Los deberes urgentes

Los deberes econ¨®micos del l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, vencedor absoluto en las elecciones del domingo, se aglomeran en una situaci¨®n excepcional. Para calibrarla, basta puntear los sucesos de ayer. Sobre todo, la displicente indiferencia con que los mercados de deuda y de valores acogieron la clara mayor¨ªa absoluta del ganador. Su previsibilidad no hubiera inhibido, en otras circunstancias, una recepci¨®n m¨¢s c¨¢lida a lo que, abstracci¨®n hecha de su signo ideol¨®gico, debe suponer un escenario de holgada estabilidad. Algo que los mercados suelen ponderar.

Esta vez no ha sido as¨ª. Y las dificultades de los vecinos ilustran cu¨¢n profunda es esa excepcionalidad. As¨ª, se intensificaron los rumores sobre una p¨¦rdida de la m¨¢xima calificaci¨®n de la deuda francesa. Y el nuevo primer ministro griego batalla para desbloquear la ayuda de la UE sin la firma del partido conservador.

En estas circunstancias, es deseable que Mariano Rajoy abandone con urgencia tres s¨ªndromes t¨¢cticos que tanto le han servido en la campa?a electoral. El primero, obviar la asfixiante dimensi¨®n internacional de la crisis espa?ola; debe situar a la UE como el paisaje de su encauzamiento. Ha empezado a hacerlo, en su discurso de celebraci¨®n de la victoria, y en su primera conversaci¨®n, con la canciller Angela Merkel. Conviene que en los pr¨®ximos d¨ªas prodigue los signos en esta direcci¨®n. La segunda urgencia es archivar ya el mantra electoral de que la experiencia del acceso al poder del PP en 1996 garantiza el ¨¦xito de hoy. La actual crisis es flagrante, mientras que entonces se iniciaba la recuperaci¨®n; el PIB crec¨ªa; los tipos de inter¨¦s bajaban; y no se daba ning¨²n estrangulamiento del cr¨¦dito. El tercer deber deriva del anterior: el presidente electo debe establecer ya las prioridades e identificar los esfuerzos necesarios a concretar lo que dej¨® en el limbo durante la campa?a. Y a desvelar el nombre de su equipo econ¨®mico y ponerles a trabajar.

No hay tiempo que perder en recobrar la confianza: perder¨ªamos mucho. Hay que evitar la parsimonia, basada en la tradici¨®n de anteriores traspasos de poder. Hay que romper el ritmo de la normalidad, pues todo en el entorno es anormal. Nadie esperar¨¢ en el mundo a que se forme el nuevo Gobierno y entre en velocidad de crucero. Tras las elecciones, el Gobierno de Zapatero ejerce ya ¡°en funciones¡± para asegurar la continuidad de los asuntos de tr¨¢mite, que coordinar¨¢ con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa.

Nadie duda de que el traspaso de poderes ser¨¢ correcto. Pero esta vez hay asuntos que desbordan el tr¨¢mite. Son las urgencias de la emergencia econ¨®mica. Respetando siempre la norma, Zapatero y Rajoy deben encontrar la forma de visualizar la cooperaci¨®n que les exige el inter¨¦s nacional, ante los mercados y ante la UE, sin excluir su presencia conjunta o la de sus equipos y llevar un mensaje acordado a los contactos y citas de la agenda europea.