Ministrables sin cartera

No est¨¢n todos los que son, pero s¨ª son todos los que est¨¢n. Forman parte de la guardia pretoriana de Mariano Rajoy, quienes le han acompa?ado durante los ¨²ltimos ocho a?os de traves¨ªa por el desierto. Algunos deben su carrera pol¨ªtica al actual l¨ªder, otros son veteranos de la etapa de Aznar que han sabido reciclarse en los nuevos tiempos. Algunos aspiran a sentarse pronto en el Consejo de Ministros; otros saben que les toca esperar. Pero todos est¨¢n convencidos de que Rajoy contar¨¢ con ellos.

Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa

Una pol¨ªtica imprevista

Lleg¨® a la pol¨ªtica por casualidad. Era una brillante abogada del Estado en Le¨®n, y envi¨® su curr¨ªculum a Paco Villar, el veterano jefe de gabinete de Rajoy, recientemente fallecido. A Villar le gust¨®, ella acudi¨® en autob¨²s a Madrid, y la fich¨® para el equipo del entonces ministro de Administraciones P¨²blicas. Ni era del PP ni ten¨ªa trayectoria pol¨ªtica. Algunos no descartan que hubiera votado al PSOE alguna vez. Pero era eficaz y discreta, dos cualidades muy apreciadas por Rajoy.

En 2004, ¨¦l la incluy¨® en la lista de Madrid en el puesto 18. No sali¨®. Pero entr¨® en el Congreso cuando Rodrigo Rato dej¨® la pol¨ªtica para irse al FMI. Desde entonces, siempre con eficacia, trabajo y discreci¨®n ¡ªy con muy poco perfil pol¨ªtico, huyendo de los titulares¡ª fue creciendo hasta que en 2008 Rajoy decidi¨® romper con el aznarismo y la nombr¨® su portavoz parlamentaria. Una mujer que se cas¨® por lo civil en Brasil y promet¨ªa y no juraba su cargo de diputada daba una imagen de modernidad opuesta al PP tradicional. ¡°Todo el mundo tiene derecho a una oportunidad¡±, dijo Rajoy el d¨ªa que la nombr¨® ante las miradas esc¨¦pticas de los veteranos.

Sin arriesgar pero con mucha preparaci¨®n ¡ªsus intervenciones de control al Gobierno las estudia a conciencia¡ª, y gracias a la posibilidad de consultar desde la cercan¨ªa a Rajoy, ha ido consolidando una buena imagen en las encuestas. Ahora, cuando acaba de ser madre, le llega el momento de la verdad: todos dan por hecho que ser¨¢ vicepresidenta pol¨ªtica. Nadie duda de su enorme capacidad de trabajo. Pero no se ha puesto a prueba a¨²n su nivel pol¨ªtico en un Gobierno. Ahora tendr¨¢ el poder de verdad, no el de la oposici¨®n, y deber¨¢ ejercerlo en circunstancias dif¨ªciles.

Dolores de Cospedal

La enso?aci¨®n manchega

De Mar¨ªa Dolores de Cospedal, nacida en Madrid hace 46 a?os pero criada en El Bonillo (Albacete), siempre se destacan dos hechos irrefutables. Primero, el profesional: que aprob¨® con 26 a?os la dura oposici¨®n de Abogados del Estado, lo que le facilit¨® una mete¨®rica carrera en la Administraci¨®n en varios departamentos con altos cargos de la ¨¦poca de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (Javier Arenas, ?ngel Acebes, Esperanza Aguirre). Segundo, el personal: que decidi¨®, ya con una carrera pol¨ªtica m¨¢s que incipiente, ser madre en la cuarentena por fecundaci¨®n in vitro cuando a¨²n era soltera. Algo inhabitual en una dirigente del PP, que la barniz¨® al principio con una imagen moderna que se ha ocupado de matizar con el tiempo, por ejemplo, con fotograf¨ªas llena de perlas en la profesi¨®n del Corpus Christi de Toledo, con una pol¨ªtica un punto revanchista hacia su predecesor y con alg¨²n nombramiento extra?o.

Pero Cospedal tambi¨¦n ha sido y a¨²n es la primera mujer secretaria general de uno de los principales partidos pol¨ªticos en Espa?a, nombrada por Mariano Rajoy para salvar la enorme crisis previa al pol¨¦mico Congreso del partido en Valencia en 2008 y para gestionar a continuaci¨®n todos los marrones internos que saltaron en su formaci¨®n, incluido el enredado caso judicial y pol¨ªtico de Francisco Camps. Fr¨ªa, componedora pero tambi¨¦n ejecutiva.

Desde mayo pasado es tambi¨¦n la primera presidenta de Castilla-La Mancha, tras arrebatar ese basti¨®n casi hist¨®rico de los socialistas durante 21 a?os. Esos miles de votos con los que super¨® al final a Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda (muy pocos en la provincia clave de Guadalajara) le dieron el esca?o definitivo que le proporcion¨® la mayor¨ªa absoluta, el gobierno de una comunidad emblem¨¢tica para el PP y le han abierto las puertas del futuro del partido tras Rajoy.

Tras el 20-N, si el PP acaba gobernando, no est¨¢ sin embargo entre las ministrables, al menos del primer Gabinete de Rajoy. Su objetivo es otro. Seguir, pese a algunas cr¨ªticas internas, al frente del aparato, en G¨¦nova, y consolidarse como presidenta regional. Y esperar su oportunidad.

Alberto Ruiz-Gallard¨®n

El eterno aspirante

La figura de Alberto Ruiz-Gallard¨®n ha protagonizado la vida pol¨ªtica madrile?a durante los ¨²ltimos 25 a?os. Tras su frustrado intento de acompa?ar a Rajoy en 2008, el alcalde ocupa ahora el cuarto lugar en la candidatura del PP por Madrid. Gallard¨®n comenz¨® su carrera pol¨ªtica en 1983 como concejal en el Ayuntamiento de la capital con solo 25 a?os. Hijo de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Gallard¨®n, miembro de la ejecutiva de AP, su carrera pol¨ªtica fue fulgurante. En 1986, con tan solo 28 a?os, ocup¨® la secretar¨ªa general de Alianza Popular de forma provisional. Un a?o m¨¢s tarde libr¨® su primer pulso con el socialista Joaqu¨ªn Leguina para hacerse con la presidencia de la Comunidad de Madrid. Lo logr¨® tras perder dos elecciones, en 1995.

Tras ocho a?os al frente de la Comunidad, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, expresidente del PP, lo env¨ªo al Ayuntamiento en 2003, para competir por la alcald¨ªa con Trinidad Jim¨¦nez (PSOE). Durante su mandato al frente del Consistorio, el alcalde soterr¨® buena parte de la M-30 a costa de convertir a la ciudad en la m¨¢s endeudada de toda Espa?a. Gallard¨®n ha embarcado a la ciudad en tres carreras ol¨ªmpicas desde que es acalde, sin ¨¦xito hasta el momento. En este periodo ha mantenido frecuentes roces con su compa?era de partido Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. Hace cuatro a?os apost¨® fuerte por ir en las listas al Congreso, pero las luchas internas le dejaron fuera. Amenaz¨® con abandonar la pol¨ªtica, pero su ambici¨®n lo mantuvo al frente del Ayuntamiento. Ahora parece cerca de ocupar uno de los sillones del consejo de Ministros que presidir¨¢ Rajoy.

ESTEBAN GONZ?LEZ PONS

La navaja de Rajoy

Esteban Gonz¨¢lez Pons (Valencia, 1964) es uno de los principales lanceros de Mariano Rajoy desde que este se consolid¨® como l¨ªder del PP en 2008 en el congreso de Valencia. Fue el primer nombre que desvel¨® Rajoy para su equipo, como muestra de agradecimiento al apoyo de Francisco Camps en ese momento de debilidad, y lo situ¨® al frente de la quinta planta de G¨¦nova, 13.

Antes hab¨ªa sido el portavoz del Senado m¨¢s joven de Espa?a y hab¨ªa ocupado tres consejer¨ªas en el primer Gobierno de su amigo Camps, pero es en la vicesecretar¨ªa de Comunicaci¨®n donde Gonz¨¢lez Pons m¨¢s partido de s¨ª sacar¨ªa. Su lengua de navaja barbera le han garantizado siempre hueco en los medios de comunicaci¨®n.

Desde entonces, el rating para figurar en la alineaci¨®n estelar de Rajoy, si el 20-N le es propicio en las urnas, no ha parado de subir. Su adicci¨®n a los titulares y su voracidad medi¨¢tica le abren muchas posibilidades. Su principal valor es que encanta a los adeptos e irrita al adversario por igual medida. Su ¨²nico obst¨¢culo, su desbordante efervescencia verbal, que le ha hecho derrapar varias veces en poco tiempo, prometiendo tres millones y medio de puestos de trabajo o llamando idiotas a los votantes del PSOE.

JORGE MORAGAS

El hombre de la foto

Bromean en el PP asegurando que hay un premio para quien tenga una foto con Rajoy en la que no aparezca Jorge Moragas en segundo plano. Y por ahora nadie lo ha ganado. Este barcelon¨¦s de 46 a?os, con un t¨ªtulo que apenas cabe en la tarjeta de visita -coordinador de Presidencia y Relaciones Internacionales del PP- se ha convertido en la sombra del l¨ªder.

Aznar lo conoci¨® en el departamento de protocolo de Moncloa cuando lleg¨® en 1996 y Javier Zarzalejos, su fontanero mayor, lo fich¨® como jefe de Gabinete dos a?os despu¨¦s, cambiando una carrera diplom¨¢tica apenas iniciada por un puesto en el aparato del partido. Rajoy lo encontr¨® en G¨¦nova cuando fue elegido sucesor y tambi¨¦n debi¨® seducirle su melena traviesa y su sonrisa franca, pues no se separ¨® de su lado desde que le organiz¨® la primera gira internacional, en 2004. Siempre ha estado en el lugar oportuno y ha sabido granjearse la confianza del nuevo jefe. El 20-N va de n¨²mero dos en la lista popular por Barcelona. ?Y despu¨¦s? No muy lejos de Rajoy, seguro.

JAVIER ARENAS

El superviviente

Si tras un naufragio, hay un bote a la deriva, una tabla a la que asirse o un simple trozo de corcho al que agarrarse, ah¨ª, siempre ah¨ª, estar¨¢ Javier Arenas, un superviviente de la pol¨ªtica, uno de los pocos dirigentes (junto a Mariano Rajoy o Federico Trillo) que permanece en la primera l¨ªnea de mando del PP desde hace m¨¢s de 20 a?os, con peque?os pasos atr¨¢s que siempre le han servido para tomar impulso y volver al cogollo donde se toman las decisiones.

En estas dos d¨¦cadas, Javier Arenas (Sevilla, 1957) ha sido casi todo en la pol¨ªtica nacional (vicepresidente del Gobierno, ministro y secretario general del PP), a la que, seg¨²n dice, no quiere regresar. Si quisiera lo har¨ªa: Rajoy no olvida que en 2008, tras su segunda derrota electoral, Arenas teji¨® la red de apoyos que le permitieron continuar cuando sufri¨® una operaci¨®n de acoso y derribo (auspiciada desde dentro y con la colaboraci¨®n de medios de la derecha) para que dejara el liderazgo del PP.

Y eso que Arenas no era, en 2004, de los marianistas convencidos y que fue Rajoy quien le oblig¨® a regresar a Andaluc¨ªa para recomponer un partido destrozado. En aquel momento, ¨¦l prefer¨ªa quedarse en Madrid como secretario general o portavoz en el Congreso, pero no lo logr¨®. Arenas, pol¨ªtico habilidoso donde los haya, se hizo el m¨¢s marianista de todos los marianistas (igual que es el m¨¢s centrista de todos los centristas, si toca, o el m¨¢s duro de todos los duros, si toca). Poco a poco su ascendencia sobre Rajoy fue creciendo, hasta el punto de que nadie duda de que ahora es de las personas m¨¢s decisivas de su entorno.

Arenas ha ejercido su poder interno en el PP desde Andaluc¨ªa, su principal cuenta pendiente, la comunidad en la que ha sido tres veces candidato y que tres veces le ha dado la espalda. Tras el 20-N, sabe que la rev¨¢lida definitiva de su vida llegar¨¢ en marzo de 2012, cuando por cuarta vez oposite para ser presidente de la Junta. Lo tiene todo a favor para sacarse esta espina, pero no se f¨ªa. Su temor es quedarse a las puertas de la mayor¨ªa absoluta, la ¨²nica garant¨ªa de que gobernar¨¢. Pase lo que pase en marzo, solo hay algo seguro: Arenas sobrevivir¨¢.

CRIST?BAL MONTORO

Un tipo repetible

Crist¨®bal Montoro es un tipo soso, aburrido¡­repetible. Lo ha definido as¨ª, en declaraciones publicadas a lo largo de a?os, quien mejor lo conoce: el propio Crist¨®bal Montoro (Ja¨¦n, 1950). Doctor en Ciencias Econ¨®micas, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Cantabria, diputado en cinco legislaturas, ex ministro de Hacienda (2000- 2004) y ex diputado en el Parlamento Europeo, Montoro ha sido la voz del Partido Popular en cuestiones econ¨®micas en los ¨²ltimos tres a?os. Sucedi¨® en la tarea al tambi¨¦n exministro Miguel Arias Ca?ete. Por eso, por "haber estado ah¨ª" cuando el PP parec¨ªa a¨²n lejos de ser alternativa de Gobierno, est¨¢ ahora en todas las quinielas para formar parte del futuro Gobierno del PP si se confirman las encuestas.

"Cuenta con posibilidades" asegura un ex compa?ero de tareas de Gobierno. Porque Montoro tiene una amplia hoja de servicios. En ella se incluye la autor¨ªa de los sucesivos planes liberalizadores del PP y los ajustes ¨²ltimos de la econom¨ªa del pa¨ªs para la incorporaci¨®n a la uni¨®n monetaria europea en el a?o 1999. Bajo la batuta del entonces vicepresidente econ¨®mico Rodrigo Rato, todo hay que decirlo."Crist¨®bal es de los de primera hora, de los del 93, del clan inicial, no de los del a?o 1996" asegura otro ex ministro de los gabinetes de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Aparte de que nunca es buena la sobreexposici¨®n cuando se trata de ocupar una cartera ministerial, Montoro tiene otro punto d¨¦bil, y m¨¢s con la que est¨¢ cayendo: no habla idiomas. No es un asunto menor. Mariano Rajoy puede lograr, quiz¨¢, ignorar los m¨²ltiples grupos de presi¨®n que van a intentar ejercer influencia sobre ¨¦l. Pero no va a poder ignorar al grupo que m¨¢s pesa ahora: los acreedores del Reino de Espa?a. Para tratar con ellos se necesita algo m¨¢s que bagaje econ¨®mico t¨¦cnico y te¨®rico. Se necesita ingl¨¦s. Y Montoro, como explica otro fijo en las quinielas ministeriales, no habla idiomas. Pero si no conecta con la modernidad en materia de idiomas, la base de su pensamiento s¨ª est¨¢ en sinton¨ªa con la ola de peticiones que llegan desde las organizaciones empresariales.

En los noventa, Montoro ya propon¨ªa el freno a la presi¨®n fiscal, la flexibilidad en el mercado de trabajo y la contenci¨®n salarial. Sin medias tintas. En 1992, desde el Instituto de Estudios Econ¨®micos (IEE) lleg¨® a proponer la eliminaci¨®n de la referencia del IPC a la hora de revisar las pensiones y los salarios de los funcionarios. Sus conclusiones y propuestas hab¨ªan sido cocinadas al calor de los an¨¢lisis bancarios (fue subdirector del Servicio de Estudios del Banco Atl¨¢ntico) y los lobbies empresariales como la patronal CEOE, en la que fue miembro de los Comit¨¦s Financiero, Fiscal y de Coyuntura Econ¨®mica.

"T¨ªmido", dice de ¨¦l un hist¨®rico diputado socialista; "distante, terminas una conversaci¨®n con ¨¦l y no sabes si le ha interesado", remacha un antiguo compa?ero de partido. Montoro, que en los ¨²ltimos tiempos ha a?adido barniz pol¨ªtico al perfil profesoral y t¨¦cnico que lo ha acompa?ado desde los noventa, tiene facilidad, aseguran, para explicar de forma pedag¨®gica cuestiones econ¨®micas arduas. Lo que no significa que siempre acierte en los an¨¢lisis y en las exposiciones. Todav¨ªa hay quien recuerda c¨®mo siendo secretario de Estado de Hacienda, con el halo de economista riguroso intacto, logr¨® hundir la cotizaci¨®n en Bolsa de los grandes bancos al advertir, en plena crisis asi¨¢tica, de los riesgos asumidos por las entidades en Am¨¦rica Latina.

Fue un lunar que lleg¨® a convertirse en abceso (resuelto con pol¨¦mica pero sin consecuencias pol¨ªticas) con el caso Gescartera. Por resumir: una agencia de valores que estaf¨® 120 millones de euros a miles de inversores y que ten¨ªa como mascar¨®n de proa (presidenta) a la hermana del secretario de Estado de Hacienda de entonces, Enrique Gim¨¦nez-Reyna, subordinado de Montoro. El secretario de Estado se vio obligado a dimitir y su hermana fue condenada a tres a?os y seis meses de prisi¨®n junto con el due?o de Gescartera, Antonio Camacho (11 a?os). Montoro, que declar¨® en la comisi¨®n de investigaci¨®n que constituy¨® el Congreso, cape¨® el temporal sin demasiadas consecuencias. Acostumbrado al perfil bajo, t¨¦cnico, un tanto aburrido, Montoro guarda sorpresas: "En amor he hecho locuras", explic¨® hace ocho a?os en una jugosa entrevista.

ANA PASTOR

La sombra fiel

Si se pregunta a un ciudadano medianamente informado por el nombre de un pol¨ªtico del PP que haya sido alto cargo en los ministerios de Educaci¨®n, Presidencia e Interior durante los Gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y que, en la actualidad, est¨¦ en el Congreso con un acta conseguida por Pontevedra, es f¨¢cil que dude y el primer nombre que diga sea el de Mariano Rajoy. Y es que la carrera de Ana Pastor Juli¨¢n (Cubillos de Pan, Zamora, 1957) est¨¢ tan ligada a la del candidato presidencial del PP que ha estado en pr¨¢cticamente todos sus equipos de confianza. Solo en los dos a?os que fue ministra de Sanidad en el ¨²ltimo Gobierno de Aznar (2002-2004) no ha dependido jer¨¢rquicamente de Rajoy.

Pastor, casada y sin hijos, es, por tanto y sin lugar a dudas, una mujer de confianza de su jefe. Aunque no sea de las que est¨¢ en todas las fotos con ¨¦l. M¨¦dica de formaci¨®n y funcionaria de carrera, su mayor visibilidad la alcanz¨® precisamente en los dos a?os en que fue ministra, y luego, como secretaria de Pol¨ªtica Social del partido (octubre de 2004) ha seguido al frente de las pol¨ªticas en temas sanitarios -y tambi¨¦n educativos y de dependencia- de su partido.

Pero si se busca se podr¨¢n encontrar pocas declaraciones altisonantes en estos a?os. Ella prefiere el perfil t¨¦cnico, y no meterse en honduras ideol¨®gicas. Al menos, no delante de los micr¨®fonos. Los ataques a la ley del aborto, de muerte digna, de reproducci¨®n humana asistida (investigaci¨®n con embriones incluida), por ejemplo, prefiere dejarlos en boca de otras personas del partido. Y cuando lo hace, no se la ve c¨®moda. Ella prefiere el trabajo de despacho, los montones de papeles, los informes farragosos, las reuniones inacabables.

Seguramente ser¨ªa la candidata perfecta para ser ministra de Sanidad en el primer Gobierno de Rajoy -y el sector lo agradecer¨ªa-. Pero ser¨ªa un caso ins¨®lito de pol¨ªtico que vuelve al ministerio que dej¨® hace ocho a?os. Adem¨¢s, se trata de una cartera que, con los recortes de la crisis, est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n, y lo m¨¢s probable es que el l¨ªder del PP prefiera a alguien con un perfil menos t¨¦cnico y m¨¢s pol¨ªtico. En cualquier caso, de lo que no hay duda es de que va a contar con ella.

FEDERICO TRILLO-FIGUEROA

Residuo de la vieja guardia

El coordinador de justicia y libertades p¨²blicas del PP, Federico Trillo-Figueroa (Cartagena, 1952) es, junto a Javier Arenas, uno de los escasos miembros de la vieja guardia de Aznar cuya influencia se ha mantenido en la etapa de Rajoy. Expresidente del Congreso de los Diputados y exministro de Defensa en el segundo Gobierno de Aznar es el interlocutor en el PP de los miembros de la magistratura y de la fiscal¨ªa para situarse en el terreno de las responsabilidades pol¨ªticas en el ¨¢rea de justicia.

Miembro del Opus Dei, Trillo orden¨® en 2002 el desembarco en la isla de Perejil, que hab¨ªa sido ocupada por una guarnici¨®n marroqu¨ª.

Era ministro de Defensa cuando en 2003 se produjo el accidente del Yak-42, el avi¨®n ucranio que transportaba las tropas espa?olas que regresaban de Afganist¨¢n, y en el que murieron 62 militares espa?oles y 13 tripulantes. Trillo inst¨® al equipo desplazado a Turqu¨ªa a acelerar la repatriaci¨®n de los cuerpos porque hab¨ªa que llegar a tiempo al funeral de Estado que iba a presidir Aznar y ocurri¨® el desastre de la err¨®nea identificaci¨®n de los cad¨¢veres. Un general y dos oficiales fueron condenados, pero Trillo se neg¨® a aceptar responsabilidad penal o pol¨ªtica alguna.

Trillo defendi¨® que los inspiradores de los atentados del 11-M no estaban en "desiertos lejanos", en referencia a ETA y en representaci¨®n del PP se ha personado en la causa de la Operaci¨®n G¨¹rtel, no para descubrir la verdad de la corrupci¨®n que afectaba a su partido sino para acusar a la polic¨ªa, al juez instructor y a las fiscales de parcialidad y de atacar solo al PP. Aparte de su c¨¦lebre "?manda G¨¹evos!", su metedura de pata m¨¢s graciosa es aquella en la que el 28 de septiembre de 2003 grit¨® "?Viva Honduras!", en el destacamento de tropas de El Salvador integradas en la Brigada Plus Ultra desplegada en Irak.

JOS? MANUEL SORIA

El estratega canario

Jos¨¦ Manuel Soria (Las Palmas de Gran Canaria, 5 de enero de 1958) desde la presidencia del Partido Popular en Canarias ha comandado los ¨²ltimos 10 a?os de los conservadores en el archipi¨¦lago. Licenciado en Ciencias Econ¨®micas y Empresariales, su carrera pol¨ªtica ha sido mete¨®rica desde que en 1995 fuera elegido por mayor¨ªa absoluta alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Este cargo fue revalidado con el mismo resultado en las elecciones municipales de 1999, a?o en el que tambi¨¦n fue elegido como presidente del PP canario.

Desde la direcci¨®n del partido en las islas, desempe?¨® una activa labor de apoyo a la pol¨ªtica de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y en 2003 fue designado diputado en el Parlamento de Canarias, tarea que simultane¨® con la presidencia del Cabildo de Gran Canarias hasta que sali¨® del Gobierno insular tras una moci¨®n de censura presentada por Coalici¨®n Canaria y Nueva Canarias en 2007. A pesar de varios esc¨¢ndalos que relacionaban a cargos del PP con corrupci¨®n urban¨ªstica (casos Bango, E¨®lico, Fayc¨¢n y Salm¨®n), Jos¨¦ Manuel Soria accede al Gobierno regional, tras pactar con CC en 2007, como vicepresidente y consejero de Econom¨ªa y Hacienda.

En 2010 rompe el pacto con los nacionalistas por el apoyo de estos a los presupuestos estatales y en las elecciones locales de ese mismo a?o, a pesar de ser la fuerza m¨¢s votada, el PP se queda en la oposici¨®n tras el pacto entre socialistas y nacionalistas. Quienes le conocen, alaban su capacidad para la estrategia pol¨ªtica y cuenta entre sus virtudes la de saber medir los tiempos cuando se trata de negociar pactos de gobierno y en la sede de G¨¦nova lo ven como un candidato ministrable. Adem¨¢s ha sido uno de los primero pol¨ªticos canarios en aprovechar las posibilidades de las redes sociales como Facebook y Twitter.

ANA MATO

La guardiana de G¨¦nova

Ana Mato (Madrid, 1959) lleva desde 1983 formando parte del aparato del PP, salvo el periodo que estuvo en la Junta de Castilla y Le¨®n como miembro del gabinete del entonces presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (de 1987 a 1991) y la legislatura que fue eurodiputada (2004 a 2008). Por eso, es una de las personas que mejor conoce la organizaci¨®n del partido, hasta su m¨¢s m¨ªnimo detalle.

Fue considerada siempre como integrante destacada del equipo de Aznar, pero Mariano Rajoy la rescat¨® en abril de 2004 para encargarse del d¨ªa a d¨ªa del partido como vicesecretaria de Organizaci¨®n. Ahora es responsable de la campa?a electoral del l¨ªder del PP.

Su actividad no ha estado exenta de pol¨¦mica por la implicaci¨®n de su ex marido, Jes¨²s Sep¨²lveda, en el caso Gurtel y por declaraciones como las que pon¨ªan en cuesti¨®n el modelo educativo andaluz. Es licenciada en Ciencias Pol¨ªticas y en Sociolog¨ªa por la Universidad Complutense de Madrid. Ejerci¨® como profesora tutora en la Universidad a Distancia (UNED). Tiene tres hijos.

Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Javier Casqueiro, Carlos E. Cu¨¦, Miquel Arberola, Miguel Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Yoldi, Emilio de Benito, Fernando Garea, Luis Barbero, Jes¨²s S¨¦rvulo Gonz¨¢lez, Santiago Carcar y Pedro Murillo.