Los impuestos tambi¨¦n se tocan
Con una econom¨ªa ya inmersa, de nuevo, en la recesi¨®n, estas pol¨ªticas profundizar¨¢n a¨²n m¨¢s en la desaceleraci¨®n por el lado de la demanda
El nuevo Gobierno ha comenzado su andadura presupuestaria con firmeza. El primer envite del esperado plan de ajuste anuncia un conjunto de medidas que tratan de garantizar el cumplimiento de los objetivos presupuestarios para 2012. Aunque por su importancia son m¨¢s relevantes las medidas que afectan al lado del gasto, sin duda son m¨¢s representativas las subidas de impuestos, que se adoptan temporalmente (2012 y 2013), poniendo de manifiesto que una reducci¨®n tan dr¨¢stica del d¨¦ficit no es posible solo con racionalizaci¨®n del gasto sin ara?ar las pol¨ªticas sociales.
Entre unas y otras suman cerca de punto y medio del PIB, que en buena medida es la brecha a la que se hab¨ªa comprometido el presidente del Gobierno en su discurso de investidura, comparecencia de la que se deduc¨ªa el cumplimiento del objetivo del 6% de d¨¦ficit para el conjunto de Administraciones P¨²blicas en 2011. Sorprend¨ªa este planteamiento porque las Comunidades Aut¨®nomas ya ven¨ªan dando muestras claras de una desviaci¨®n notable sobre el 1,3% que ten¨ªan asignado.
De hecho, aunque parec¨ªa que el Estado pod¨ªa disponer de alg¨²n margen para compensar el resultado de la Seguridad Social, que no cerrar¨¢ con super¨¢vit, el nuevo ministro de Hacienda ya ha constatado que no ser¨¢ as¨ª. Habr¨ªa que situar el d¨¦ficit que veros¨ªmilmente se alcanzar¨¢ en 2011 en una banda estimativa del 7,5% al 8% del PIB para el conjunto de AA PP (a septiembre, las cuentas no financieras ya registran un d¨¦ficit del 7,1%). En otras palabras, para garantizar el 4,4% en 2012 har¨¢n falta entre 15.000 y 20.000 millones por encima de los anunciados ayer por el Gobierno. Recursos que probablemente se conjugar¨¢n desde los dos lados del presupuesto.
Este rigor presupuestario tendr¨¢ su principal impacto en las cuentas del Estado, pero tambi¨¦n afectar¨¢ a las dem¨¢s Administraciones. A las corporaciones locales, las medidas adoptadas les permitir¨¢n contar con casi 1.000 millones m¨¢s de ingresos a trav¨¦s del IBI, impuesto sobre el que vienen reclamando una mayor capacidad normativa desde hace a?os. Y a los Gobiernos regionales les reportar¨¢n un incremento a trav¨¦s de los fondos de convergencia y el fondo de suficiencia porque se revisan con la evoluci¨®n de los ingresos del Estado.
Pero en ambos casos estos ingresos son claramente insuficientes para garantizar el cumplimiento del objetivo de estabilidad que les corresponde a las Administraciones territoriales, en las que descansa, no olvidemos, las principales pol¨ªticas sociales. El Estado central tendr¨¢ que revisar el cuadro macro y volver a rehacer sus c¨¢lculos y las Comunidades Aut¨®nomas, de las que casi la mitad deben aprobar todav¨ªa sus presupuestos, tendr¨¢n que reducir su desequilibrio en, al menos, unos 10.000 millones de euros, adem¨¢s de sanear todo el d¨¦ficit no financiado de los a?os precedentes.
En su primera comparecencia sustantiva en materia de pol¨ªtica presupuestaria, el Gobierno se ha cuidado de preservar muchas partidas de car¨¢cter social vigentes en el anterior presupuesto y ha apuntado a los impuestos sin ning¨²n tipo de complejos para hacer m¨¢s progresivo el ajuste, tanto en las rentas del trabajo como en las de capital ¡ªcon un impuesto temporal a las rentas altas¡ª. Y al mismo tiempo pretende enviar un mensaje de rigor a los mercados y a las instituciones europeas.
Pero es evidente que con una econom¨ªa ya inmersa, de nuevo, en la recesi¨®n, estas pol¨ªticas profundizar¨¢n a¨²n m¨¢s en la desaceleraci¨®n por el lado de la demanda, al menos en el corto plazo. A la espera de las reformas estructurales que se prev¨¦n para el primer semestre, con m¨¢s medidas de ahorro y subidas de impuestos en el presupuesto de primavera, los inversores y agentes econ¨®micos querr¨¢n ver, adem¨¢s de un f¨¦rreo control de las cuentas, algunos signos que devuelvan la confianza en el crecimiento de una econom¨ªa que tardar¨¢ a?os en desapalancarse.
Susana Borraz y C¨¦sar Cantalapiedra son socios de Analistas Financieros Internacionales.
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