Primer requerimiento de Andaluc¨ªa a Rajoy

De palabra, el Gobierno andaluz niega que vaya a poner en marcha en los cuatro meses que restan para las elecciones andaluzas una estrategia de enfrentamiento contra el Ejecutivo central del PP, pero los hechos apuntan a otra direcci¨®n. El grupo parlamentario socialista envi¨® ayer sus primeros mensajitos, a modo de suave requerimiento parlamentario, a Mariano Rajoy al aprobar dos iniciativas que si bien no son una declaraci¨®n de guerra, s¨ª ponen el acento en lo que les separa. Una de ellas reclama al Gobierno central un plan de inversiones extraordinario de empleo para atajar el paro en el sector de la construcci¨®n. Los socialistas cuantifican en 1.000 millones el dinero que deben aportar ambas administraciones y resaltan que ya en los presupuestos andaluces hay pintados 200 millones para mejorar las instalaciones de los colegios p¨²blicos, donde se da prioridad a la contrataci¨®n de parados de larga duraci¨®n.

Los socialistas no revistieron esta propuesta con tintes reivindicativos, como hicieron en las legislaturas de Aznar, sino como una forma de ¡°ayuda a conformar¡± la pol¨ªtica de Rajoy. El socialista ?ngel Gallego record¨® que si otros poderes como la Iglesia, la patronal, los mercados o la canciller Merkel est¨¢n diciendo a Rajoy lo que tiene que hacer ¡°por qu¨¦ no va poder hacerlo el Parlamento andaluz¡±.

Despu¨¦s de los ERE, vendr¨¢ el dinero ahogado en C¨¢diz¡±, dice Arenas

Las explicaciones aparentemente ingenuas de Gallego acerca del papel deliberativo y de impulso de los parlamentos no impresionaron al PP. ¡°No me venga con estas tonter¨ªas, esta farsa y este teatro. Si pagaran lo que deben a las constructoras se crear¨ªa empleo¡±, le afe¨® la popular Esperanza O?a, quien relat¨® el fracaso de los programas de empleo del Gobierno andaluz. ¡°No nos van a llevar de comparsas y no estamos para hacer planes¡±, subray¨®. Cuando lleg¨® la hora de votar, el PP no quiso dejar huella de su oposici¨®n a un plan de empleo y opt¨® por no participar en la votaci¨®n. Esta pose de estatua no es nueva. En lo que va de legislatura lo ha hecho en otras dos ocasiones: cuando se vot¨® una propuesta a favor de las represaliadas del franquismo y cuando se rechaz¨® la segregaci¨®n de alumnos.

Cambio de rumbo de Gri?¨¢n

IU, que se abstuvo, vio en la iniciativa socialista un cambio de rumbo en sus prioridades una vez que ya no gobierna en Espa?a, una cr¨ªtica que rebati¨® el PSOE recordando que el Plan E de Zapatero lo complement¨® la Junta con fondos propios.

El otro recado del PSOE a Rajoy fue el pedirle la defensa de una tasa europea a las transacciones financieras. IU se llev¨® las manos a la cabeza por el ¡°alucinante cambio de estrategia¡± de los socialistas porque cuando este grupo defendi¨® lo mismo en el Congreso nunca le apoyaron.

Las relaciones entre los dos Ejecutivos fue tambi¨¦n el tema principal de la sesi¨®n de control. Las primeras palabras de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n en su debate con el l¨ªder de la oposici¨®n fueron una especie de declaraci¨®n institucional de lealtad al futuro Gobierno de Mariano Rajoy: ¡°Vamos a colaborar con una pol¨ªtica econ¨®mica que beneficie a Andaluc¨ªa. No vamos a aliarnos con la crisis para luchar contra Mariano Rajoy, sino a aliarnos con el Gobierno para luchar contra la crisis¡±. Luego introdujo una carga de profundidad: ¡°Tampoco trataremos de obtener r¨¦dito pol¨ªtico del infortunio de los ciudadanos ni arruinar la imagen de Espa?a desde el catastrofismo, diciendo que estamos en bancarrota, cuando no es verdad¡±.

Javier Arenas ten¨ªa muy f¨¢cil la r¨¦plica. Sac¨® a colaci¨®n la iniciativa sobre el plan de empleo de los socialistas que fue aprobada horas m¨¢s tarde. ¡°Si es que no han esperado ni dos d¨ªas¡±, dijo sonriendo, y agreg¨® que resulta una paradoja que lo pidan nada m¨¢s terminar las elecciones cuando han estado ocho a?os sin demandar nada a Zapatero.

La vuelta de la llamada confrontaci¨®n ¡ªel enfrentamiento que se entabl¨® entre los Gobierno de Manuel Chaves y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar¡ª ser¨¢ sin duda uno de los ejes de la campa?a de las elecciones auton¨®micas de marzo. Los populares creen que en esta ocasi¨®n no cuajar¨¢. Un dirigente de la direcci¨®n se?al¨® hace un par de d¨ªas: ¡°Ser¨¢ irrisoria porque nadie va a comprar que se haga la oposici¨®n a un Consejo de Ministros que no llevar¨¢ ni un mes en el poder al comenzar la campa?a¡±.

Nada que no haya pedido a Zapatero

En cualquier caso, Gri?¨¢n neg¨® ayer la mayor y asegur¨® que no va a pedir nada a Rajoy que no le haya pedido antes a Zapatero. ¡°Exactamente lo mismo¡±, enfatiz¨®, ¡°porque defenderemos a Andaluc¨ªa de cualquier ataque injustificado¡±. Dijo que era incierto que el todav¨ªa presidente en funciones no pusiera en marcha planes de empleo, y record¨® a los dos planes E, que supusieron 1.424 millones para Andaluc¨ªa. Tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en que las reivindicaciones de la Junta est¨¢n por escrito y algunas planteadas en los tribunales. Como los 1.504 millones de euros de inversiones del Estado y que no se han ejecutado; que se calcule el d¨¦ficit de las comunidades teniendo en cuenta el endeudamiento, y la financiaci¨®n equitativa de la Ley de Dependencia. El socialista devolvi¨® a su rival el reproche y pregunt¨® a Arenas si piensa pedir ahora a Rajoy lo que dijo que ten¨ªa que hacer Zapatero, como, por ejemplo, cambiar el modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, o aceptar como daci¨®n de pago los solares de deuda hist¨®rica.

No obstante, Arenas se detuvo poco en la pol¨¦mica sobre la confrontaci¨®n e insisti¨® en su gran tema: el empleo y el 1,2 millones de parados. En el plano propositivo, le ofreci¨® al presidente de la Junta elaborar juntos un plan de pago a los proveedores para dar confianza a la econom¨ªa, aunque neutraliz¨® lo positivo de la oferta al ligar esta confianza a que se ¡°sepa toda la verdad del caso de los ERE¡±. ¡°Lo triste¡±, a?adi¨®, ¡°es que despu¨¦s de los ERE vendr¨¢n otras cosas, como los millones de euros que se han ahogado en la bah¨ªa de C¨¢diz con el se?uelo de la competitividad¡±.

Con el l¨ªder de Izquierda Unida, Diego Valderas, el duelo de Gri?¨¢n fue un intercambio de argumentos poselectorales. Ante los ataques del izquierdista, el socialista le alert¨® sobre el peligro de resucitar la estrategia de las dos orillas.