Santa Mar¨ªa de Garo?a, la aldea nuclear
Defensores y detractores de la central creen que las decisiones pol¨ªticas son ¡°contaminaci¨®n¡±
A Santa Mar¨ªa de Garo?a (Burgos, 18 habitantes) no se llega de casualidad, hay que ir a prop¨®sito. Mejor con ayuda de un GPS o, en su defecto, con las indicaciones de las lugare?as que hacen su ruta del colesterol diaria por las carreteras secundarias del Valle de Tobalina, comarca a la que pertenece el peque?o municipio que acoge la central nuclear m¨¢s antigua del parque at¨®mico espa?ol.
La planta burgalesa cumple 40 a?os de actividad con una pr¨®rroga de funcionamiento de dos m¨¢s ¨Csu fecha de cierre es para 2013- y la central ¨C gestionada por Endesa e Iberdrola al 50% a trav¨¦s de Nuclenor- vive con la esperanza de que, una vez pasadas las elecciones del 20 de noviembre, y si el PP forma nuevo Gobierno, revise la licencia, como promete en su programa electoral, y prolongue su vida hasta 2019, como avala en su ¨²ltimo informe el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
¡°Eso lo que tienen que hacer es cerrarlo ya¡±, se?ala con su bast¨®n Benito Vadillo, pastor de 56 a?os, que cuida de su reba?o de ovejas en un prado cercano al municipio con la ayuda de su perra ¡®Zagala¡¯, a la que llama constantemente. El trasiego de trabajadores de la central nuclear le queda cercano: su hermano Fernando, de 53 a?os, fue obrero en Garo?a de manera intermitente durante 13 a?os, hasta que una baja por enfermedad lo quitara de las quinielas para volver.
El reciclaje de los trabajadores de la central y la posibilidad de un plan alternativo son uno de los caballos de batalla para los detractores y defensores de la planta burgalesa. El sector industrial representa el 26,3% de los empleados -1532 empleos directos e indirectos- en los municipios que se reparten por el Valle de Tobalina, adem¨¢s de Las Merindiades, seg¨²n datos del informe que realiz¨® Analistas Financieros para Nuclenor en octubre de 2010. ¡°El 90% de los que trabajan aqu¨ª son procedentes del Valle¡±, defiende Alberto C¨¦sar Gonz¨¢lez Ar¨ªn, portavoz del comit¨¦ de empresa de Garo?a, a las puertas de la central. ¡°Donde yo vivo, en Quintasecas, no hay nadie trabajando all¨ª; y de Fr¨ªas hay 5 o 6 personas nada m¨¢s, de 300 habitantes¡±, asegura Fernando Garc¨ªa, miembro de la Asociaci¨®n de Vecinos Afectados por la Central At¨®mica de Garo?a (AVACA). Rafael Gonz¨¢lez Mediavilla, alcalde del Valle de Tobalina (PP) desde hace tres legislaturas, admite que el principal n¨²cleo de trabajadores se concentra en Miranda de Ebro y Medina de Pomar, pero que desde las corporaciones locales ¡°se reivindica constantemente¡± la inclusi¨®n de trabajadores de la zona m¨¢s cercana a la central. Garc¨ªa, artesano y escultor de 37 a?os, tambi¨¦n cree que la central ¡°es un freno y un lastre¡± para el desarrollo de la regi¨®n, mientras que la empresa considera que su cierre propiciar¨ªa ¡°una condena¡± al principal sector econ¨®mico de la zona.
Es una tomadura de pelo que el PSOE utilice por tercera vez a Garo?a en su campa?a electoral Fernando Garc¨ªa, miembro de AVACA
El punto de reuni¨®n del Plan Municipal de emergencia nuclear, a la entrada de de Santa Mar¨ªa de Garo?a, est¨¢ cerrado a cal y canto. Unos meg¨¢fonos apenas utilizados coronan la garita, desde donde se podr¨ªa otear la decena de casas que conforman Santa Mar¨ªa de Garo?a. ¡°Diariamente vivir¨¢n aqu¨ª unas 5 o 6 personas, aunque en fin de semana venimos los dem¨¢s¡±, explica Miguel Moreno, prejubilado de una empresa de telefon¨ªa que se afana, mientras habla, en repartir abono en el jard¨ªn de la casa que construy¨® en la aldea en 1974. Un municipio al que le ser¨ªa imposible celebrar un partido de f¨²tbol amistoso si se jugara solo con sus habitantes censados.
La seguridad y el mantenimiento de una central nuclear que tiene una vida m¨¢s all¨¢ de los 40 a?os es esencial para avalar una posible pr¨®rroga hasta 2019. Garo?a es segura. Continuidad; Feliz 40 cumplea?os. Y que cumplas muchos m¨¢s; son las pancartas que cuelgan de las puertas de la central. ¡°Si se reabre el dictamen sobre la central se volver¨¢ a la normalidad t¨¦cnica que deseamos, que es que primen los aspectos t¨¦cnicos frente a las decisiones pol¨ªticas¡±, esgrime Antonio Cornad¨®, jefe de comunicaci¨®n de Nuclenor. Esa ¡°responsabilidad t¨¦cnica¡± tambi¨¦n las defiende alcalde del Valle de Tobalina, personal t¨¦cnico en la central desde 1975, y el propio comit¨¦ de empresa. Para Fernando Garc¨ªa, miembro de AVACA es una ¡°tomadura de pelo¡± muy peligrosa que el PSOE ¡°utilice por tercera vez¡± a Garo?a en su campa?a electoral y considera que las malas decisiones que se toman en cuestiones de seguridad y mantenimiento forman parte ¡°de la contaminaci¨®n pol¨ªtica¡± que existe a nivel local.
El 90% de los que trabajan aqu¨ª son procedentes del Valle Alberto C¨¦sar Gonz¨¢lez Ar¨ªn, portavoz del comit¨¦ de empresa
?Existe el miedo a que una central, gemela a la de la planta japonesa de Fukushima, sufra un accidente? Para Garc¨ªa deber¨ªan primar las mejoras y modificaciones de la central, ¡°que no se han hecho hasta ahora¡±, como el refuerzo en los circuitos el¨¦ctricos o la protecci¨®n contra incendios, adem¨¢s de un mejor aislamiento, aunque duda que en dos a?os que le quedan a la central para su desmantelamiento se lleven a cabo. ¡°Nuestra obligaci¨®n es mantenerla segura. Lo hacemos bien y lo seguiremos haciendo bien¡±, espeta Alberto C¨¦sar Ar¨ªn, del comit¨¦ de empresa. Desde el huerto de Miguel Moreno, en Santa Mar¨ªa de Garo?a, la seguridad y el riesgo de un posible accidente nuclear se ve desde un prisma m¨¢s pragm¨¢tico: ¡°Si ocurriera algo, qu¨¦ m¨¢s da que est¨¦ aqu¨ª o en Barakaldo¡±.
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