¡°Los impagos del Ayuntamiento han acorralado a mi familia¡±

La veintena de ancianos que recala a diario en el centro de mayores de Moratalla (Murcia, 8.500 habitantes) recibe a su directora, la pedagoga C¨¢ndida Mar¨ªn, con la misma pregunta: ¡°?Candi, has cobrado?¡±. Y la respuesta, desde los ¨²ltimos cuatro meses, siempre es la misma. ¡°No¡±. Mar¨ªn (Moratalla, 1967), como los 80 trabajadores municipales, la mitad de ellos funcionarios, encarna el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la asfixia econ¨®mica de su Ayuntamiento, atenazado por una deuda de 29 millones y descubiertos bancarios de 250.000 euros. ¡°El Consistorio me debe a m¨ª y a mi marido, que tambi¨¦n es empleado municipal, 12.000 euros, estamos desesperados¡±, dice con voz quebrada al otro lado del tel¨¦fono. La deuda media por trabajador es de 6.000 euros y el tsunami de impagos ha convulsionado la econom¨ªa local, lastrada por el paro. ¡°Sales menos, compras menos y solo consumes lo necesario¡±, se queja.

La pedagoga no atisba la salida. El Ayuntamiento, gobernado con mayor¨ªa absoluta por el PP tras las pasadas elecciones municipales, tampoco. ¡°Desconocemos cu¨¢ndo pagaremos los retrasos y las pr¨®ximas n¨®minas¡±, admite el teniente de alcalde, Juan Soria, que atribuye todos los males financieros a una deuda de 2,8 millones con la Seguridad Social que impide que aterricen las subvenciones.

La crisis ha desplomado los ¨¢nimos y disparado los casos de ansiedad. ¡°El pueblo lo est¨¢ pasando muy mal¡±, dice Mar¨ªn, que ante la incertidumbre congel¨® la renovaci¨®n del vestuario de sus tres hijos. ¡°Los impagos del Ayuntamiento han acorralado a mi familia¡±, a?ade. No obstante, esta mujer se considera una privilegiada respecto a sus compa?eros con contratos de media jornada ¡ª500 euros mensuales¡ª, a los que los impagos han confinado al umbral de la pobreza. Tambi¨¦n est¨¢ mejor que la veintena de polic¨ªas locales, que adem¨¢s de no cobrar la n¨®mina tienen que patrullar a pie y con la munici¨®n bajo m¨ªnimos. ¡°Se juegan la vida¡±, indica contundente la educadora, delegada de CC OO y portavoz de sus compa?eros, que se muestran esquivos con la prensa para evitar posibles represalias. Para todos ellos, el marchamo de estabilidad por trabajar para una Administraci¨®n salt¨® por los aires el d¨ªa que lleg¨® el primer impago. ¡°Pens¨¢bamos que el Ayuntamiento nunca nos iba a fallar y mira c¨®mo estamos¡±, lamenta.

Entre el desconcierto, ha nacido la solidaridad. Los trabajadores prestan dinero a sus compa?eros con menos recursos y aquellos que corren el riesgo de ser desahuciados de sus casas por no pagar sus hipotecas. ¡°Es lo ¨²nico bonito que ha tra¨ªdo esta desgracia, por lo dem¨¢s el ambiente se ha enrarecido¡±, avisa.

El panorama es ¡°dram¨¢tico¡±. Por eso, Mar¨ªn y sus compa?eros se concentraron ayer por la tarde ante el Consistorio de Moratalla para pedir una explicaci¨®n a los pol¨ªticos. La educadora, no obstante, se aferra al centro de mayores, donde lleva seis a?os. ¡°No me imagino fuera de aqu¨ª, donde los ancianos me dan su cari?o cada vez que me preguntan si he cobrado¡±.