ETA derrotada y con capucha
Ni a ETA, ni a la izquierda abertzale que le ampara y jalea, hay que agradecerles nada. Todo lo contrario
ETA, aunque no aparente reconocerlo expl¨ªcitamente, ha sido derrotada. A esta derrota han contribuido distintos factores: entre ellos y por ese orden, la acci¨®n inteligente eficaz y coordinada de las fuerzas y cuerpos de seguridad de los estados espa?ol y franc¨¦s, sus aparatos judiciales, la unidad y la firmeza democr¨¢ticas de instituciones y partidos responsables, la voz y el testimonio ejemplares de los miles y miles de v¨ªctimas de todo tipo y la acci¨®n de la sociedad civil. A todos ellos hay que rendirles hoy el principal homenaje de felicitaci¨®n y agradecimiento. Ni a ETA, ni a la izquierda abertzale que le ampara y jalea, hay que agradecerles nada. Todo lo contrario, es a ellos a quienes habr¨¢ que seguir exigi¨¦ndoles mucho m¨¢s, todav¨ªa. Llevamos meses de campa?a de imagen de ETA y su entramado para intentar reconducir su situaci¨®n de descr¨¦dito, al menos, en r¨¦ditos electorales, si no para Sortu, que es a quien prefieren (porque le controlan mejor), al menos para Bildu y Amaiur. Esta semana, con la inestimable e irritante ayuda de sus innecesarios, pero ¨²tiles, facilitadores y mediadores internacionales ha sido especialmente propicia para sus intereses pol¨ªticos inmediatos: que los suyos consigan, por fin, su sue?o fundador, arrebat¨¢ndole al PNV la primogenitura de la ¡°casa del padre¡±.
Pero, no debemos caer en el error de que muerto el perro se acabe la rabia. Primero, porque ETA sigue con capucha y su ret¨®rica es, en lo fundamental, la de siempre. Ni ha anunciado la entrega de las armas, ni su disoluci¨®n, ni la renuncia a sus objetivos estrat¨¦gicos y t¨¢cticos. Pero, tampoco, parece dispuesta a revisar su pasado belicista, reconociendo su monumental error o el da?o causado. Si sus activistas, condenados o no, esperan el perd¨®n de sus fechor¨ªas y la reinserci¨®n prevista en nuestras leyes, tendr¨¢ que empezar por rendir cuentas ante la justicia, arrepentirse, pedir perd¨®n a los miles y miles de v¨ªctimas, aclarar los cientos de asesinatos sin autor¨ªa reconocida y aceptar las reglas de nuestra democracia, renunciando a continuar con su estrategia de limpieza ¨¦tnico-ideol¨®gica por otros medios. Pero, es que adem¨¢s tendr¨¢ que pedirle perd¨®n al conjunto de la sociedad, vasca y espa?ola, reconoci¨¦ndoles su pluralismo, su mayor¨ªa de edad y su capacidad para seguir viviendo en esta democracia constitucional y en este autogobierno. Esas son las l¨ªneas rojas de nuestro estado de derecho. Los hechos son los que son, pero ETA y sus amigos vuelven a decepcionar y a no estar a la altura de lo que nuestra democracia les exige. Es la hora de que la unidad de las fuerzas democr¨¢ticas, las instituciones y la sociedad civil hagan valer sus exigencias, como paso previo a la necesaria reconciliaci¨®n que, solo se podr¨¢ producir, tras la progresiva eliminaci¨®n de la subcultura de la violencia en la sociedad vasca.
Francisco J. Llera es Catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, Director del Euskobarometro y autor de ¡°Los Vascos y la Pol¨ªtica¡±.
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