Sentido com¨²n y mandato de Dios
Rajoy ha sido premiado con la victoria por puntos pese a la negativa a explicar su programa
Los buenos aficionados a las intervenciones parlamentarias, los discursos mitineros y las entrevistas de Rajoy est¨¢n familiarizados con dos c¨¦lebres frases hechas que le sirven de muletas en momentos de vacilaci¨®n, apuro o desconcierto. La apelaci¨®n al sentido com¨²n (en tanto que ¨®rgano privilegiado de conocimiento) y al procedimiento de como Dios manda (para llevar a buen puerto las instrucciones recibidas de esa inteligencia superior) constituyen sus principales aportaciones a la neo-jerga pol¨ªtica. El refuerzo de autoridad brindado por esos latiguillos cognitivo-teol¨®gicos explica tal vez que, en teor¨ªa simple challenger para el t¨ªtulo de campe¨®n de los pesos pesados en el combate pol¨ªtico-pugil¨ªstico de anteayer, fuese premiado con la victoria por puntos frente a Rubalcaba, pese a sus negativas a explicar su programa.
En el debate, Rajoy mencion¨® varias veces el sentido com¨²n como si fuese el tribunal supremo aplicado a las prestaciones sanitarias y de jubilaci¨®n del Estado del bienestar. Pero un breve repaso al respetado Diccionario de Filosof¨ªa de Jos¨¦ Mar¨ªa Ferrater Mora nos ense?a que el concepto no se presta a la definici¨®n intuitiva que suelen manejar los abuelos con los nietos revoltosos o los curas con los alumnos d¨ªscolos, sino que tiene una compleja genealog¨ªa intelectual contraria a su aparente simpleza.
Si la noci¨®n aristot¨¦lica de lo que fue llamado posteriormente sensus communis resume una vasta masa de doctrinas, las posteriores adaptaciones escol¨¢sticas tambi¨¦n muestran notables discrepancias. La concepci¨®n tomista, en cualquier caso, se refiere a las aprehensiones de un mismo sentir por varios individuos que alcanzan un acuerdo universal respecto a ciertos principios o verdades aceptables por la racionalidad de todos los seres humanos.
Es evidente que la utilizaci¨®n del llamado sentido com¨²n para imponer a los dem¨¢s las opiniones propias sobre cualquier asunto controvertido, so pena de acusarles de maliciosos defensores de intereses particulares o de perturbados incapaces de distinguir entre la realidad y la ficci¨®n, destruye los supuestos del pluralismo pol¨ªtico, social e ideol¨®gico que sirven de base al sistema democr¨¢tico. Si todos los problemas de la convivencia en com¨²n de una sociedad tienen una sola soluci¨®n, avalada por un sentido com¨²n ¨²nico que reflejar¨ªa la racionalidad del ser humano, el procedimiento l¨®gico a seguir ser¨¢ entregar las palancas del poder a quien invocase su santo nombre y reivindicase sin m¨¢s pruebas el monopolio de su posesi¨®n, tal y como suele hacer Mariano Rajoy. Desparecer¨ªan as¨ª de escena los intereses en conflicto y la competici¨®n en el mercado de las ideas para aportar soluciones. La f¨®rmula marian¨ªstica para crear puestos de trabajo, acabar con el d¨¦ficit y amortizar la deuda ni siquiera es una arbitrista f¨®rmula de sentido com¨²n: se trata simplemente de una petici¨®n de principio: si no hubiese paro desaparecer¨ªa el subsidio de desempleo, aumentar¨ªan los ingresos de la Seguridad Social y las arcas del Estado volver¨ªan a llenarse.
El candidato Rubalcaba apunt¨® algunas interesantes l¨ªneas de actuaci¨®n de ¨¢mbito europeo ¡ªcomo el aplazamiento hasta 2015 de la consolidaci¨®n fiscal de cada pa¨ªs, la rebaja de los tipos de inter¨¦s por el Banco Central Europeo y un plan de choque de 70.000 millones de euros para la creaci¨®n de empleo financiado por el Banco Europeo de Inversiones¡ª merecedoras cuando menos de discusi¨®n antes de ser aplastadas por el rodillo de la austeridad. Porque hay inquietantes precedentes de Grecia, de otros pa¨ªses europeos y de las movilizaciones espa?olas del 15-M acerca de las dificultades que puede encontrar la Uni¨®n Europea para consolidar su proyecto democr¨¢tico en un clima de asfixia econ¨®mica.
Rajoy no consider¨® necesario, en cambio, apuntalar anteayer el templo del sentido com¨²n con la ingenier¨ªa sacra del como Dios manda. Sin embargo, seguramente el arriscado y combativo sector de la ultraderecha que vivaquea en el campamento de Esperanza Aguirre echar¨ªa de menos una respuesta contundente a la pregunta del candidato Rubalcaba sobre el tratamiento que dar¨ªa Mariano Rajoy a algunas leyes aprobadas o proyectadas en las dos legislaturas socialistas anteriores si los populares conquistaran el poder: aceleraci¨®n del divorcio, matrimonio homosexual, modificaci¨®n de la ley del aborto, muerte digna, conciliaci¨®n laboral y libertad religiosa. ?Tendr¨ªan los ateos, agn¨®sticos y polite¨ªstas vela en este entierro? ?Y a qui¨¦n confiar¨ªa su mandato Dios: a Rajoy, a Esperanza Aguirre o a Rouco?
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