La pol¨ªtica exterior y gastos fuera del Presupuesto coparon el traspaso de 2004

"El criterio que nos dio Aznar desde el primer minuto fue el de que no se aprobara nada ni se hiciera nada, sobre todo en pol¨ªtica exterior, sin que lo supieran nuestros interlocutores del PSOE. Y as¨ª lo hicimos". La frase es de Javier Arenas, que recuerda as¨ª el mandato que le hizo el entonces presidente del Gobierno popular la misma noche de la derrota electoral del 14 de marzo de 2004 -convocatoria celebrada tres d¨ªas despu¨¦s de los?atentados del 11-M y que dieron la inesperada victoria al socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero-. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar habl¨® con Javier Arenas, que era el vicepresidente segundo y ministro de la Presidencia, y le encarg¨® que se pusiera en contacto con Zapatero para organizar el traspaso de poderes. Quer¨ªa que se hiciera r¨¢pido, era su obsesi¨®n. Una f¨®rmula, explica Arenas, "que funcion¨® entonces de manera ejemplar, como estoy convencido de que ocurrir¨¢ ahora".

Las cr¨®nicas de entonces reflejaban el mismo inter¨¦s de los socialistas por un traspaso r¨¢pido que estos d¨ªas han expresado los populares: "El PSOE conf¨ªa en que el periodo en que el PP siga gobernando en funciones sea lo m¨¢s corto posible", dec¨ªa este peri¨®dico el 17 de marzo de 2004.?

Al d¨ªa siguiente, Arenas llam¨® inmediatamente a Zapatero, con el que manten¨ªa fluidas relaciones de su etapa de ambos como secretarios generales de los dos partidos, que design¨® a su n¨²mero dos,?Jes¨²s Caldera, para pilotar el proceso por parte del PSOE. Los trabajos comenzaron dos d¨ªas despu¨¦s y, seg¨²n cuentan sus dos protagonistas, fue un intercambio "ejemplar" y "normal". "En un sistema democr¨¢tico consolidado, como el espa?ol, con unas instituciones estables y mecanismos de control, no es necesario que se pongan sobre la mesa grandes secretos, porque no existen", explica Caldera.

La maquinaria de la Administraci¨®n funciona como un reloj y, por eso, en los ¨²ltimos d¨ªas de gobierno, todas las secretar¨ªas de estado preparan informes donde explican c¨®mo est¨¢ la situaci¨®n. Ocurri¨® en 2004 y ahora tambi¨¦n: ya estaban preparadas antes de las elecciones. En estas carpetas -en 2004 todav¨ªa eran solo en papel, aunque hoy d¨ªa parte de la informaci¨®n se comparte en pen drives- se detalla c¨®mo est¨¢ la situaci¨®n de cada departamento: desde cu¨¢ntas direcciones y subdirecciones existen en cada ministerio, al n¨²mero de funcionarios, la estructura del departamento y, sobre todo, se explican cu¨¢les son los asuntos m¨¢s urgentes. Son cuestiones t¨¦cnicas, porque los asuntos m¨¢s delicados se tratan en otra reuni¨®n, al m¨¢s alto nivel, entre el presidente saliente y su sucesor. Sucedi¨® entonces entre Aznar y Zapatero y ocurrir¨¢ ahora entre Zapatero y Rajoy, probablemente esta semana.

El criterio que nos dio Aznar desde el primer minuto fue el de que no se aprobara nada ni se hiciera nada, sin que lo supieran nuestros interlocutores del PSOE" JAVIER ARENAS

El 17 de marzo de 2004 se celebr¨® aquella primera reuni¨®n, que dur¨® hora y media, y fij¨® un protocolo general de actuaciones. El equipo se complet¨®, por parte del PP, con el entonces secretario general de Presidencia, Javier Zarzalejos, y, por parte del PSOE, con Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que suceder¨ªa a Caldera como portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, y Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, que se convertir¨ªa en la vicepresidenta del Gobierno.

A partir de ese primer contacto, rememora ahora Arenas, "no se aprob¨® nada sin consultar al PSOE. Todos los asuntos que fueron al Consejo de Ministros se plasmaron en expedientes que eran entregados al interlocutor del PSOE en cada ¨¢rea". Como ejemplo, recuerda que esos d¨ªas, en Agricultura, hab¨ªa una cuesti¨®n relacionada con la remolacha. "Y tuvimos que llamar al PSOE para localizar a su experto en remolacha", relata. Tambi¨¦n se acord¨® someter a revisi¨®n previa de los socialistas todos los nombramientos obligatorios hasta el relevo del Gobierno.

En un sistema democr¨¢tico consolidado, como el espa?ol, con unas instituciones estables y mecanismos de control, no es necesario que se pongan sobre la mesa grandes secretos, porque no existen" JES?S CALDERA

Arenas se?ala que el asunto especialmente preocupante en las conversaciones de aquel traspaso fue la pol¨ªtica exterior, sobre todo en las relaciones con la Uni¨®n Europea. De hecho, en p¨²blico, el PSOE reclamaba que el Gobierno deb¨ªa consultarle la posici¨®n que iba a defender Espa?a en los foros internacionales. "Y si surgen discrepancias entre su postura y la nuestra, deber¨¢n asumir la del PSOE, que representa hoy la voluntad mayoritaria de los espa?oles", declaraba por aquellos d¨ªas Jes¨²s Caldera.

Un encuentro espec¨ªfico, celebrado el 18 de marzo, reuni¨® a los representantes del Ministerio de Exteriores con el PSOE para acordar una posici¨®n com¨²n ante la Cumbre Europea que iba a celebrarse el 25 y 26 de marzo, cuyo asunto central era el refuerzo de la seguridad tras los atentados del 11-M.?

Caldera es m¨¢s preciso, la preocupaci¨®n del PSOE aquellos d¨ªas era que el Gobierno en funciones no aprobara el relevo de las tropas de Irak, previsto para el mes siguiente. Ten¨ªan la firme intenci¨®n de que la primera medida aprobada por Zapatero fuera el regreso de las tropas, como se hab¨ªan comprometido en el programa electoral. Y as¨ª fue: lo anunci¨® el nuevo ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, el 18 de abril de ese a?o.

"El PSOE se reservaba esta cuesti¨®n porque era evidente la posici¨®n diferente sobre Irak", asegura Caldera. "Pero entend¨ªamos que, si decid¨ªan el relevo, deb¨ªan consultarnos? porque era un asunto delicado. No hicieron nada y eso nos permiti¨® luego retirarlas". La preocupaci¨®n de los socialistas, precisa, era en esos momentos que el Gobierno de Aznar considerara que prolongar la estancia de las tropas era una cuesti¨®n de tr¨¢mite administrativo. Porque, mientras est¨¢ en funciones, la Ley de Gobierno impone que el Ejecutivo solo pueda tomar decisiones ordinarias, de tr¨¢mite. "Para nosotros era un asunto muy serio, porque se trataba de la presencia en un escenario de guerra", apostilla.

Caldera cita tambi¨¦n otra cuesti¨®n que result¨® pol¨¦mica y que ocup¨® buena parte de las conversaciones de traspaso: el Ejecutivo no hab¨ªa computado en los Presupuestos Generales del Estado varios gastos por una diferente interpretaci¨®n de el c¨®mputo de las cuentas. Despu¨¦s, con la llegada de Pedro Solbes al Ministerio de Econom¨ªa se modific¨® la contabilidad y, al asumir esas partidas, se elev¨® el d¨¦ficit de 2004 al 1,81. El ministro cifr¨® entonces la cantidad no asumida por el Gobierno anterior en 11.600 millones de euros. Se trataba de la deuda de Renfe, que rondaba los 5.000 millones de euros, la de RTVE, de unos 600 millones, y la de un cr¨¦dito ICO que se hab¨ªa otorgado a Argentina, de casi 300 millones.

Adem¨¢s hab¨ªa otros dos asuntos que preocupaban enormemente a los socialistas: el trasvase del Ebro, porque pretend¨ªan paralizar las obras, y la renovaci¨®n de dos magistrados del Tribunal Constitucional, prevista para abril. Caldera explica que en el primer punto el Ejecutivo de Aznar no les hizo caso y, despu¨¦s, los socialistas derogaron la ley, el 19 de junio. Y recuerda que, precisamente esta decisi¨®n, les sirvi¨® para contar con el apoyo de Chunta Aragonesista, liderada entonces por Jos¨¦ Antonio Labordeta, para la investidura del presidente Zapatero.?

Los magistrados del Tribunal Constitucional fueron relevados con el nuevo Gobierno que, puntualiza Caldera, ofreci¨® al PP un acuerdo para consensuarlos.

Tras los trabajos de intercambio de informaci¨®n, lleg¨® el d¨ªa clave. El 17 de abril, Zapatero fue investido presidente y dos d¨ªas despu¨¦s juraron su cargo los ministros. En este momento se produce siempre un encuentro entre el ministro saliente y el que lo releva y tratan algunos asuntos. "Pero es m¨¢s una charla de cortes¨ªa", asegura Caldera. Despu¨¦s, el traspaso de poderes finaliza con una fotograf¨ªa oficial: en el preciso momento de la entrega de la cartera.