Rajoy, sobrado en el papel de presidente
El l¨ªder del Partido Popular considera que la campa?a es demasiado larga
¡°Voy a empezar diciendo unas cosas y luego voy a decir otra cosas¡±; ¡°a estos se?ores del Gobierno solo puedo decirles buenos dias, buenas tardes y buenas noches¡± y ¡°hoy dorm¨ª poco porque me acost¨¦ tarde y me levant¨¦ pronto¡±. Mariano Rajoy hace caso omiso a los papeles que le preparan sus colaboradores y repite en cada mitin lo mismo, sin incorporar novedades y repitiendo frases tan obvias como las citadas.
¡°A lo mejor las campa?as duran mucho¡±, confes¨® ayer a los periodistas con tono de hast¨ªo. Se le ve sobrado, se siente presidente y ni siquiera pone en duda las encuestas, ni se molesta en hacer la salvedad de que a¨²n tiene que ganar las elecciones, por muy ¨®ptimas que sean la expectativas.
A Alfredo P¨¦rez Rubalcaba ni le menciona. No existe el candidato socialista. Cuenta que su hijo, que le acompa?¨® el domingo, cree que su rival es Zapatero y el d¨ªa del debate preguntaba qui¨¦n era ese otro se?or calvo.
Rajoy tuerce el gesto, encoge los hombros y contesta con tono despectivo cuando se le pregunta por la decisi¨®n de Rubalcaba de incrementar el n¨²mero de m¨ªtines. Eso no vale para nada, viene a decir, descre¨ªdo de la eficacia de este tipo de actos y lamentando que desde el mes de julio tenga que estar protagoniz¨¢ndolos por toda Espa?a.
Lo que se discute aqu¨ª es si vamos a seguir arrastr¨¢ndonos. Si le damos a Europa el mensaje de que somos un gran pa¨ªs y que queremos estar en la primera divisi¨®n o si nos hemos rendido
En el manual de las campa?as est¨¢ que el candidato lleve elaborado un texto base que va readaptando en cada mitin, introduciendo nuevos asuntos cada d¨ªa y buscando el corte que le interese en los directos de la televisi¨®n. A Rajoy esta vez le da eso lo mismo, habla de ¡°unas cosas y luego de otras cosas¡±. Y ayer dijo que no piensa cambiar en los cuatro d¨ªas que le quedan de tr¨¢mite.
Se ve presidente, le sobra la campa?a electoral, habla de su Gobierno y de sus planes y hasta explica c¨®mo las elecciones por s¨ª solas nos evitan una intervenci¨®n como la de Italia.
Rajoy, relajado, se esfuerza en cada mitin en intentar transmitir confianza en la econom¨ªa espa?ola y sostiene ante los periodistas que se ha encargado de trasladar a la canciller alemana Angela Merkel y al primer ministro franc¨¦s Nicolas Sarkozy que despu¨¦s de las elecciones ¨¦l cumplir¨¢ con sus compromisos. Considera un disparate pedir, como ha hecho Rubalcaba, una demora de dos a?os en los plazos de la UE para reducir el d¨¦ficit.
Se le nota que est¨¢ metido en el traje de presidente del Gobierno porque lo que que m¨¢s le preocupa es la imagen de Espa?a en Europa. Confianza, confianza, confianza, repite sin parar.
De hecho, como si ya cayera sobre sus espaldas el peso de la situaci¨®n econ¨®mica, el candidato popular revela que habla habitualmente con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y con Elena Salgado. Le dicen que se cumplir¨¢n las previsiones de d¨¦ficit para este a?o y ¨¦l comenta resignado que tiene sus dudas, pero que no tiene m¨¢s remedio que creerlo.
Detalla planes de presidente como la revalorizaci¨®n de las pensiones, que har¨¢ en todo caso, porque sostiene que es cuesti¨®n de prioridades y ¨¦l tiene claro que la suya es ¨¦sa. Otra cosa son otras medidas como el sueldo de los funcionarios o la reducci¨®n del impuesto de sociedades que quedan condicionadas a lo que se encuentre, seg¨²n su propia expresi¨®n. Se siente presidente porque habla de su Gobierno, aunque no salga de las obviedades. En los m¨ªtines promete un ¡°Gobierno serio¡±, lo cual es bastante obvio porque nadie ofrecer¨ªa lo contrario, y a los periodistas nos dice que habr¨¢ independientes en su Ejecutivo, lo cual tampoco es mucho decir porque no ha dejado de haberlos desde 1978.
Y se nota que se siente presidente porque no quiere someterse a ruedas de prensa durante la campa?a. Lo m¨¢s parecido fue ayer un encuentro de 15 minutos con los periodistas, amable, pero sin micr¨®fonos ni c¨¢maras, de tal forma que sus palabras no le comprometen.
Est¨¢ tan sobrado que ya reparte invitaciones a La Moncloa y a los j¨®venes que en Oviedo le gritaban ¡°?oa oa oa, Mariano a La Moncloa!¡±, les dijo anoche: ¡°Os voy a invitar para que vay¨¢is a verme all¨ª¡±.
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