¡°?He encontrado a mi madre!¡±

He encontrado a mi madre! Estoy en shock. Pens¨¦ que nunca iba a conocerla¡±. Randy Ryder, nacido en M¨¢laga y vendido por 5.000 d¨®lares a un matrimonio extranjero en marzo de 1971, acaba de encontrar a su madre bi¨®l¨®gica. Justo cuando hab¨ªa perdido toda la esperanza. Cuando casi hab¨ªa desistido, desanimado por tantas gestiones infructuosas y en alg¨²n caso dolorosas, como el resultado negativo de una prueba de ADN con una mujer que cre¨ªa ser su hermana y con la que ya se hab¨ªa encari?ado. El caso de Randy es uno de los escas¨ªsimos reencuentros que se han producido entre v¨ªctimas del robo de ni?os o adopciones irregulares. En todos ellos ha sido la casualidad, la investigaci¨®n en medios como EL PA?S y, sobre todo, la tenaz b¨²squeda, casi detectivesca, de los afectados lo que ha permitido que madres e hijos hayan vuelto a reunirse. Solo un pu?ado lo ha logrado: apenas seis de casi 1.500 denuncias que est¨¢n siendo investigadas en fiscal¨ªas y juzgados de toda Espa?a.

Randy llevaba 12 a?os buscando sus or¨ªgenes. Ya se hab¨ªa hecho una prueba gen¨¦tica con Marimar, que, tras ver su foto el pasado marzo en EL PA?S, se convenci¨® de que ¨¦l era el hijo que le hab¨ªan robado a su madre en 1971. Aquella prueba sali¨® negativa. Sin embargo, el pasado martes le lleg¨® a Randy el dictamen de otra anal¨ªtica destinada a comparar su huella gen¨¦tica con la de otra mujer. Y esta vez s¨ª: el ADN prueba que ambos son madre e hijo con una seguridad del 99,999%. Coinciden 15 de los 15 marcadores que analizan los laboratorios.

Randy Ryder ha tenido ¨¦xito y ha encontrado a su madre. Todav¨ªa no se conocen personalmente. Apenas les ha dado tiempo a contarse, por correo electr¨®nico, algunos detalles de sus respectivas vidas. ¡°Ella es sudafricana, pero vive en Londres, y yo, en Austin (Texas). Ten¨ªa 25 a?os cuando se qued¨® embarazada de m¨ª en M¨¢laga. Era actriz. Estaba soltera y no planeaba tener hijos en aquella ¨¦poca. Me ha dicho que fue un accidente y que su madre le oblig¨® a darme en adopci¨®n¡±, explica desde EE UU. ¡°Vamos a vernos muy pronto¡±. Randy va a conocer a su madre a los 40 a?os. ¡°Ella tiene ahora 65. Me dice que est¨¢ muy bien de salud y que hace ejercicio todos los d¨ªas...¡±.

Ella quiere guardar por ahora el anonimato. Si ha encontrado a Randy es por casualidad. A ra¨ªz del reportaje publicado en este peri¨®dico sobre ¨¦l, la cadena brit¨¢nica BBC incluy¨® su historia en un documental sobre las tramas de robo de ni?os en Espa?a. La madre de Randy lo vio y pens¨® que pod¨ªa ser ese hijo que le hab¨ªan obligado a dar en adopci¨®n hace 40 a?os. Su ¨²nico hijo, porque no volvi¨® a quedarse embarazada.

A Randy le cuesta asimilar lo sucedido. ¡°Me siento extra?o. Hace 12 a?os me cay¨® encima una bomba¡±, cuenta, recordando el d¨ªa en que su padre adoptivo, Randolph Edward Ryder, le cont¨® que no era su padre. ¡°Me dijo que hab¨ªa pagado 5.000 d¨®lares por m¨ª [unos 3.700 euros] y que hab¨ªa seleccionado al mejor ni?o de todos los que hab¨ªa. Tambi¨¦n me cont¨® que mi padre era un extranjero que trabajaba en un bar de M¨¢laga¡±.

Toda la documentaci¨®n oficial de Randy asegura que es hijo biol¨®gico de Randolph Edward Ryder, natural de Seymore (Texas), y de Roswitha Huber, de Hollabrunn (Austria). ¡°Seg¨²n los datos obrantes en este Registro Civil, no ha sido nunca adoptado y su madre biol¨®gica es la que figura en la inscripci¨®n de nacimiento, do?a Roswitha Huber, como as¨ª consta igualmente en el parte del facultativo que asisti¨® al nacimiento, el doctor don Manuel Mu?oz Nieto¡±, se lee en un oficio que la juez Mar¨ªa Dolores Moreno envi¨® en 1999 al Consulado General de Espa?a en Houston respondiendo a la solicitud de Ryder. Pero toda esa documentaci¨®n es falsa: el matrimonio no pod¨ªa tener hijos y Roswitha jam¨¢s estuvo embarazada.

Al contrario que la mayor¨ªa de los ni?os robados o apropiados en adopciones irregulares entre los a?os cincuenta y casi los noventa en Espa?a, Randy no tuvo especial suerte con sus padres adoptivos. La austriaca Roswitha Huber era alcoh¨®lica. ¡°Cuando era peque?o y estaba ebria, me dec¨ªa que me hab¨ªa cogido de una mujer en Espa?a. Nunca le hice mucho caso porque cuando yo le preguntaba a mi padre [adoptivo], ¨¦l me dec¨ªa que no la creyera, que se volv¨ªa loca cuando beb¨ªa. Ella misma lo negaba despu¨¦s, cuando estaba sobria¡±.

El matrimonio se divorci¨® en 1973, dos a?os despu¨¦s de haber adoptado a Randy. El ni?o fue a vivir con su madre a Viena, pero como esta segu¨ªa bebiendo mucho, los servicios sociales lo llevaron a una casa de acogida cuando ten¨ªa 11 a?os. Cuando iban a darle en adopci¨®n por segunda vez a otra familia, su padre adoptivo fue a recogerle.

Ahora, los planes inmediatos de Randy son: ¡°conocer a su madre¡± y ¡°buscar justicia en los tribunales porque tengo pruebas de que todo se hizo de forma ilegal. Quiero que el doctor que firm¨® que mi madre biol¨®gica era Roswitha Huber responda por esto¡±.

El doctor Mu?oz Nieto, que a¨²n ejerce en M¨¢laga, asegur¨® el pasado marzo: ¡°Yo no hice el seguimiento del embarazo de esa mujer. Me llamaron del sanatorio San Ram¨®n porque su m¨¦dico no pod¨ªa atender el parto y fui. No ir hubiera sido denegaci¨®n de auxilio. No habl¨¦ con ella. Cuando llegu¨¦, el anestesista la durmi¨® enseguida. ?Que por qu¨¦ puse aquel nombre [Roswitha Huber] en el parte? Porque fue el que me dijeron que pusiera en el sanatorio¡±.

Otro de esos escas¨ªsimos reencuentros entre hijos y madres separados al nacer por enga?os o por dinero se ha producido en Catalu?a. Una mujer ha localizado 37 a?os despu¨¦s a la hija que le dijeron que hab¨ªa muerto en el parto. Dos pruebas de ADN han confirmado que son madre e hija. Ruegan que no se difundan detalles que sirvan para identificarlas porque hay una investigaci¨®n abierta y no quieren dar excesivas pistas a los responsables y porque no toda la familia conoce lo sucedido. Pero acceden a contar su historia, por primera vez, a EL PA?S.

¡°Mis padres adoptivos siempre me dijeron que era adoptada y que cuando quisiera conocer mis or¨ªgenes, me ayudar¨ªan a buscar. Mi padre adoptivo dec¨ªa que detr¨¢s de una adopci¨®n siempre hab¨ªa alguien que hab¨ªa sufrido. As¨ª que con 20 a?os me acompa?aron a la Diputaci¨®n a pedir los papeles de mi adopci¨®n. La sorpresa fue que con el sobre de la supuesta renuncia de mi madre biol¨®gica ven¨ªa un certificado de defunci¨®n con mi nombre. Pensamos que era un error sin m¨¢s, y yo no me atrev¨ª durante muchos a?os a llamar a mi madre biol¨®gica utilizando los datos que me hab¨ªan dado. Hasta que al final me decid¨ª y la llam¨¦¡±, relata Mar¨ªa (nombre ficticio).

¡°Mi madre reaccion¨® fatal. Me insult¨®. ¡®?Pero qui¨¦n eres? ?Qu¨¦ quieres de m¨ª? Esto es una broma de muy mal gusto. Yo tuve un hijo en ese hospital en esa fecha, pero era un ni?o ?y se muri¨®!¡¯, gritaba¡±. Teresa (nombre ficticio) no la crey¨®. A ella le hab¨ªan dicho que hab¨ªa alumbrado un ni?o, no una ni?a, y que el beb¨¦ hab¨ªa muerto al nacer. Eso era lo que hab¨ªa cre¨ªdo durante 37 a?os. Ten¨ªa 20 cuando dio a luz y abandon¨® el hospital sin un solo papel. Estaba soltera.

Teresa no crey¨® a Mar¨ªa, pero le gener¨® una inquietud insoportable y volvi¨® a contactar con ella. ¡°A los pocos d¨ªas me llam¨® porque quer¨ªa ver esos papeles que yo ten¨ªa. Y quedamos. Result¨® que ella ten¨ªa otra hija, dos a?os menor que yo. ?ramos id¨¦nticas¡±. ¡°Mi madre me asegur¨® que ella no hab¨ªa firmado nunca aquellos papeles de renuncia a m¨ª. A la investigaci¨®n incorporaremos una prueba grafol¨®gica¡±, relata Mar¨ªa.

Al principio, ninguna de las dos entend¨ªa lo que hab¨ªa ocurrido, porque entonces a¨²n no se hablaba de los ni?os robados. ¡°Hemos pasado por todas las fases: negaci¨®n, tristeza, rabia¡­¡±, relata Mar¨ªa. ¡°Repetimos las pruebas de ADN en dos laboratorios distintos porque mi madre no se cre¨ªa los resultados. Para ella ha sido especialmente dif¨ªcil. Yo no he sufrido porque he tenido unos padres estupendos, pero mi madre ha sufrido much¨ªsimo por todos estos a?os que yo he existido y ella no lo sab¨ªa. Se ha perdido 37 a?os de la vida de su hija¡±.

Teresa no ha podido conocer a los padres adoptivos que han criado a su hija porque estos fallecieron hace unos a?os. ¡°Pagaron m¨¢s de 600.000 pesetas por m¨ª [unos 3.600 euros], pero a un notario. Nunca pensaron que detr¨¢s hubiera nada raro¡±, afirma Mar¨ªa.

Su caso es uno de los 1.414 que han recibido en menos de un a?o las fiscal¨ªas de toda Espa?a por robo de ni?os o adopciones irregulares. Nunca en la historia de la justicia espa?ola se hab¨ªan cursado tantas denuncias por un mismo asunto, como recordaba hace poco el fiscal general del Estado, C¨¢ndido Conde-Pumpido. De todas ellas, solo seis han terminado en reencuentro. Otras 334 han sido archivadas. Se han realizado 14 exhumaciones, 73 an¨¢lisis de ADN ordenados por los jueces y han sido interrogados dos m¨¦dicos se?alados directamente por las v¨ªctimas. Pero la dificultad de investigar, tantos a?os despu¨¦s, es enorme y los resultados no siempre son los esperados.

En Madrid, donde hay m¨¢s de 200 denuncias, las investigaciones se han topado con una seria dificultad que impide la l¨ªnea de actuaci¨®n seguida en otras regiones: es imposible hacer exhumaciones de cad¨¢veres porque entre 1980 y 1990 fueron destruidos todos los cuerpos de neonatos que hab¨ªa hasta entonces en nichos y tumbas o bien fueron llevados a osarios comunes.

Las 14 exhumaciones realizadas han permitido, por ejemplo, comprobar que no ten¨ªan base las denuncias presentadas por una mujer de Zaragoza y otra de Albacete, que pensaban que sus hijos no hab¨ªan fallecido, como les dec¨ªan los m¨¦dicos, sino que les hab¨ªan sido robados. En ambos casos, el an¨¢lisis de ADN prob¨® que los fetos inhumados eran realmente hijos de esas mujeres. Es decir, que no se los hab¨ªan sustra¨ªdo, sino que efectivamente murieron.

Muchas de las investigaciones abiertas se han cerrado porque, seg¨²n fuentes de la Fiscal¨ªa General del Estado, ¡°se ha acreditado que el ni?o no fue robado, sino que fue vendido con el consentimiento de la madre¡±. Ha quedado constatado, pues, que en Espa?a hubo redes de tr¨¢fico de beb¨¦s no solo en el franquismo, sino durante los 20 primeros a?os de democracia. En otros supuestos, las pesquisas judiciales han dejado al descubierto muchas adopciones irregulares, seg¨²n fuentes de la fiscal¨ªa.

Los casos que se est¨¢n investigando son los de detenci¨®n ilegal (secuestro), consistentes en la sustracci¨®n del menor. La Fiscal¨ªa General del Estado sostiene que, bajo ese prisma, se trata de un ¡°delito permanente¡±, que solo termina cuando la v¨ªctima se entera de lo que le sucedi¨® en el pasado. Eso permite que estos asuntos no hayan prescrito y que, por tanto, puedan ser investigados judicialmente. Por eso, la Audiencia de Valencia ha ordenado ahora a un juez de Gand¨ªa que reabra unas diligencias que hab¨ªa cerrado por creer que el tema hab¨ªa prescrito.

La activa movilizaci¨®n de los miles de afectados se ha saldado solo con el interrogatorio de dos ginec¨®logos (uno de Madrid y otro de Vizcaya). Pr¨®ximamente ser¨¢ citada por la Fiscal¨ªa de Madrid una monja que aparece repetidamente nombrada por las v¨ªctimas en relaci¨®n con el tr¨¢fico de beb¨¦s.

Pese a los esfuerzos de los Ministerios de Justicia e Interior, las diversas asociaciones de afectados no est¨¢n contentas. Creen que el Gobierno deber¨ªa dar m¨¢s medios y facilidades para ayudarles en la b¨²squeda de sus familiares. Los fiscales, por su parte, consideran que no pueden hacer m¨¢s porque su competencia se limita a perseguir delitos y porque la Ley de Protecci¨®n de Datos les impide ir m¨¢s all¨¢.

El fiscal jefe de la Audiencia de Madrid, Eduardo Esteban Rinc¨®n, aconsej¨® recientemente a Mar Soriano, portavoz de la Plataforma de Afectados por el robo de ni?os, que pida al Gobierno la creaci¨®n de una agencia estatal que coordine las acciones penales y civiles y pueda cruzar datos obtenidos en centros m¨¦dicos y en otros registros. ¡°El d¨ªa 12 presentaremos a Justicia un proyecto para la creaci¨®n de esa agencia¡±, anuncia Soriano. Esta se queja de que el Estado no est¨¦ utilizando todos sus resortes para aclarar estos casos, aunque aplaude que la fiscal¨ªa considere que el robo de ni?os es un delito de detenci¨®n ilegal.

Antonio Barroso, fundador de la Asociaci¨®n Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), fue vendido por una monja por 200.000 pesetas [1.200 euros] hace 40 a?os . ?l fue quien interpuso la primera denuncia en Espa?a. Ha visto su caso archivado tres veces y ahora va a proseguir su pelea por la v¨ªa civil. ¡°La justicia no tiene inter¨¦s en aclarar un esc¨¢ndalo que afecta a miles de personas. Es incomprensible que se hayan archivado tantas denuncias¡±, se lamenta, a la vez que exige un mayor compromiso del Gobierno y ayudas econ¨®micas para las asociaciones de damnificados.

A pesar de las dificultades y el desgaste que les supone, miles de hombres y mujeres est¨¢n resueltos a proseguir la batalla en pos de sus or¨ªgenes. Cueste lo que les cueste.