A las urnas
El ganador de las elecciones deber¨¢ impedir que Espa?a pierda la prosperidad ganada en d¨¦cadas
La Espa?a que tendr¨¢ que gobernar el partido ganador de estas elecciones generales poco o nada tiene que ver con la de 2008, cuando Rodr¨ªguez Zapatero apel¨® al voto del miedo para imponerse en las urnas a un Partido Popular que hab¨ªa optado por la estrategia de la crispaci¨®n. Aunque la crisis de las hipotecas basura hab¨ªa estallado unos meses antes en Estados Unidos, la opini¨®n generalizada aseguraba que el euro proteg¨ªa a pa¨ªses como Espa?a de los efectos m¨¢s severos de las turbulencias financieras, pronto trasladadas a la econom¨ªa real. Hoy es el euro lo que est¨¢ en crisis, hasta el punto de que muchos dudan de su supervivencia, al tiempo que sobre la econom¨ªa real pesa una persistente recesi¨®n y un desempleo que se aproxima a los cinco millones de parados.
La de este domingo no es aquella Espa?a confiada en la que asuntos de detalle, adem¨¢s de las formas pol¨ªticas a las que recurr¨ªa cada partido, decid¨ªan el voto de los ciudadanos m¨¢s que cuestiones trascendentales para la prosperidad y el bienestar. Es verdad que estas no parec¨ªan estar en juego entonces como lo est¨¢n ahora, acosadas por un brutal principio de realidad que ha transformado en inquietud el optimismo anterior, cuyas bases eran m¨¢s fr¨¢giles de lo que se pensaba. Pero, en cualquier caso, los asuntos de detalle y las formas pol¨ªticas que en 2008 decidieron el voto de los ciudadanos han cedido su lugar, tres a?os despu¨¦s, a las medidas para combatir la crisis econ¨®mica, y esta toma de conciencia acerca de los problemas reales era el punto de partida imprescindible para la legislatura que empieza. La campa?a ha podido ser decepcionante, pero nadie ignora que la agenda que le espera al pa¨ªs es, sobre todo, econ¨®mica.
Durante los pr¨®ximos meses y a?os, a comenzar desde ma?ana mismo, la prioridad absoluta de la opci¨®n pol¨ªtica que salga de las urnas ser¨¢ impedir que Espa?a pierda en poco tiempo la prosperidad y el bienestar social que construy¨® con ingente esfuerzo durante d¨¦cadas. Por esta raz¨®n, las elecciones de hoy son trascendentales y su sentido est¨¢ muy claro para ciudadanos y partidos ante la magnitud de los problemas. Nadie deber¨ªa pensar que, acudiendo a votar durante esta jornada, se transfiere al partido que resulte ganador la entera responsabilidad de encontrar una soluci¨®n a una situaci¨®n econ¨®mica tan grave; sencillamente, se elige a quienes tendr¨¢n que liderar el compromiso de hacer frente a las actuales dificultades. El compromiso tendr¨ªa que ser colectivo. Gane quien gane al cerrarse esta noche los colegios electorales, necesitar¨¢ de ese compromiso y necesitar¨¢, adem¨¢s, promover y preservar su car¨¢cter colectivo.
Poco podr¨¢ hacer el nuevo Gobierno en el plano econ¨®mico sin reforzar la cooperaci¨®n con los socios europeos y los de la eurozona, profundizando el proyecto de una Uni¨®n de la que hasta ahora solo se han recibido beneficios y que en estos momentos exige sacrificios. En Espa?a no se elige un Gobierno solo para los espa?oles, sino tambi¨¦n para Europa y para los europeos. Aparte de conjurar los riesgos de fractura interna, representada en el drama de cinco millones de ciudadanos sin empleo, el partido que hoy obtenga la mayor¨ªa necesitar¨¢ hacer otro tanto con las que han empezado a aflorar en el proyecto de la Europa unida. Espa?a es una de las grandes econom¨ªas de la eurozona y del conjunto de la Uni¨®n; esta posici¨®n exige iniciativas pol¨ªticas a la altura en el seno de las instituciones comunes.
El final del terrorismo constituye uno de los contados datos esperanzadores con los que en Espa?a se elige hoy a un nuevo Gobierno. Llegar a este punto fue m¨¦rito de todos. Tambi¨¦n lo ser¨¢ convertir la crisis en un mal sue?o que afligi¨® al pa¨ªs antes de hacerlo m¨¢s pr¨®spero y m¨¢s solidario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.