El inmigrante que no vota no interesa
El extranjero preocup¨® a los pol¨ªticos en las municipales, pero ma?ana no ir¨¢ a las urnas La integraci¨®n deja de ser una prioridad en la crisis

En las elecciones generales que se celebran ma?ana, los espa?oles votar¨¢n con el bolsillo. A diferencia de anteriores convocatorias, esta campa?a ha transmitido un mensaje n¨ªtido: lo perentorio es la recuperaci¨®n econ¨®mica; var¨ªan las recetas, pero el fin que los principales partidos persiguen es el mismo. Con la sensaci¨®n de no estar nada en juego ¡ªlas encuestas son concluyentes en cuanto a la m¨¢s que probable victoria del Partido Popular¡ª, y el tema del terrorismo te¨®ricamente zanjado con el anuncio de disoluci¨®n de ETA, sobre el terreno de juego en que la geograf¨ªa espa?ola se ha convertido durante la campa?a ha habido esta vez menos elementos, y por tanto algunas ausencias: el asunto de la inmigraci¨®n, por ejemplo, que en otras citas no muy lejanas ¡ªlas generales de 2008 y las locales y auton¨®micas catalanas de este a?o¡ª hizo correr r¨ªos de tinta.
Test para quedarse
- Espa?a solo solicita conocimientos b¨¢sicos de cultura general y del orden constitucional ¡ªun peque?o examen¡ª cuando un extranjero se naturaliza, pero no para la concesi¨®n de permisos de residencia
- Otros pa¨ªses de la UE imponen condiciones m¨¢s duras (ex¨¢menes y pruebas) para conceder el permiso de residencia permanente. Las directivas europeas no exigen estas pruebas, pero no las proh¨ªben.
- En un escal¨®n superior de requisitos figura la solicitud de conocimientos b¨¢sicos del idioma y la cultura de la sociedad de destino para la renovaci¨®n del permiso de residencia temporal. En Espa?a el primero es de un a?o de duraci¨®n.
- La medida m¨¢s dura consiste en exigir esos conocimientos al c¨®nyuge e hijos menores del inmigrante que solicita la reagrupaci¨®n familiar. "Pedirle a alguien en Per¨² que aprenda alem¨¢n o neerland¨¦s", por ejemplo, explica Cristina Gort¨¢zar, del Instituto de Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas.
- Seg¨²n la Ley de Extranjer¨ªa vigente, en Espa?a son los poderes p¨²blicos los que deben favorecer la integraci¨®n del inmigrante mediante la ense?anza de la lengua, la cultura, etc¨¦tera.
La ausencia de debates sobre pol¨ªtica de acogida e integraci¨®n es especialmente llamativa si se tiene en cuenta que, en ¨¦pocas de recesi¨®n, la suma de paro, inmigrantes y urnas suele dar bastante r¨¦dito electoral a las formaciones m¨¢s extremas: Aut¨¦nticos Finlandeses, el Frente Nacional franc¨¦s, el griego Laos, la formaci¨®n de Geert Wilders en Holanda o Vlaams Belang, en B¨¦lgica, por citar algunos ejemplos del entorno europeo. Pero no hace falta ir tan lejos: la xen¨®foba Plataforma per Catalunya, del exmilitante de Fuerza Nueva Josep Anglada, quintuplic¨® sus votos en los comicios locales del 22 de mayo.
Todos los expertos consultados coinciden a la hora de atribuir a la crisis el monopolio del debate. Algunos, tambi¨¦n, al hecho de que el pron¨®stico de la votaci¨®n sea, salvo sorpresas de ¨²ltima hora, un clamor. Los datos del bar¨®metro de octubre del CIS explican tambi¨¦n por qu¨¦: preguntados por el principal problema del pa¨ªs, la inmigraci¨®n solo preocupaba al 1,2% de los encuestados (el paro, al 61,3%).
¡°Los ejes de competici¨®n de una campa?a se dividen en dos grandes grupos. Uno es el de los temas transversales, que no tienen que ver con la ideolog¨ªa, como la econom¨ªa o el terrorismo, y en los que no se cuestionan los fines, solo los medios para conseguirlos (en econom¨ªa, recortes o ahorro, por ejemplo). El otro es el de los temas posicionales: visiones de la sociedad, profundamente ideologizadas, como la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, el matrimonio gay o la dependencia. Fronterizas entre uno y otro estar¨ªan cuestiones como la inmigraci¨®n: no es finalista pero tampoco posicional, aunque s¨ª est¨¢ sujeta a sesgos ideol¨®gicos: para la derecha, es un problema de orden p¨²blico; para la izquierda, de orden social¡±, explica Fernando Ur¨ªas, director de la oficina de Madrid de Dialoga Consultores, firma especializada en comunicaci¨®n pol¨ªtica y electoral.
¡°La campa?a de las generales de 2008 estuvo marcada por los asuntos posicionales, y por eso fue m¨¢s crispada; la de ahora es de tipo transversal, por tanto m¨¢s racional, m¨¢s serena. Si algo ha caracterizado la campa?a del PP es la presencia de temas transversales, los que no se cuestionan, con la econom¨ªa a la cabeza¡±, a?ade Ur¨ªas. ¡°Sacar el asunto de la inmigraci¨®n esta vez le resultaba problem¨¢tico, porque habr¨ªa podido despertar latencias ideol¨®gicas y favorecer al contrario¡±.
Badalona es un ejemplo de c¨®mo el PP contuvo la fuga a la xen¨®foba PxC
As¨ª que el PP, que desde la famosa frase que Rajoy pronunciara en 2008 ¡°aqu¨ª no cabemos todos¡± ha recurrido a la cuesti¨®n con frecuencia, ha optado por ignorarla ahora por dos razones: ¡°Por estrategia, porque es incoherente con su planteamiento de campa?a, y por econom¨ªa pol¨ªtica: para qu¨¦ sacar un tema que no preocupa a la gente¡±, afirma Ur¨ªas en relaci¨®n a los datos del CIS.
Francisco Javier Moreno, investigador del Instituto de Pol¨ªticas y Bienes P¨²blicos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), enfoca hacia Catalu?a para demostrar que el asunto de la inmigraci¨®n no ha estado ausente por completo de la campa?a. ¡°Plataforma per Catalunya (PxC) ha logrado un nicho electoral que ha marcado la pauta a otros partidos, lo que hace que el debate vaya muy por delante que en el resto de Espa?a. PxC amenaza al PP por su extrema derecha, lo cual lleva a los populares a posicionarse m¨¢s all¨¢, con discursos sobre la expulsi¨®n de inmigrantes que delincan; el contrato de integraci¨®n, la contrataci¨®n en origen, etc¨¦tera¡±. El contagio ha ejercido un efecto domin¨® sobre otras fuerzas pol¨ªticas: ¡°Al juego entra tambi¨¦n CiU, para no quedarse atr¨¢s, ah¨ª est¨¢n las declaraciones de Duran i Lleida al inicio de la campa?a sobre que los Mohamed no se integran, el control de las mezquitas, etc¨¦tera¡±, cuenta el investigador del CSIC.
La inmigraci¨®n solo es la principal preocupaci¨®n del 1,2% de la poblaci¨®n
?Y la izquierda? ?Se contagia tambi¨¦n o aguanta a pie firme la arremetida xen¨®foba? ¡°Est¨¢ a la defensiva, no tiene un discurso articulado m¨¢s all¨¢ de los sentimientos de solidaridad. En los a?os de bonanza econ¨®mica, la izquierda experiment¨® una cierta miop¨ªa, no ten¨ªa proyecci¨®n de futuro en este asunto. Pero mirando a Europa, era previsible que un buen n¨²mero de votantes de izquierda, objeto de transformaciones estructurales [cambio del modelo econ¨®mico, paro, inmigraci¨®n¡], acabara votando a partidos como el Frente Nacional en Francia¡±, explica Moreno.
A diferencia del pa¨ªs vecino, de larga tradici¨®n inmigratoria, Espa?a se halla a¨²n al final de la fase de llegada, y en el umbral de la de asentamiento, es decir, el momento en que empieza a manifestarse el rechazo hacia un fen¨®meno que echa ra¨ªces. ¡°Esta fase requerir¨ªa pol¨ªticas preventivas que tienen mucho que ver con las pol¨ªticas de bienestar y del territorio. Hay que averiguar d¨®nde est¨¢ el origen de los cambios estructurales ¡ªdesindustrializaci¨®n, desigual reparto de roles en un entorno posindustrial, en el que la mujer se adapta mucho mejor en el sector servicios; presencia de inmigrantes, etc¨¦tera¡ª, y eso deber¨ªa hacerlo la izquierda¡±, dice Moreno.
El PP ha emulado el contrato integrador que aprob¨® Sarkozy en Francia en 2004
De momento, quien ha puesto nombre al malestar social de los lunes al sol y los barrios-gueto ha sido el PP: inmigraci¨®n. Xavier Garc¨ªa Albiol, alcalde popular de Badalona ¡ªla tercera ciudad catalana¡ª, es la punta de lanza del discurso m¨¢s extremo de este partido, ¡°un experimento para yugular cualquier atisbo de competencia por la derecha¡±, a?ade el experto del CSIC. Algo en lo que abunda Elena S¨¢nchez-Montijano, investigadora del CIDOB. ¡°Badalona es un observatorio, el PP ha sabido reaccionar muy bien a la amenaza de PxC por su derecha, y eso ha contagiado al resto de partidos: a Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en algunos municipios, incluso al Partido Socialista de Catalu?a (PSC). Pero con los datos del CIS en la mano, los partidos saben que en esta campa?a la inmigraci¨®n no supone r¨¦dito electoral. M¨¢s all¨¢ de los comentarios de Duran Lleida al comienzo de la campa?a, y de la propia PxC, que est¨¢ en campa?a continua, en Catalu?a no se ha escuchado nada, la inmigraci¨®n ha desaparecido de la campa?a como objeto de debate¡±.
El planteamiento electoral del PxC ante la convocatoria de ma?ana ilustra c¨®mo la econom¨ªa ha invadido todos los ejes de debate. ¡°En comicios anteriores PxC se limitaba al discurso xen¨®fobo, pero en esta ha a?adido otro ingrediente, el populismo econ¨®mico, con medidas como suprimir el uso de coches oficiales o un impuesto del 18% a las remesas de los inmigrantes¡±, explica Elena S¨¢nchez-Montijano. Pero PxC es un reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica, ¡°un partido sin recorrido, coyuntural¡±, nada que ver que el FN franc¨¦s, con el que sin embargo s¨ª comparte una analog¨ªa capital: ambos han empezado desde abajo, desde los Ayuntamientos, ¡°porque son los poderes locales los que gestionan la integraci¨®n de los inmigrantes con ayudas a la vivienda, educaci¨®n, capacitaci¨®n laboral, etc¨¦tera¡±.
La suma de paro, urnas e inmigrantes da buen resultado a los partidos ultras
As¨ª pues, no son unas elecciones generales ¡ªel ¨¢mbito estatal¡ª el terreno de juego donde mejor se mueven las formaciones ultras, sino los comicios locales y auton¨®micos: las parcelas de poder p¨²blico m¨¢s concernidas por el fen¨®meno de la inmigraci¨®n, desde la elaboraci¨®n del padr¨®n hasta la implementaci¨®n de las pol¨ªticas de integraci¨®n. ¡°Saltar directamente al ¨¢mbito estatal es muy complicado¡±, opina S¨¢nchez-Montijano. El ¨¦xito del FN, bien posicionado en el panorama pol¨ªtico franc¨¦s, se debe a una labor de zapa durante d¨¦cadas, y como ¨¦l, otras formaciones de ese estilo europeas, aunque la paradoja no sea ajena al debate: ¡°En pa¨ªses de tradici¨®n inmigratoria, como Francia o B¨¦lgica, se escuchan los discursos m¨¢s restrictivos, mientras que en Espa?a o Portugal, con menor experiencia en la acogida e integraci¨®n de extranjeros, el mensaje es m¨¢s amplio, menos populista¡±, sentencia la experta del CIDOB. La presencia de varias generaciones de ciudadanos de origen extranjero en esos pa¨ªses ¡ªla segunda y tercera generaci¨®n de inmigrantes, nacidos ya en destino, pero extranjeros al fin¡ª genera los desajustes y el rechazo que explicaba Moreno.
Juan Manuel Goig, profesor de Derecho Pol¨ªtico en la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), a?ade un factor para explicar por qu¨¦ la inmigraci¨®n no ha saltado a la palestra en esta campa?a. ¡°Los inmigrantes no votan y, por tanto, no interesan. En las municipales de mayo s¨ª votaron, y adem¨¢s lo hicieron por primera vez, por eso el asunto de la inmigraci¨®n se trat¨® mucho. Pero hay m¨¢s de cinco millones de inmigrantes en Espa?a y, en otras circunstancias, estar¨ªan permanentemente en los titulares, sobre todo porque hay dos visiones [POL?TICAS] contrapuestas y dos legislaciones completamente distintas al respecto¡±, apunta Goig, que dirige un grupo de investigaci¨®n sobre emigraci¨®n y extranjer¨ªa.
La legislaci¨®n a que hace referencia Goig indica cu¨¢n movediza es la consideraci¨®n legal de inmigraci¨®n en Espa?a. A la ley de extranjer¨ªa de 1985 ¡ªadoptada cuando la llegada de inmigrantes era incipiente¡ª, siguieron dos nuevas, promovidas y aprobadas por Gobiernos del PP, ¡°la 4/2000 y la 8/2000, dos legislaciones completamente distintas. Sobre la ¨²ltima, la 8/2000, hay pendientes ocho sentencias de inconstitucionalidad. Este Gobierno [DEL PSOE] ha aprobado un programa de retorno, coincidiendo con los primeros golpes de la crisis, pero siguen viviendo entre nosotros m¨¢s de cinco millones de personas¡± sobre las que nada, o muy poco, se ha dicho en campa?a, ¡°solo las menciones [DEL PP]al contrato en origen. Inmigrantes que requieren servicios, como los sanitarios, pero tambi¨¦n contribuyen al crecimiento econ¨®mico no solo en Espa?a, sino en toda Europa¡±, concluye Goig.
Cristina Gort¨¢zar, directora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas, considera que los errores de 2008 han pesado mucho en el planteamiento de esta campa?a. ¡°Utilizar la inmigraci¨®n en unas generales, en las que los inmigrantes no tienen voz ni voto, no es un juego muy limpio. Esto se critic¨® tanto la ¨²ltima vez que ahora los partidos han tenido m¨¢s pudor. Incluso a alguno de los grandes le perjudic¨®, porque la cuesti¨®n se plante¨® de un modo muy burdo. Esta vez se ha impuesto la cordura, pero los planes siguen ah¨ª¡±, apunta. Si hay planes, eso significa que ha habido programa¡ aun encubierto. ¡°Lo que ha dicho el PP es que si mejora la situaci¨®n econ¨®mica no hacen falta pol¨ªticas sociales espec¨ªficas, algo que yo sostengo que es falso. El PSOE propone la integraci¨®n como pol¨ªtica social, pero las pol¨ªticas sociales todos sabemos que o se instan o no se hacen solas¡ Hay confusi¨®n sobre esas pol¨ªticas de integraci¨®n, que deben ser promovidas por los poderes p¨²blicos, locales y auton¨®micos sobre todo¡±.
El problema, subraya Gort¨¢zar, es que en el lenguaje com¨²n ¡°confundimos esa idea primigenia de integraci¨®n con las pol¨ªticas de condiciones previas a la integraci¨®n que se est¨¢n imponiendo en otros pa¨ªses europeos¡±. Francia, 2004: Nicolas Sarkozy, entonces ministro del Interior, formula el llamado ¡°contrato de integraci¨®n¡± en plena gestaci¨®n de la revuelta de las banlieues. El documento exige que para obtener el permiso de residencia el inmigrante acepte los valores de la Rep¨²blica, aprenda la lengua y respete las leyes: grosso modo, que se adapte incluso antes de llegar, y que la integraci¨®n corra por su cuenta. El PP recogi¨® el guante de la iniciativa francesa en 2008, y en esta campa?a la ha sacado a relucir con cuentagotas.
¡°Me asusta mucho esa posibilidad¡±, confiesa Gort¨¢zar. ¡°Nuestra ley de extranjer¨ªa ¡ªla modificaci¨®n de 2009 y luego el reglamento de 2011¡ª establece que los poderes p¨²blicos deben fomentar y facilitar la integraci¨®n, pero sin embargo vemos c¨®mo pa¨ªses de nuestro entorno est¨¢n imponiendo sistemas cuyo fundamento es contrario a ella: Holanda, Alemania, Francia o Reino Unido, con el sistema de puntos. Cualquier pol¨ªtica que introduzca requisitos para la integraci¨®n no es satisfactoria¡±.
He aqu¨ª lo que, a toro pasado, habr¨ªa podido ser un buen elemento de debate¡ para otro tipo de campa?a. Gort¨¢zar teme ¡°los proyectos de integraci¨®n que se basen o partan de contratos en origen; estamos en un momento muy duro, y el miedo es que alg¨²n pol¨ªtico se pueda aprovechar de sentimientos tendentes a la xenofobia y el racismo. Los vientos que soplan por Europa son esos¡±.
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