¡°Currin s¨ª que est¨¢ contento¡±
El mediador sudafricano cumple con el anuncio final de la banda armada sus objetivos
¡°Para que se haya llegado a este escenario sin violencia se ha contado con muchas manos, pero el m¨¢s contento es Brian Currin¡±. A esta conclusi¨®n llegan las principales voces autorizadas que han perge?ado en los dos ¨²ltimos a?os, con diferentes estados de ¨¢nimo, un tormentoso gui¨®n encaminado a que el final de ETA y la apuesta democr¨¢tica por las v¨ªas pol¨ªticas confluyeran para siempre en Euskadi, y que ha tenido en la Conferencia de Paz de San Sebasti¨¢n el pen¨²ltimo eslab¨®n antes del comunicado de la banda terrorista.
En realidad, Currin (Sud¨¢frica, 1950) no pod¨ªa imaginar que aquella esc¨¦ptica acogida que se le dispens¨® entre la clase pol¨ªtica ¡ªexcepci¨®n hecha del nacionalismo¡ª cuando puso un pie el 28 de octubre de 2009 en el Kursaal de San Sebasti¨¢n para hablar en una conferencia sobre ?C¨®mo reactivar el proceso hacia la paz? fuera el punto de partida para acabar con cinco d¨¦cadas de violencia terrorista. L¨®gicamente, este veterano mediador en los conflictos de Irlanda del Norte y de Sud¨¢frica conoc¨ªa directamente el t¨ªmido pero embrionario prop¨®sito de la izquierda abertzale de "derrotar entre todos" el escenario armado al que hab¨ªa conducido el atentado de la T-4 de Barajas.
Fue entonces cuando inici¨® su relaci¨®n con Lokarri, la red social a favor del acuerdo y la consulta y que organiz¨® su conferencia. Pero no fue un comienzo f¨¢cil. La izquierda abertzale ten¨ªa vetada a Lokarri, a quien consideraba pr¨®xima al PNV y sucesora del movimiento ya desaparecido Elkarri, a quien tampoco admit¨ªa. Este rechazo visceral obedec¨ªa a que Batasuna nunca consigui¨® el control de estos grupos, a los que se incorporaban, adem¨¢s, antiguos simpatizantes abertzales disconformes con la violencia. De hecho, esta exclusi¨®n solo qued¨® rota cuando Lokarri promovi¨® el pasado mes de febrero, en el Palacio de Euskalduna, el acto de presentaci¨®n de la izquierda abertzale a favor exclusivamente de las v¨ªas pol¨ªticas.
Para entonces, varios protagonistas hab¨ªan entrado ya en el escenario de las negociaciones. Posiblemente el primero, I?igo Urkullu, Hacia ¨¦l se dirigi¨® Currin para aventurar, durante una reuni¨®n en la sede central del PNV en Bilbao, cu¨¢l podr¨ªa ser la hoja de ruta. Colaboradores del grupo de mediadores internacionales destacan que ¡°la disposici¨®n de Urkullu fue determinante porque se ofreci¨® desde el primer momento y lo ha cumplido¡±.
En el PNV admiten este compromiso ¡°que se ha hecho sin tener en cuenta los r¨¦ditos electorales¡±, advert¨ªa un miembro del EBB al repasar los m¨²ltiples contactos ¡°a varias bandas¡± mantenidos en los dos ¨²ltimos a?os. L¨®gicamente, hay quien resta ¡°trascendencia¡± al valor a?adido del factor Urkullu. Desde el PSE-EE y el PP asocian, por ejemplo, el papel del presidente del PNV a ¡°su nerviosismo por el avance de la izquierda abertzale que les amenaza electoralmente¡±. En la direcci¨®n popular se recuerda, incluso, que ¡°hemos tenido varias fuentes para que Rajoy supiera de primera mano lo que iba pasando como el CNI o el Gobierno¡±. Con todo, Zapatero y Rubalcaba, especialmente, as¨ª como Rajoy han sido destinatarios directos de la toma de temperatura que, con relativa frecuencia, Urkullu ha ido realizando entre los dirigentes de la antigua Batasuna.
Dirigentes del PNV admiten que sus interlocutores del movimiento abertzale "siempre han aprovechado cada reuni¨®n con nosotros para dejarnos un mensaje que quer¨ªan que Madrid conociese en ese momento¡±. Incluso, en los momentos m¨¢s complicados. Por ejemplo, en el pasado verano, Urkullu mostr¨® a Zapatero su ¡°honda preocupaci¨®n¡± porque atisbaba ¡°un par¨®n¡± en el proceso abierto. En un reciente encuentro con las juventudes de su partido (EGI), el l¨ªder del PNV, discreto y conocido entre los suyos como El Herm¨¦tico, lleg¨® a leer, como muestra elocuente de esta privilegiada interlocuci¨®n, varios de los mensajes cruzados con el presidente del Gobierno y Rufi Etxeberria, que alcanzaron especial intensidad en la segunda quincena de agosto.
Esta evidente sinton¨ªa entre Zapatero y Urkullu, compartida en muchas fases de este proceso con Rubalcaba y que siempre ha dejado sin cuota de protagonismo al Gobierno vasco, ha alentado al grupo de Currin, sobre todo ante los momentos m¨¢s duros. Sectores de la negociaci¨®n recuerdan en este sentido las tensiones vividas en torno a la ilegalizaci¨®n de Sortu, la prohibici¨®n del juez Moreno de las dos manifestaciones en Bilbao a favor de los derechos civiles y pol¨ªticos en octubre de 2010, la larga espera hasta la autorizaci¨®n electoral de Bildu y la sentencia del caso Bateragune.
Pero la preocupaci¨®n de las partes directamente concernidas era m¨¢s profunda, m¨¢s estrat¨¦gica. Como recordaba uno de ellos, ¡°la clave estaba en no dejar pasar el tiempo suficiente para que quienes dudaban del proceso tuvieran justificaci¨®n para volverse atr¨¢s¡±. As¨ª, la acci¨®n-reacci¨®n consist¨ªa en ¡°no dejar pasar tres meses sin que hubiera un gesto nuevo¡± por parte de la izquierda abertzale que ¡°impidiera pensar a la otra parte en alg¨²n tipo de cr¨ªtica que complicara los pasos que se daban¡±.
En este intrincado proceso seguido hasta el cese definitivo de la violencia, la Declaraci¨®n de Bruselas, en marzo de 2010, marc¨® un punto de inflexi¨®n. Un amplio grupo de mediadores internacionales, entre ellos cuatro premios Nobel de la Paz (Betty Williams, John Hume, Frederik Willem de Klerk y Desmond Tute) ped¨ªan a ETA su compromiso ¡°de un alto el fuego permanente y completamente verificable¡±, al tiempo que elogiaban los pasos de la izquierda abertzale por su apuesta a favor de los medios ¡°exclusivamente pol¨ªticos y democr¨¢ticos¡± y una ¡°total ausencia de violencia¡±.
Tras este n¨ªtido pronunciamiento, Curr¨ªn ve¨ªa encarrilado el doble objetivo con el que arranc¨®, ayudado por la mediaci¨®n de Lokarri, sus contactos multilaterales y que se basaban entonces en: ¡°acabar con la amenaza de la violencia y en que todos los partidos tienen que trabajar desde la legalidad¡±.
Y es que la vertiginosa sucesi¨®n de episodios que han desencadenado ahora en un escenario de paz responde a un gui¨®n elaborado hace m¨¢s de dos a?os sobre los par¨¢metros abertzales. Cuando en aquel cuarto de la sede central de LAB, en San Sebasti¨¢n, Rufi Etxeberria, Arnaldo Otegi y Rafa D¨ªez Usabiaga, algunas tardes en compa?¨ªa del exdirigente etarra Eugenio Etxebeste Antxon, defin¨ªan su apuesta y ni por asomo sospechaban que la justicia viera el germen del caso Bateragune, desde luego que no ten¨ªan garantizada la victoria que hoy les corresponde.
Hay quien recuerda c¨®mo durante el proceso de debate interno y de resistencia por parte del sector m¨¢s intransigente de la banda terrorista y de la antigua Batasuna, "en marzo de 2009 no estaba claro que sal¨ªa adelante" este tr¨¢nsito hacia las v¨ªas pol¨ªticas con al renuncia expresa de los m¨¦todos violentos. Quiz¨¢ la duraci¨®n de este pulso interno en el mundo radical explique el medio a?o que tard¨® ETA en responder al emplazamiento de la Declaraci¨®n de Bruselas. Fue el 18 de septiembre de 2010, apenas dos semanas despu¨¦s del cese de sus acciones armadas qu hab¨ªa decretado meses atr¨¢s, cuando la banda terrorista se compromete con las peticiones internacionales, pero ya deja claro que "la clave de la soluci¨®n est¨¢ en Euskal Herria".
As¨ª las cosas, el proceso negociador ya se hab¨ªa instalado en el escenario internacional, el escaparate siempre anhelado por ETA porque entiende que favorece al m¨¢ximo su estrategia de presi¨®n hacia el Gobierno espa?ol ya que ramifica el denominado conflicto vasco. No resulta balad¨ª que hasta ahora, la banda terrorista, rodeada de su habitual parafernalia, siempre se hab¨ªa decantado por elegir a medios de comunicaci¨®n extranjeros para anunciar sus treguas.
Resulta por todo ello f¨¢cil de entender que la izquierda abertzale y el grupo de mediadores de Currin llegasen r¨¢pidamente al acuerdo de que el pen¨²ltimo eslab¨®n tambi¨¦n deber¨ªa de disponer de similar proyecci¨®n. Ah¨ª estaba el germen de la Conferencia de Paz de San Sebasti¨¢n.
Las conversaciones previas, que alcanzaron a todos los partidos ¡°en el caso del PSE, con Jes¨²s Eguiguren¡±, menos al PP, pretend¨ªan la m¨¢xima resonancia internacional ¡°como una muestra m¨¢s de exigencia a ETA¡± para que se sintiera concernida precisamente por el ¨¢mbito al que siempre ha pretendido llevar su conflicto. Adem¨¢s, con la f¨®rmula de la Conferencia se disipaban algunas dudas surgidas en Euskadi sobre el papel estelar del grupo de contacto instigado por Currin y a las que no era ajeno el propio PNV, defensor luego del formato finalmente elegido.
En el Gobierno vasco jam¨¢s se plante¨® siquiera la duda sobre su presencia. Todav¨ªa hoy, en el equipo del lehendakari, Patxi L¨®pez, se sigue manteniendo que la Conferencia ha servido ¡°¨²nicamente para dar cobijo a unas necesidades de la izquierda abertzale y de ETA que ten¨ªan que disfrazar de alg¨²n modo su fracaso porque no han conseguido ninguna de sus reivindicaciones hist¨®ricas y ahora lo han adornado de una notoria repercusi¨®n medi¨¢tica¡±.
Para el PNV, esta ausencia del Gobierno constituye ¡°un error inexplicable¡±, sobre todo porque los nacionalistas hab¨ªan escuchado el prop¨®sito socialista de ¡°trabajar para que L¨®pez liderara este proceso de paz¡¯. El Ejecutivo, en cambio, cree que la muestra de liderazgo del lehendakari est¨¢ en ¡°ejemplos como el dec¨¢logo que present¨® en el Parlamento vasco¡± donde fija su posici¨®n sobre el reconocimiento a un relato del proceso recorrido hasta llegar a la paz y a su consolidaci¨®n en un entorno de libertad, adem¨¢s del reconocimiento a las v¨ªctimas.
Entre quienes participaron en la Conferencia, la dimensi¨®n de los asesores internacionales constituye un elemento ¡°desequilibrante¡± para justificar ¡°que hab¨ªa que estar¡±. Adem¨¢s, como admiten en el PNV, ¡°el propio Gobierno sab¨ªa de qu¨¦ se trata y nunca se opuso¡±.
La receptividad que Urkullu ha encontrado en La Moncloa guarda una estrecha relaci¨®n, como se reconoce dentro del EBB, con la ¡°especial¡± situaci¨®n de Zapatero. ¡°No sabemos si hubiera seguido como candidato, cu¨¢l habr¨ªa sido su postura, pero ha estado con m¨¢s frialdad, con menos protagonismo¡±. En el PNV recuerdan que ¡°la experiencia de 2006 tambi¨¦n puede influir en no volcarse tanto, aunque ahora el hecho de que no sea el candidato lo ha facilitado bastante¡±, a?aden. No obstante, Rubalcaba, candidato del PSOE, tambi¨¦n ha participado de estas informaciones que les transmit¨ªa Urkullu, aunque siempre ha procurado mantener una posici¨®n p¨²blica menos hiriente con la ausencia de Patxi L¨®pez.
Y es que el contexto electoral tambi¨¦n ha flotado sobre la preparaci¨®n de la Conferencia de San Sebasti¨¢n. En el PNV consideran que ¡°pueda entenderse el comportamiento de algunos en funci¨®n de una repercusi¨®n electoral, pero la mayor¨ªa de los ciudadanos ya tienen claro c¨®mo ha actuado cada uno¡±. Incluso, que el trabajo de desgaste personal de Urkullu con una implicaci¨®n reconocida en el proceso durante los dos ¨²ltimos a?os no se vea recompensado porque pueda identificarse el final de la violencia con la apuesta pol¨ªtica de la izquierda abertzale y as¨ª sea Amaiur quien finalmente rentabilice la situaci¨®n de paz.
El PP, en cambio, juega en otro campo. Desde el Pa¨ªs Vasco no comparte la gestaci¨®n de la Conferencia de San Sebasti¨¢n porque la identifica con los intereses de la izquierda abertzale, aunque algunos partidos han querido ver en la postura de los populares ¡°una prudencia que deja entrever sus ganas de no quedarse fuera¡±. La direcci¨®n de los populares s¨®lo actuar¨¢ ¡°en consecuencia con lo que haga ETA y siempre sobre la base de que nunca pueden poner condiciones¡±. Eso s¨ª, hay quienes interpretan la posici¨®n menos beligerante de los populares en Euskadi como un reflejo de su planteamiento pol¨ªtico: ¡°unidos al PSE en el Gobierno les ha permitido disponer de presencia en la sociedad y ahora van a empezar a volar por su cuenta¡±, prev¨¦n desde el EBB.
Desde los impulsores de la Conferencia de Paz que ha obligado al ¨²ltimo posicionamiento de ETA no se dibuja un horizonte tan lejano. En su pragmatismo prefieren refugiarse en la conquista, ahora ya definitiva, de los dos objetivos de aquel septiembre de 2009: ya no hay violencia y los partidos solo van a hablar de v¨ªas pol¨ªticas. Por eso, en Lokarri, donde se ha vivido entre bambalinas la versatilidad de los contactos, se llega a la conclusi¨®n de que ¡°Curr¨ªn s¨ª que est¨¢ contento¡±.
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