Asomarse al abismo
La recesi¨®n econ¨®mica se lo lleva todo. Lo ¨²ltimo: dos partidos, CiU y el PCE, este ¨²ltimo hoy dentro de IU, que votaron la Constituci¨®n de 1978, no se sumar¨¢n a esta reforma de la Ley Fundamental para introducir la estabilidad presupuestaria, promovida por el PSOE y el PP, seg¨²n certificaron ayer en el Congreso los portavoces de ambos partidos, durante el debate de su toma en consideraci¨®n. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, supo darle a su intervenci¨®n el tono dram¨¢tico suficiente como para conmover al respetable.
Pero, aunque Duran (CiU) y Gaspar Llamazares (IU) alegaron cuestiones formales para desmarcarse de esta reforma constitucional ¡ªno se les consult¨® la iniciativa, pactada previamente entre Zapatero y Rajoy¡ª, tampoco la hubieran apoyado aunque el proceso previo de negociaci¨®n hubiera sido impoluto. Plantearon objeciones de fondo que no pueden superarse en una negociaci¨®n previa a la votaci¨®n del viernes.
El principal argumento de IU, ERC y otros partidos del Grupo Mixto para rechazar la reforma fue la reclamaci¨®n de un refer¨¦ndum sobre la misma. Una petici¨®n que no pueden aceptar sus promotores ¡ªPSOE y PP¡ª porque eliminar¨ªa el principal efecto de la reforma, su rapidez. Fue precisamente esta ¡ªla cuesti¨®n del refer¨¦ndum¡ª una de las cuestiones a las que m¨¢s tiempo tuvo que dedicar el candidato socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en la jornada maratoniana del martes que dedic¨® a dirigentes y parlamentarios socialistas.
Zapatero, primero, y despu¨¦s Rubalcaba, creen absolutamente necesaria una reforma r¨¢pida, materializada en septiembre, para que tenga efecto frente a los mercados financieros ante un oto?o que se teme muy turbulento. Esta decisi¨®n se contradice abiertamente con una reforma ampliamente debatida y luego rubricada en un refer¨¦ndum.
Tanto Zapatero como Rubalcaba consideran que Espa?a vive una situaci¨®n de excepcionalidad. Lo que hubiera sido impensable hace tan solo meses, e incluso semanas, ahora es posible, se oye estos d¨ªas en La Moncloa y en el PSOE.
La gran obsesi¨®n de Zapatero es evitar que Espa?a sea intervenida
Ya lo era antes. Pero despu¨¦s de este mes de agosto, m¨¢s. La gran obsesi¨®n de Zapatero en su etapa final de Gobierno es evitar, por encima de cualquier otra eventualidad, que Espa?a sea intervenida, como ha sucedido con Irlanda, Portugal y Grecia. Para Zapatero, una intervenci¨®n de Espa?a ser¨ªa el mayor golpe para el Estado de bienestar. Y las convulsiones financieras del mes de agosto han sido un aviso.
La pol¨ªtica de prevenci¨®n no fue tenida en cuenta por los nacionalistas
A este objetivo supremo de Zapatero se pueden sacrificar objetivos electorales ¡ªRubalcaba ha sufrido un serio handicap en su planificada campa?a del 20-N¡ª o tensiones territoriales, como las manifestadas ayer por los partidos nacionalistas.
Zapatero vio este agosto las orejas al lobo de la intervenci¨®n cuando la prima de riesgo espa?ola bati¨® todos los r¨¦cords al subir por encima de los 400 puntos. Una situaci¨®n as¨ª no se pod¨ªa sostener en el tiempo. Y alg¨²n tipo de intervenci¨®n fue que el Banco Central Europeo comprara deuda espa?ola, en ese mismo momento, para rebajar la tensi¨®n financiera.
Ah¨ª fue fraguando Zapatero la reforma constitucional para introducir la estabilidad presupuestaria como respuesta pol¨ªtica contundente frente al ataque de los mercados financieros a la econom¨ªa espa?ola y para blindarse mejor ante otros posibles ataques.
Ayer, los partidos nacionalistas y los del Grupo Mixto no vieron esa urgencia y gravedad. Los minoritarios adujeron como principal argumento para no apoyar la reforma el rechazo a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum. Los nacionalistas a?adieron otros m¨¢s de contenido territorial.
As¨ª, CiU reclam¨® que la reforma constitucional recoja la autonom¨ªa financiera para los parlamentos auton¨®micos, cuando el pacto PSOE-PP considera b¨¢sico un compromiso de las comunidades aut¨®nomas, tasado en la Ley Org¨¢nica que acompa?a a la reforma. El PNV reclama nada menos que la introducci¨®n del derecho a la autodeterminaci¨®n en la Constituci¨®n.
La pol¨ªtica de prevenci¨®n para evitar una intervenci¨®n, que implica la propuesta de reforma constitucional, impulsada por Zapatero y Rajoy, asumida por Rubalcaba y defendida ayer, con cierto dramatismo por el portavoz del PSOE, Jos¨¦ Antonio Alonso, no fue tenida en cuenta por los partidos nacionalistas ni por los minoritarios.
Lo que se vislumbr¨® en el Congreso es la gran diferencia entre quienes se han asomado al abismo de la recesi¨®n este verano y quienes han sobreactuado ante la cercan¨ªa de las elecciones del 20-N, minimizando el impacto de una reforma constitucional que, adem¨¢s de todo, perjudicaba a sus intereses partidarios.
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