Una actuaci¨®n decidida para reactivar la inversi¨®n privada

Reformas estructurales, consolidaci¨®n fiscal, control del d¨¦ficit presupuestario¡­; las recetas econ¨®micas que se plantean para afrontar la actual crisis resultan necesarias para el ajuste del d¨¦ficit p¨²blico y el control de la deuda externa, pero no son suficientes, al menos a corto plazo, para impulsar nuestro crecimiento. Y, sin embargo, el crecimiento es el principal problema de la econom¨ªa espa?ola por cuanto, entre otras razones, su ausencia trae consigo la dram¨¢tica tasa de desempleo que padecemos.

La pregunta es: ?qu¨¦ o qui¨¦n nos puede hacer crecer?

Es necesario reactivar la inversi¨®n, y la esperanza debe residir en gran medida en el sector privado, especialmente en aquellos sectores industriales y empresas que han demostrado mayor capacidad para generar negocio interno y externo, para impulsar el desarrollo y para servir de motor a otras empresas de menor tama?o.

En anteriores crisis fue principalmente la inversi¨®n p¨²blica la que nos condujo de nuevo hacia la senda del crecimiento econ¨®mico a partir de actuaciones antic¨ªclicas en sectores tales como las infraestructuras sociales, el transporte o las comunicaciones. Sin embargo, hoy en d¨ªa, las l¨®gicas restricciones presupuestarias no nos permiten replicar esas pol¨ªticas. Nos queda, pues, la inversi¨®n de capital privado como principal recurso.

Sentar las bases que incentiven la inversi¨®n privada debiera ser, por tanto, la siguiente prioridad de los poderes p¨²blicos.

A pesar de la negativa coyuntura, siguen existiendo inversores, nacionales y extranjeros, dispuestos a continuar apostando por nuestro pa¨ªs si las condiciones de seguridad jur¨ªdica y paz social, las expectativas de retorno y el acceso a financiaci¨®n se promueven y se preservan. Y, sin duda, son las empresas el agente social mejor dotado, si no el ¨²nico, para llevar a cabo este esfuerzo inversor de manera eficiente. Contamos con excelentes empresas en sectores en los que hemos demostrado ser especialmente competitivos, en los que disponemos de tecnolog¨ªa de vanguardia y desde los que, en las adecuadas condiciones, podemos generar crecimiento interno, desarrollar capacidad exportadora y alcanzar relevancia econ¨®mica internacional. Disponemos de empresas punteras en los sectores de distribuci¨®n, infraestructuras, servicios financieros, alimentario, telecomunicaciones y muchos otros sectores industriales y de servicios¡­; y, singularmente, somos una de las primeras potencias mundiales en el sector energ¨¦tico, especialmente en el subsector de las energ¨ªas renovables. Se da la circunstancia adem¨¢s de que nuestro modelo energ¨¦tico tiene que ser objeto de una transformaci¨®n profunda para reducir sus problemas de dependencia, de emisiones de gases efecto invernadero y el riesgo que supone estar sometido a las oscilaciones de precios de los combustibles f¨®siles, objetivos a cuya consecuci¨®n las energ¨ªas renovables contribuyen de manera relevante y directa.

Incentivar la inversi¨®n empresarial privada mediante medidas audaces, imaginativas y contundentes en sectores en los que Espa?a ha demostrado su capacidad constituye una aut¨¦ntica oportunidad y un recurso efectivo para contribuir al crecimiento de nuestra econom¨ªa y a la creaci¨®n de empleo. Una oportunidad y un recurso que no podemos desaprovechar.