Las fusiones como soluci¨®n

De Mariano Rajoy se dice que es previsible e indeciso. Respecto a los planes sobre el sector financiero, el futuro presidente cumpli¨® ayer con ambas consideraciones ya que, como se esperaba, no se cerr¨® ninguna posibilidad de futuro.

En la banca hab¨ªa expectaci¨®n por ver si Rajoy se decid¨ªa por la creaci¨®n de un banco malo (una sociedad p¨²blica que adquiera a las entidades el suelo y las promociones inmobiliarias sin terminar) o solo abogaba por las fusiones para abrir el grifo del cr¨¦dito.

La primera opci¨®n es compleja t¨¦cnicamente y, sobre todo, socialmente porque podr¨ªa suponer inyectar dinero del Estado a la banca para quitarle los activos t¨®xicos. En campa?a, Rajoy neg¨® esta posibilidad y ahora es consciente de la enorme animadversi¨®n social que levantar¨ªa la medida. Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, jefe de la oposici¨®n, se lo record¨®. El l¨ªder del PP respondi¨® al socialista: ¡°Ya se ha metido mucho dinero a la banca y precisamente para los activos t¨®xicos¡±. Touch¨¦.

Pero Rajoy habl¨® del ¡°saneamiento de los balances¡± y de ¡°despejar las dudas sobre las valoraciones de activos inmobiliarios¡±. Para ello, se obligar¨¢ a las entidades a ¡°asumir p¨¦rdidas ocultas¡± cuyo resultado ser¨¢n fusiones que creen ¡°entidades s¨®lidas¡±. Como apunt¨® Josep Antoni Duran i Lleida, de CiU, el planteamiento est¨¢ bien, ¡°ahora hay que ver c¨®mo lo concreta¡±. Esa es la clave porque si el banco malo puede ser caro para el Estado, las fusiones o compras (como la de la CAM) tambi¨¦n cuestan mucho dinero.

En teor¨ªa, el Fondo de Garant¨ªa de la banca debe ser el que pague la factura, pero en el sector se da por hecho que no tiene suficiente dinero, por lo que al final el Estado tendr¨ªa que abonar una parte. Y eso es elevar el d¨¦ficit, un anatema. Todo sigue abierto, con un plazo de seis meses para reestructurar. Poco tiempo para tantas decisiones.