Los testigos describen a Garz¨®n como un juez vigilante del derecho de defensa
Uno de los declarantes asegura que finalmente fue la fiscal la que expurg¨® lasa transcripciones Los polic¨ªas insisten en que las escuchas eran para combatir el blanqueo de dinero El abogado Pel¨¢ez admite que no se pregunt¨® nada a su cliente de las grabaciones vetadas
Los polic¨ªas de la UDEF (Unidad contra la Delincuencia Econ¨®mica y Financiera) que realizaron la operaci¨®n antiblanqueo contra la trama G¨¹rtel corroboraron en la sesi¨®n de este mi¨¦rcoles en el Tribunal Supremo que el juez Baltasar Garz¨®n orden¨® preservar el derecho de defensa en las grabaciones que se obtuviesen los implicados, y que esa deb¨ªa ser la ¡°cl¨¢usula¡± que deb¨ªan seguir. Un funcionario de su juzgado tambi¨¦n declar¨® que el juez y las fiscales anticorrupci¨®n estaban siempre ¡°muy obsesionados¡± con quitar de las transcripciones todo lo que tuviese que ver con el derecho de defensa, pero que finalmente fue la fiscal la que le dijo lo que ten¨ªa que quitar de las transcripciones.
Garz¨®n, que se enfrenta a penas de 17 a?os de inhabilitaci¨®n por presuntos delitos de prevaricaci¨®n y violaci¨®n de garant¨ªas constitucionales, pas¨® a un segundo plano y la vista se centr¨® en la esgrima dial¨¦ctica de los abogados con los testigos. El presidente, Joaqu¨ªn Gim¨¦nez, tuvo que emplearse a fondo, y no sin humor, para evitar preguntas reiterativas o improcedentes.
En su conjunto, la prueba result¨® netamente favorable a los intereses del magistrado. El comisario jefe de la UDEF, Jos¨¦ Luis Oliveras, asegur¨® que tras la detenci¨®n de los cabecillas de la G¨¹rtel, Francisco Correa y Pablo Crespo, ¨¦l plante¨® al juez la conveniencia de que les asistiera el abogado que hab¨ªan designado, Jose Antonio L¨®pez Rubal, tambi¨¦n vinculado la red, pues sab¨ªan que iba a ser imputado en fechas muy pr¨®ximas. ¡°Garz¨®n nos dijo que el derecho de defensa prevalec¨ªa sobre cualquier otra cosa y consinti¨® que Rubal asistiera a la declaraci¨®n¡±.
Tanto Oliveras como el jefe de grupo encargado de las escuchas aseguraron que pidieron explicaciones al juez por el auto en el que ordenaba las grabaciones, ¡°previniendo el derecho de defensa¡±. ¡°Le ped¨ª una aclaraci¨®n y me qued¨¦ igual¡±, explic¨® el comisario, ¡°porque el juez dijo que el derecho de defensa lo asum¨ªa ¨¦l a la hora de valorar lo que pudiera afectarlo o no¡±.
Seg¨²n los polic¨ªas de la UDEF, la trama G¨¹rtel era una organizaci¨®n ¡°perfectamente estructurada, con jefes y ¨¢nimo de delinquir¡±, en la que el ¡°delito base¡± era el blanqueo de capitales. Los abogados Manuel Delgado y Jos¨¦ Antonio L¨®pez Rubal eran los que proteg¨ªan ¡°la estructura de blanqueo¡±, mientras Jos¨¦ Ram¨®n Blanco Bal¨ªn era el ¡°ide¨®logo¡± de la estructura exterior.
El fiscal Antol¨ªn Herrero desmont¨® con un par de mandobles la declaraci¨®n del ¨²nico testigo de la acusaci¨®n, el inspector de polic¨ªa Avelino Garc¨ªa L¨®pez. Animado por una serie de preguntas encadenadas del acusador Ignacio Pel¨¢ez, el polic¨ªa lleg¨® a decir que ¡°se atrever¨ªa¡± a decir que en la sede de instituciones penitenciarias hab¨ªa un ordenador central desde el que se pod¨ªan escuchar todas las conversaciones grabadas y que las cintas del caso G¨¹rtel se custodiaban en Instituciones Penitenciarias. El fiscal puso firme al testigo: ¡°Yo dir¨ªa, yo afirmar¨ªa... parece que usted habla un poco de o¨ªdo. ?Est¨¢ usted seguro de lo que ha dicho, de que desde la direcci¨®n general se tiene acceso a las grabaciones de todos los centros penitenciarios¡±. ¡°Yo seguro no estoy¡±, respondi¨® el testigo.
Tras las detenciones, los polic¨ªas de la UDEF constataron que la estrategia de blanqueo "segu¨ªa en pleno uso" y quienes estaban detr¨¢s "eran las mismas personas, los abogados que ten¨ªan capacidad de control de establecimiento de las estrategias. Unos daban ¨®rdenes y otros las ejecutaban". Para evitar las maniobras y que el patrimonio de los corruptos se pusiera fuera del alcance de la justicia, trasladaron verbalmente a Garz¨®n la necesidad de adoptar alguna medida que pod¨ªa ser el control de las comunicaciones de los internos.
Previamente, declar¨® el abogado Ignacio Pel¨¢ez, exfiscal y compa?ero de Garz¨®n y autor e la querella contra el juez por las escuchas del caso G¨¹rtel, al que el presidente del tribunal, Joaqu¨ªn Jim¨¦nez, tambi¨¦n orden¨® quitarse la toga antes de testificar.
Pel¨¢ez reconoci¨® que se entrevist¨® en la c¨¢rcel con Crespo y Correa, pese a que no eran clientes suyos ni pidi¨® el permiso que requiere el reglamento penitenciario. Pel¨¢ez, que defiende al empresario Jos¨¦ Luis Ulibarri, tampoco acredit¨® haber dispuesto "documentalmente" del volante del Colegio de Abogados que certificara que hab¨ªa sido expresamente llamado a comunicar con esos internos. Pel¨¢ez justific¨® su entrevista con los internos de la G¨¹rtel en que fue a coordinar con ellos la defensa de Ulibarri y "no para blanquear dinero".
El abogado de Garz¨®n, Francisco Baena, centr¨® buena parte de su interrogatorio en demostrar que Pel¨¢ez hab¨ªa basado parte de su querella en conversaciones ya expurgadas por Garz¨®n de las grabaciones.
Preguntado si ten¨ªa datos objetivos de que se hubiesen utilizado las grabaciones de forma "ilegal", el letrado respondi¨®: "A m¨ª lo que me preocupa es que no tengo datos. No s¨¦ todo lo que se ha o¨ªdo, no s¨¦ todo lo que se ha transcrito. Puede haber elementos incriminatorios que yo he mencionado, quebrantamiento del derecho a la intimidad . Que se me est¨¦ escuchando ya me parece grave".
Respecto a si en la declaraci¨®n de su cliente ante Garz¨®n se le mencion¨® alg¨²n dato obtenido en las grabaciones, el abogado dijo que el juez ya conoc¨ªa el informe de la UDEF y "ya ten¨ªa las respuestas que mi cliente iba a dar". En otro momento del interrogatorio, reiter¨®: "El juez no le pregunt¨® porque conoc¨ªa las respuestas y era absurdo preguntarle cuando ya sab¨ªa lo que le iba a preguntar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.