de un desgaste socialista a nivel espa?ol. Pero este desgaste no es suficiente para cubrir la derrota de un Gobierno vasco presidido por Patxi L¨®pez. A la vista de los resultados de las municipales, todo hace pensar que nos encaminamos hacia la derrota de este Gobierno de no producirse un cambio notable de estrategia. Avanzar en la reflexi¨®n acerca de las l¨ªneas b¨¢sicas de ese cambio, resulta una opci¨®n de m¨¢ximo riesgo. Pero mucho me temo que sea una tarea inevitable si se desea evitar el curso natural de los acontecimientos.
El PSE-PSOE ha pagado el precio de un desgaste socialista a nivel espa?ol
Hay que reconocer, de entrada, que la opci¨®n de legalizar a Bildu sin haber conseguido la renuncia definitiva a la acci¨®n de ETA ha resultado el peor escenario imaginable para la pol¨ªtica vasca. Con todo, cabe abrigar la esperanza de que ETA no va a empa?ar su ¨¦xito electoral con una vuelta a las armas. De entrada, habr¨¢ que jugar con la hip¨®tesis de que el terrorismo ha desaparecido, cuando menos de momento, de la escena vasca. Otra cosa puede suceder cuando la v¨ªa pol¨ªtica abierta por Bildu se manifieste tan incapaz de avanzar por el sendero soberanista como por la presi¨®n de las armas.
Libre por el momento de la amenaza de la violencia, el PSE-PSOE deber¨¢ ensayar un programa socialdem¨®crata bien encajado en el conjunto espa?ol. Es posible que la dial¨¦ctica entre dem¨®cratas y violentos deba ser sustituida por la dial¨¦ctica pol¨ªtica entre nacionalismos vascos y la defensa de un Estado y una naci¨®n pluralistas en que a trav¨¦s de un modelo de dobles lealtades sea posible encajar la identificaci¨®n con Euskadi con la identificaci¨®n con el conjunto de Espa?a.
Es verdad que se ha perdido mucho tiempo en la construcci¨®n de este discurso. Es cierto que se han cometido graves errores a lo largo de estos ¨²ltimos a?os en la visi¨®n del problema y que los errores han surgido acaso con m¨¢s fuerza en Madrid que en Bilbao o Vitoria. En este sentido, no se ha reparado con suficiente atenci¨®n en el coste del apoyo parlamentario del PNV al Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. Pero es posible que todav¨ªa estemos a tiempo de recuperar un tratamiento democr¨¢tico ante la cuesti¨®n nacional vasca que permita al PSE-PSOE rectificar el camino que parece imponerse en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs.
Es posible que la dial¨¦ctica entre dem¨®cratas y violentos deba ser sustituida por la dial¨¦ctica entre nacionalismos vascos y la defensa de un Estado y una naci¨®n pluralistas?
Contra el discurso del bienestar que han conseguido imponer las fuerzas pol¨ªticas nacionalistas, el PSE-PSOE, con el concurso del PP, debe actualizar una conciencia nacional espa?ola como instrumento m¨¢s eficaz para conseguir ese objetivo. La integraci¨®n secular del Pa¨ªs Vasco en la vida espa?ola debe ceder parte de su protagonismo a una Espa?a europea capaz de asegurar nuestro futuro en mucho mayor medida que unas arriesgadas aventuras secesionistas. El PSE-PSOE tendr¨¢ que convencer a la ciudadan¨ªa de que los v¨ªnculos de todo orden que unen al Pa¨ªs Vasco con el resto de Espa?a, no pueden verse sacrificados a favor de un incierto camino.
El futuro del Pa¨ªs Vasco no puede quedar a merced de quienes ignoran su pasado o han recreado un pasado dominado por un conflicto existencial con el resto de Espa?a. Pero en menor medida puede ser el campo de actuaci¨®n para quienes no pueden ofrecer para ese futuro sino el se?uelo de utop¨ªas de imposible realizaci¨®n. Poner de manifiesto estos hechos es el camino que debe seguir el PSE-PSOE con la ayuda del PP vasco y con el concurso incondicional del resto de los actores sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos del conjunto de Espa?a.
Ante esta empresa, es urgente ayudar al restablecimiento de una conciencia nacional espa?ola. Una conciencia de preferente signo pol¨ªtico, que haga suya una tradici¨®n liberal-democr¨¢tica sobre la cuesti¨®n, que se muestre receptiva hacia otras conciencias nacionales que pueden convivir en su seno y abierta a un proceso de construcci¨®n europea. Este modelo est¨¢ dise?ado ya en la Constituci¨®n. Solamente se requiere lealtad y sensatez para permitir su pleno desarrollo. En esta direcci¨®n, es posible que sea necesario tambi¨¦n proceder a una renovaci¨®n y dinamizaci¨®n del Partido Socialista. Parece necesaria una apertura del partido hacia unas nuevas clases medias que no encuentran un espacio pol¨ªtico satisfactorio en la actual vida pol¨ªtica vasca. Hay que hacer una llamada a la universidad, a la cultura, a los impulsores del conocimiento, para que unan sus preocupaciones con la socialdemocracia en la gesti¨®n del presente y el futuro de un Pa¨ªs Vasco bien integrado en Espa?a y en Europa. Hay, cuando menos, una apariencia de que el PSE ha perdido una parte de la capacidad de gesti¨®n y liderazgo que tuvo en el pasado.
El indicio debe ser suficiente para actuar. En definitiva, las elecciones municipales han resultado un toque de atenci¨®n a los partidos constitucionalistas del Pa¨ªs Vasco. Pero todo parece indicar que estamos a tiempo de que el aviso no sea el pr¨®logo de la cat¨¢strofe. En todo caso, no es posible refugiarse en el pesimismo en la visi¨®n del futuro vasco. La lecci¨®n de las ¨²ltimas elecciones tiene que ser el est¨ªmulo para nuevas estrategias socialistas.
Andr¨¦s de Blas Guerrero es catedr¨¢tico de Teor¨ªa del Estado en la UNED
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