De la m¨¢xima tensi¨®n al alivio total en la suite 1002 del Renacimiento
Ha sido una campa?a dura para el ya nuevo secretario general y l¨ªder del PSOE. Complicada. Ten¨ªa mucho que perder, en clave personal y pol¨ªtica.
Ha sido una campa?a dura para el ya nuevo secretario general y l¨ªder del PSOE. Complicada. Ten¨ªa mucho que perder, en clave personal y pol¨ªtica. Para muchos podr¨ªa parecer que part¨ªa como claro favorito, por experiencia y por contar supuestamente con el aparato del partido. Otros, m¨¢s esc¨¦pticos, le daban en sus porras como claro perdedor por representar el siempre antip¨¢tico pasado org¨¢nico frente a la ilusi¨®n que Carme Chac¨®n quer¨ªa encarnar ante el futuro. Pero las cosas en pol¨ªtica, y m¨¢s en el PSOE, no suelen ser como aparentan. Cuando se confirm¨® el resultado, poco antes de las cinco y media de la tarde, se vivi¨® un momento brutal de alivio, abrazos y besos en la suite 1002 del hotel Renacimiento de la isla de la Cartuja, en Sevilla, pero tambi¨¦n en muchos recovecos del recinto. Simpatizantes, invitados y afiliados de base parecieron respirar m¨¢s tranquilos, como si se hubieran quitado un riesgo innecesario de encima.
En la habitaci¨®n 1002 del candidato Alfredo P¨¦rez Rubalcaba estaban todos los miembros relevantes de su equipo: Elena Valenciano, Txiki Benegas, Rodolfo Ares, ?scar L¨®pez, Gaspar Zarr¨ªas. Hab¨ªan comido juntos y luego sufrieron juntos la larga espera del pedestre recuento. Rubalcaba aprovech¨® el tiempo para revisar unos papeles para su discurso de la tarde, a¨²n sin saber si ser¨ªa el de la reafirmaci¨®n de la ¡°unidad y el cambio¡± en su victoria o el de su retirada. Es un t¨®pico pero esos momentos s¨ª fueron realmente de infarto, como se ve¨ªa en las caras de tensi¨®n de algunos y en sus conversaciones.
La lentitud en el recuento, el ¨²nico que hubo, agrav¨® la espera. Los observadores de ambos equipos se lo tomaron con calma, papeleta a papeleta, en cada una de las cinco mesas, pero no es cierto que se produjeran reclamaciones o torpedeos. S¨ª sucedi¨® que tras el balance de la primera mesa se contabiliz¨® un empate a 103 votos que desboc¨® especulaciones. Las siguientes mesas se decantaron dos claramente para Rubalcaba y otras dos por la m¨ªnima para Chac¨®n. Hubo un nulo, porque vot¨® a los dos, y otro que no ejecut¨® su voto.
En los corrillos de militantes, mientras, se discut¨ªa sobre cu¨¢l de los dos podr¨ªa ser mejor. Tras consultar una decena de esas tertulias, de todas las federaciones, se llegaba a una misma conclusi¨®n. A todos les hab¨ªa parecido un discurso m¨¢s s¨®lido y solvente, sobre todo en clave interna y de partido, el de Rubalcaba. A la mayor¨ªa les hab¨ªa gustado la fuerza e ilusi¨®n que hab¨ªa impregnado en el suyo Chac¨®n, pero para enfrentarse en unas elecciones al PP. El dilema era: seguridad o cambio.
Tras los primeros rumores que ofrec¨ªan 16 votos de ventaja a Rubalcaba lleg¨® la victoria oficial por 22 papeletas. Ese trabajo tambi¨¦n se ralentiz¨® porque en la sala donde estaban las urnas y los observadores se instalaron inhibidores para evitar las filtraciones. El proceso fue lento pero todo un ejemplo de democracia y de limpieza.
La constataci¨®n del resultado ofreci¨® im¨¢genes curiosas de alegr¨ªa y calma. Y de gente del equipo de Chac¨®n preocupada por c¨®mo afrontar¨¢ desde el lunes Rubalcaba la integraci¨®n y personas de la m¨¢xima confianza del exvicepresidente fibrilando por haber evitado con su triunfo la temida guillotina del entorno de la candidata catalana.
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