Matas implica a una eurodiputada para apartar al juez del 'caso Palma Arena'

El expresidente de Baleares y exministro por el PP, Jaume Matas, persigue una carambola en el caso Palma Arena para forzar la inhibici¨®n autom¨¢tica del juez Jos¨¦ Castro. Matas intenta implicar a su exmano derecha en el Gobierno, la eurodiputada Rosa Estar¨¢s, en una de las piezas donde est¨¢ imputado en relaci¨®n a la construcci¨®n del vel¨®dromo, para que la causa pase al Tribunal Supremo por el aforamiento de Estar¨¢s. La defensa de Matas insiste en la implicaci¨®n de la eurodiputada pero pretende que el juez obre de oficio contra ella.

El magistrado recuerda en un auto que ninguna acusaci¨®n se ha centrado en las responsabilidades de Estar¨¢s e invita al expresidente a ¡°excitar el celo de las acusaciones (de cara a la imputaci¨®n) aportando la informaci¨®n incriminatoria que estime oportuna¡±.

El expresidente Matas evit¨® entrar en la c¨¢rcel al abonar una fianza de tres millones de euros que le impuso el juez Castro quien, adem¨¢s, le exigi¨® otra cauci¨®n de responsabilidad civil de 1,6 millones. Durante meses, Matas y su letrado Antonio Alberca han fracasado en el juzgado y en la Audiencia de Palma en su intento de anular las decisiones del juez y, en especial, de apartar al instructor de la causa acus¨¢ndole de imparcialidad, fobia pol¨ªtica y antipat¨ªa personal.

Jaume Matas y su defensor se quejan de que Castro mantenga como testigo ¨Cy no como imputada- a la exvicepresidenta Estar¨¢s cuando consideran evidente su implicaci¨®n en la toma de decisiones del Gobierno sobre el vel¨®dromo Palma Arena, con su firma en actas ficticias que reflejaban reuniones no celebradas. ¡°La responsable pol¨ªticamente de ese estado de cosas fue la entonces vicepresidenta¡± asegura la defensa de Matas. El pol¨ªtico se siente agraviado.

En el mes de enero de 2012 Matas se sentar¨¢ en el banquillo de la Audiencia de Palma, en el primero de los juicios previstos, y se enfrenta una petici¨®n de ocho a?os y medio de c¨¢rcel por unos contratos y subvenciones con las empresas del redactor de sus discursos, Antonio Alemany.