Espa?a quiere tener poder de veto en el futuro fondo de rescate europeo
Rajoy quiere que la mayor¨ªa necesaria para movilizar el fondo sea del 90% Espa?a desea la misma capacidad de veto como alemanes, franceses e italianos
Espa?a no hace caballo de batalla de la reforma del Tratado de Lisboa. Tanto Rajoy como Zapatero apoyan la propuesta de Merkel y Sarkozy, que incluye la imposici¨®n de sanciones autom¨¢ticas a los pa¨ªses que incumplan el objetivo de d¨¦ficit. Su ¨²nico reparo es que esta iniciativa no acabe conduciendo a un nuevo bloqueo de la Uni¨®n; lo que no es descartable dada la amenaza del Reino Unido y otros pa¨ªses de exigir contrapartidas a cambio de dar luz verde a la reforma.
Aunque el todav¨ªa inquilino de La Moncloa y su sucesor son partidarios de buscar una soluci¨®n ¡°cuanto m¨¢s r¨¢pida mejor¡± y la f¨®rmula que ha puesto sobre la mesa el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, permite soslayar el engorroso proceso de la ratificaci¨®n de los cambios por los parlamentos nacionales, ambos despachan el asunto como una cuesti¨®n menor, un tecnicismo jur¨ªdico, frente a la urgencia de lanzar un mensaje contundente a los mercados que ponga coto a los ataques contra la deuda espa?ola.
¡°Lo ¨²nico a lo que nos oponemos es a embarcarnos en un debate de imposible salida¡±, subrayan fuentes de La Moncloa. Pero el hecho de que Espa?a no sea beligerante en este asunto, que amenaza con envenenar la cumbre de hoy en Bruselas, no significa que no tenga sus propias reivindicaciones.
En las entrevistas que hoy mantuvo en Marsella, Rajoy plante¨® a sus interlocutores su primera demanda como futuro jefe del Gobierno: que Espa?a tenga poder de veto en el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Se trata de un cortafuego dise?ado para evitar que la crisis se contagie de unos pa¨ªses de la zona euro a otros y del sustituto permanente del fondo de rescate utilizado para auxiliar a Grecia.
Inicialmente, estaba previsto que entrase en vigor en 2013, pero Van Rompuy ha propuesto adelantarlo al a?o pr¨®ximo, aumentar su capacidad m¨¢s all¨¢ de los 500.000 millones y dotarlo de las caracter¨ªsticas de una entidad de cr¨¦dito, lo que le permitir¨ªa recibir financiaci¨®n del Banco Central Europeo (BCE) y participar directamente en la capitalizaci¨®n de los bancos. Adem¨¢s, para evitar su par¨¢lisis, Van Rompuy ha propuesto que las decisiones, en vez de tomarse por unanimidad como hasta ahora, se adopten por una mayor¨ªa equivalente al 85% de los votos.
Como la participaci¨®n de cada pa¨ªs en el fondo es equivalente a su contribuci¨®n al BCE, solo hay tres pa¨ªses que por s¨ª mismos podr¨ªan vetar el uso del fondo: Alemania (27,1%), Francia (20,3%) e Italia (17,9%). Espa?a, con un 11,9% de participaci¨®n, necesitar¨ªa buscarse aliados para bloquear decisiones tan trascendentales como la concesi¨®n de asistencia financiera a un pa¨ªs o las condiciones de la misma.
Lo que quiere Rajoy, y as¨ª lo defender¨¢ hoy Zapatero en Bruselas, es que la mayor¨ªa necesaria para movilizar el fondo sea del 90%; o, dicho en otras palabras, que Espa?a tambi¨¦n disponga de la capacidad de veto en igualdad de condiciones con alemanes, franceses e italianos. El empe?o por ganar cuota de poder en el MEDE es comprensible.
Si este despliega finalmente toda su capacidad acabar¨¢ convirti¨¦ndose en el bazoca disuasorio frente a los ataques especulativos, un papel que ahora cumple de manera t¨ªmida y por la puerta trasera el BCE.
Ser¨¢ la garant¨ªa ¨²ltima, con hechos y no solo palabras, de que no volver¨¢ a repetirse una suspensi¨®n de pagos parcial como la de Grecia, que ha minado la confianza de los inversores privados en la deuda de los pa¨ªses del euro. ¡°Ser¨¢ bueno que se avance en instrumentos o decisiones que permitan que los vaivenes de la deuda soberana y las dificultades de financiaci¨®n vayan elimin¨¢ndose poco a poco y que se sepa que los pa¨ªses que cumplan sus compromisos no van a caer nunca. Eso generar¨ªa seguridad y confianza¡±, afirman fuentes pr¨®ximas a Rajoy.
Una de las primeras tareas a las que se enfrentar¨¢ el futuro presidente es, precisamente, la reestructuraci¨®n del sistema financiero. Tras haberse reunido con los principales banqueros espa?oles, Rajoy ya no descarta, como hizo durante la campa?a electoral, la creaci¨®n de un banco malo, que se quedar¨ªa con los activos t¨®xicos que ha dejado el revent¨®n de la burbuja inmobiliaria.
El problema es que el coste de sanear a los bancos y liberarles de unos cr¨¦ditos incobrables fruto de una gesti¨®n como m¨ªnimo poco escrupulosa recaer¨ªa sobre los bolsillos de los ciudadanos. Fuentes pr¨®ximas a Rajoy sostienen que ya el actual Gobierno ha intervenido con dinero p¨²blico varias cajas de ahorros. La decisi¨®n, agregan, se tomar¨¢ en los primeros meses del pr¨®ximo a?o.
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