Batasuna negoci¨® en Suiza con el PSE a la vez que el Gobierno hablaba con ETA
Otegi pidi¨® un marco ¨²nico para Navarra y Euskadi y el derecho a decidir Eguiguren replic¨® que las dos autonom¨ªas eran realidades pol¨ªticas distintas
Los ¨²ltimos contactos entre el Gobierno y ETA para intentar salvar el proceso para el fin del terrorismo tras el atentado de Barajas tuvieron un invitado especial: Batasuna.
A las conversaciones celebradas en un ¡°hotelito de Ginebra¡±, se incorporaron dirigentes de Batasuna, que negociaban con miembros del Partido Socialista de Euskadi, a la vez que los enviados del Gobierno conversaban con ETA. En ambas mesas particip¨® el presidente de los socialistas vascos, Jes¨²s Eguiguren, que cuenta aqu¨ª las particularidades de aquellos contactos que concluyeron con un fracaso anunciado.
?Cita con Batasuna y ETA en un hotelito de Ginebra. Mayo de 2007. ¡°En este ambiente de crispaci¨®n -en relaci¨®n a la desconfianza del Gobierno en la banda terrorista tras el atentado en el aparcamiento de la nueva terminal de Barajas¡ª se celebr¨® una nueva ronda de contactos con ETA y Batasuna.
La cita fue en un hotelito en Ginebra del 14 al 16 de mayo. Esta ronda estuvo precedida de un contacto celebrado el 1 de mayo entre mensajeros del Gobierno y ETA en la que la banda les entreg¨® un texto con una propuesta pol¨ªtica global que los enviados del Ejecutivo se negaron a recoger por no tener autorizaci¨®n para ello¡±.
La representaci¨®n del PSE, Eguiguren y Rodolfo Ares, se reuni¨® con Batasuna. Algo que parec¨ªa superfluo despu¨¦s de la reuni¨®n con ETA, pero ¡°a Batasuna le pareci¨® un gesto muy importante la reuni¨®n con ellos¡±, seg¨²n recuerda Eguiguren.
Eguiguren: ¡°El proceso fracas¨® nada m¨¢s empezar¡±
A juicio de Jes¨²s Eguiguren, uno de los negociadores del Gobierno con ETA, las razones del fracaso estuvieron claras desde el principio. En el libro Eta, las claves de la paz, resume as¨ª sus impresiones sobre las conversaciones para el fin del terrorismo: ¡°El proceso fracas¨® nada m¨¢s empezar. Se lleg¨® a la tregua con distintas visiones del proceso dentro de ETA y de Batasuna. Hicieron una lectura m¨¢s de contenido que de m¨¦todo. Creo que puede decirse que en el verano de 2006 se rompi¨® el proceso. El resto del tiempo fue un esfuerzo de todos para salvar responsabilidades. El desacuerdo de Loiola no tuvo nada que ver.
Las ¨²ltimas reuniones con ETA no tuvieron nada que ver con el proceso. El proceso fracas¨® porque no hab¨ªa en ETA una decisi¨®n de acabar con el terrorismo. Como ETA no tom¨® esa decisi¨®n adquiri¨® una din¨¢mica infernal que llev¨® a la ruptura. El Gobierno no puede dar a una banda terrorista algo que justifique su trayectoria. Se puede decir que el proceso no lleg¨® a empezar. Fracas¨® antes de empezar, aunque algunos dijeran que el Gobierno cedi¨®. Las ¨²ltimas reuniones fueron intrascendentes. Mientras todo fue secreto fue bien. Tengo claro que el Gobierno no tuvo responsabilidad en la ruptura. Fue ETA".
¡°Otegi hizo un discurso. Plante¨® que quer¨ªan acabar con un conflicto que hund¨ªa sus ra¨ªces en lo m¨¢s remoto de la historia. Dijo, incluso, que no hab¨ªa habido una generaci¨®n de vascos que no hubiera conocido la guerra y que en Navarra nunca se hab¨ªa hecho un refer¨¦ndum. Que s¨®lo se acababa el conflicto con el logro de la unidad territorial y del derecho a decidir. Hizo todo un repaso del proceso, desde Txillarre, para concluir que despu¨¦s de la tregua todo hab¨ªa sido obst¨¢culos, que ¨¦l mismo hab¨ªa ido a la c¨¢rcel por cuestiones pendientes y que el Gobierno lo hab¨ªa hecho para debilitar a la izquierda abertzale ante el proceso. Su conclusi¨®n final fue que el Gobierno no hab¨ªa querido llegar a un acuerdo, que en Loiola se avanz¨®, y que la salida al conflicto era el marco ¨²nico con Navarra y el derecho a decidir. Ninguna novedad¡±.
Algunos meses antes de esas conversaciones, los socialistas vascos ya comprobaron las intenciones de Batasuna, que rompi¨® la negociaci¨®n sobre un acuerdo pol¨ªtico con el PSE y el PNV exigiendo incluir en un texto de consenso la creaci¨®n de una comunidad ¨²nica Euskadi-Navarra en un plazo no superior a dos a?os.
Eguiguren pens¨® que la intervenci¨®n de Otegi en Suiza pod¨ªa hacer dudar al Centro y a los asesores de Blair y del Sinn Fein, y se emple¨® a fondo en la r¨¦plica: ¡°Empec¨¦¡±, recuerda, ¡°por citar a Garc¨ªa M¨¢rquez y su novela Cien a?os de soledad. Record¨¦ c¨®mo Macondo era tan reciente que las cosas no ten¨ªan nombre. Pero como Euskadi no era muy reciente y cada cosa ten¨ªa un mont¨®n de nombres se pod¨ªan utilizar las mismas palabras para decir cosas distintas. Dije que era una falacia lo de que Euskadi siempre hab¨ªa estado en guerra. Que las guerras que hab¨ªa habido, las carlistas, lo fueron entre el liberalismo y el viejo r¨¦gimen; que la Guerra Civil espa?ola lo fue entre la izquierda y la derecha y que ninguna hab¨ªa empezado ni acabado en el Pa¨ªs Vasco. Le repliqu¨¦ que alguien hab¨ªa decidido cambiar la hoja de ruta; que el proceso hab¨ªa empezado con una mesa t¨¦cnica y otra pol¨ªtica, y que alguien hab¨ªa decidido romperla; que alguien hab¨ªa hecho imposible el acuerdo en Loiola¡±.
?Eguiguren: ¡°Navarra es una realidad pol¨ªtica distinta de Euskadi¡±. ¡°Y tambi¨¦n quise responder al planteamiento que Batasuna hac¨ªa de Navarra como clave de la resoluci¨®n del problema. Hab¨ªa una pizarra en la sala y ante la sorpresa de todos, me levant¨¦ e hice un esquema. Les dije que todo era un sofisma, que Navarra y Euskadi eran dos realidades pol¨ªticas distintas y con personalidades propias, que nunca hab¨ªan estado unidas en la historia, salvo que empez¨¢ramos con disquisiciones sobre territorios que pasaban de unas manos a otras en los siglos XI y XII. Y que si quer¨ªan hab¨ªa f¨®rmulas en la Constituci¨®n para conseguir una comunidad no ¨²nica, pero s¨ª compartida. E hice un paralelismo con el desarrollo de la Uni¨®n Europea. C¨®mo inicialmente, unos pocos estados crearon la comunidad del carb¨®n y del acero; despu¨¦s constituyeron una interparlamentaria: luego, el mercado com¨²n, el Parlamento Europeo, la Uni¨®n Europea, la Constituci¨®n Europea, etc¨¦tera.
Les record¨¦ que en Loiola acordamos la posibilidad de reformar los estatutos vasco y navarro. Cre¨¢bamos previamente un ¨®rgano com¨²n y una interparlamentaria, que ya estaba en el proyecto de Gobierno navarro del PSE y nacionalistas de 1994, y que se desech¨® al desaparecer ese Gobierno. Con las reformas de los estatutos se pod¨ªan ceder competencias a la interparlamentaria. Y ya todo depend¨ªa de las mayor¨ªas que hubiera en el ¨®rgano com¨²n. Todo esto se pod¨ªa hacer con la legalidad vigente, sin tocar la Constituci¨®n¡±.
Las condiciones de unos y de otros hicieron imposible cualquier acuerdo. El Gobierno, mientras, romp¨ªa definitivamente con ETA.
Thierry: ¡°El Gobierno forz¨® un proceso sin contenido pol¨ªtico¡±
Entre el material incautado por la polic¨ªa a Thierry aparecieron documentos en los que la banda reflexionaba sobre el proceso. ¡°El acuerdo entre el Gobierno y ETA tiene sentido y validez tras cerrar un acuerdo pol¨ªtico entre los partidos. Si no, se queda debilitado y sin una base firme, tal y como demostr¨® la actitud de negociaciones interminables mantenidas por el Gobierno en el proceso¡±. ¡°La principal intenci¨®n del Gobierno de Espa?a fue dirigir el proceso a un objetivo de conclusiones de conflicto sin contenido pol¨ªtico¡±.
ETA justifica el fracaso del proceso en la siguiente raz¨®n: ¡°Aunque el acuerdo pol¨ªtico entre los partidos fuese la principal clave en el proceso, el intento de negociaci¨®n de paz por presos entre la Organizaci¨®n, ETA, y el Estado se convirti¨® en la muerte del proceso porque el Estado la forz¨® sin descanso¡±. ¡°La raz¨®n de no haber cerrado ning¨²n acuerdo pol¨ªtico consiste en no haber querido aceptar un marco democr¨¢tico para Euskal Herria por parte de los dos partidos (...) La actuaci¨®n del Gobierno de Espa?a demostr¨® que no hab¨ªa ninguna voluntad para cumplir las m¨ªnimas condiciones democr¨¢ticas que son imprescindibles para llevar a cabo un proceso de negociaci¨®n. A causa de esto, el proceso de negociaci¨®n qued¨® roto".
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