No vamos a permitir que la historia se cuente al dictado del verdugo
Carta de la viuda del ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, asesinado por ETA, y directora de la Oficina de Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo

Ante el anuncio que la organizaci¨®n terrorista ETA hizo p¨²blico ayer de cese definitivo de la actividad armada, quiero se?alar varias cosas.
Entiendo muy bien los sentimientos de desaz¨®n, inquietud, preocupaci¨®n e incredulidad que, con mayor o menor intensidad, pueden atenazar en estos momentos el ¨¢nimo de muchas personas que han sufrido la lacra del terrorismo. No podemos desprendernos del todo de la sensaci¨®n de estar viviendo un sue?o irreal. Nos cuesta creer que esta vez s¨ª, sea la de verdad. Estos sentimientos son la consecuencia l¨®gica de una historia de muerte, dolor y enorme sufrimiento, as¨ª como de las decepciones sufridas en anteriores ocasiones.
Por otra parte, me hago eco tambi¨¦n de la preocupaci¨®n sentida por un amplio sector de las v¨ªctimas del terrorismo que contemplan con un cierto grado de escepticismo este proceso de final de la violencia, temiendo que cualquier clase de impunidad pueda manifestarse a lo largo del mismo. En tal sentido, quiero subrayar de manera vehemente mi rechazo rotundo a un final con impunidad para quienes han causado tant¨ªsimo dolor y sufrimiento en nuestra sociedad, al tiempo que reitero mi compromiso personal absoluto con el trabajo y la lucha por evitar un final ignominioso para los que m¨¢s han padecido el sinsentido de la violencia.
En ese sentido, quiero transmitir un mensaje de serenidad y confianza absoluta en la actuaci¨®n del Estado de Derecho y de sus instituciones. Quiero decir, con toda claridad, que las instituciones y la sociedad vasca, en su conjunto, no vamos a permitir que la impunidad y la indecencia moral se abran paso al calor de una noticia por la que hemos estado suspirando tanto tiempo. No vamos a permitir que la historia se cuente al dictado del verdugo o al dictado de los que han justificado o consentido la barbarie cometida. No olvidamos que se ha matado en nombre del pueblo vasco. Justamente, por ello, los vascos y las vascas estamos obligados a preservar un relato en el que hablen, sobre todo, las v¨ªctimas.
Tenemos derecho a la esperanza. Nosotras, que tanto hemos perdido, hemos ganado, no obstante, el derecho a un futuro mejor para nosotras y nuestros hijos. Un futuro en el que la verdad, la justicia y la memoria de lo acontecido constituyan los principios morales que hagan de la sociedad vasca, una sociedad m¨¢s justa, m¨¢s compasiva y m¨¢s libre. Tenemos derecho a la esperanza y tenemos derecho a ser felices en un nuevo tiempo que no tenga vuelta atr¨¢s. Y ese tiempo de futuro se ha abierto ya con el anuncio del fin del terrorismo. Su derrota es el triunfo de la democracia y de los dem¨®cratas. Los ciudadanos inocentes, por fin, hemos conquistado la libertad. Es por ello que hoy tenemos un motivo para la alegr¨ªa y esperanza, que ser¨¢n plenas el d¨ªa que se produzca la disoluci¨®n de ETA, cuya exigencia aprovecho para reiterar una vez m¨¢s.
Entremezclados los sentimientos de alegr¨ªa y esperanza con el recuerdo y la emoci¨®n, hoy m¨¢s que nunca me vienen a la cabeza los nombres de Juan Mari, Jos¨¦ Luis, Juan Manuel, Isaias, Santi, Miguel Angel, Fernando, Mikel, Eduardo, Jose Ignacio, Gregorio, Inaxio, Joxe Mari, Joseba, Enrique, Ernest, Jesus Mari, Froil¨¢n, Jer¨®nimo, Diego, Carlos, Maria Jos¨¦, Daniel, Maite, Ram¨®n, Daniela, Rafael, Juan¡.y as¨ª hasta casi 900 nombres a los que hoy quiero recordar diciendo. Gogoan zaituztegu. Os tenemos en el recuerdo y en nuestros corazones. Muchas gracias.
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