Buenos prop¨®sitos
El Gobierno declara la guerra al fraude fiscal, pero sigue sin mostrar su pol¨ªtica de empleo
El Consejo de Ministros de ayer, tercero del Gobierno de Rajoy, concluy¨® con un amplio cat¨¢logo de buenas intenciones, enunciadas de forma sumaria, que necesitan mucha explicaci¨®n de detalle para convencer a los ciudadanos y los mercados. Que las generalidades no satisfacen a los inversores se demostr¨® palpablemente ayer, con el repunte de la prima de riesgo. El gabinete se declar¨® beligerante contra el fraude fiscal y anunci¨® que se limitar¨¢n los pagos en efectivo para reducir la evasi¨®n tributaria. Junto con otras medidas de inspecci¨®n, pretende elevar la recaudaci¨®n por este concepto a casi 8.200 millones durante 2012. La relaci¨®n de buenos deseos se completa con la petici¨®n de un informe al Banco de Espa?a sobre los sueldos de los directivos de cajas y bancos con ayudas p¨²blicas y el requerimiento de otro dictamen al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre la pr¨®rroga de la vida ¨²til de la central nuclear de Garo?a. Puesto que el CSN ya se ha pronunciado sobre su viabilidad y la central est¨¢ amortizada, lo deseable es que el Gobierno apruebe la continuidad de Garo?a, que nunca debi¨® cuestionarse.
La persecuci¨®n del fraude fiscal anunciada por la vicepresidenta solo es un buen prop¨®sito en tanto Hacienda no explique c¨®mo piensa acometerse dicho plan, sobre qu¨¦ bases de renta y en qu¨¦ plazos. La intenci¨®n es correcta, sin duda. En Espa?a permanecen ocultas a la Hacienda p¨²blica bases imponibles por un importe aproximado de 300.000 millones. Pero la reducci¨®n paulatina de esta bolsa de fraude no se consigue solamente con la detecci¨®n de los defraudadores; requiere un dr¨¢stico cambio legislativo y reglamentario que permita recaudar de forma r¨¢pida las liquidaciones afloradas por la inspecci¨®n fiscal y sancionar de forma contundente a los defraudadores. La Agencia Tributaria apenas consigue ingresar un euro de cada 10 descubiertos, debido principalmente a las dificultades legales para encausar con celeridad los casos de elusi¨®n fiscal. Por todo ello, el anuncio de ayer solo es todav¨ªa una intenci¨®n, correcta, pero inconcreta.
Lo mismo cabe decir sobre el informe de Hacienda, tambi¨¦n impreciso, sobre los organismos, empresas y agencias p¨²blicas que el Gobierno pretende recortar para contribuir a la reducci¨®n del d¨¦ficit. La austeridad tambi¨¦n produce espejismos. Est¨¢ bien reducir el exceso de Administraci¨®n p¨²blica, pero el Gobierno tiene que explicar claramente las contrapartidas de esa reducci¨®n. No vaya a suceder que se eliminen funciones y tareas que luego se trasladan a otros organismos y estos, a su vez, exigen aumentos de retribuciones que limitan o anulan el ahorro pretendido.
El caso es que el Gobierno sigue sin ense?ar su estrategia econ¨®mica propia. Hasta ahora, sus decisiones se han limitado a prolongar la pol¨ªtica de recortes presupuestarios aplicada por Gobiernos anteriores, aunque, eso s¨ª, ahora en versi¨®n m¨¢s dr¨¢stica. Y ello sin asumir con todas las consecuencias que ese ajuste radical ahonda la recesi¨®n espa?ola. Es la pol¨ªtica obligada, impuesta por Europa, para sostener la solvencia de la deuda.
Pero, aunque necesaria, no es la pol¨ªtica econ¨®mica que el PP prometi¨® durante la campa?a electoral o en la investidura de Rajoy. Todav¨ªa a mediados de diciembre, y en contra de todas las evidencias, sosten¨ªan Rajoy y Montoro que no se subir¨ªan los impuestos. La pol¨ªtica ¡°propia¡± del PP era la creaci¨®n de empleo. Esta pol¨ªtica parece haberse esfumado de momento. Para los ciudadanos m¨¢s atentos, es evidente que, bien por ignorancia de la profundidad de la crisis, bien por c¨¢lculo electoral, el PP err¨® cuando prometi¨® crear puestos de trabajo y acabar as¨ª con la recesi¨®n. Los ciudadanos est¨¢n a la espera de que Rajoy, cumpliendo con su promesa de ¡°decir la verdad aunque duela¡±, explique las discrepancias y detalle las consecuencias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.