Acierto
El PSOE ha tenido el acierto de aprender de la propia experiencia rectificando decisiones previas que se demostraron err¨®neas.
Las personas aprendemos de nuestros errores. Pero tambi¨¦n las instituciones pueden hacerlo. Es lo que acaba de demostrar el PSOE, quiz¨¢ la m¨¢s importante en tanto que perdurable de nuestras instituciones pol¨ªticas. Este pasado fin de semana, al elegir su nuevo secretario general, ha tenido el acierto de aprender de la propia experiencia rectificando decisiones previas que se demostraron err¨®neas. ?A qu¨¦ error anterior me refiero? Al de elegir a Zapatero en julio de 2000.
Tambi¨¦n entonces el partido se hallaba arrasado tras perder las elecciones con una aplastante derrota por mayor¨ªa absoluta. Y al enfrentarse a la decisi¨®n de elegir un nuevo l¨ªder destinado a dirigir la traves¨ªa del desierto, hubo de elegir entre dos alternativas contrapuestas, una caracterizada por la s¨®lida continuidad que representaba Bono y la otra por la seductora renovaci¨®n que promet¨ªa un in¨¦dito Zapatero. Entonces, quiz¨¢s angustiados por la magnitud de la derrota, los compromisarios decidieron hacer tabla rasa optando por la aventurada refundaci¨®n. Y aquella elecci¨®n pareci¨® revelarse como acertada en un primer momento, cuando Zapatero gan¨® por sorpresa las elecciones de 2004 sin advertir que su victoria no era tal. Pero luego llegaron las imprudencias del Tripartito catal¨¢n y dem¨¢s improvisaciones de Zapatero, que terminaron por conducir al partido a las derrotas de 2011.
Pues bien, ahora el dilema al que se enfrentaba el 38 Congreso era bastante an¨¢logo al que se produjo en el a?o 2000. Para salir del colapso pol¨ªtico marcado por las derrotas electorales se ofrec¨ªan dos opciones alternativas. Una la de Rubalcaba, un candidato carente de atractivo medi¨¢tico (dada su imagen de hombre peque?o, mayor y feo) que s¨®lo representaba la continuidad de la vieja guardia olig¨¢rquica. Y frente a ¨¦l la figura fresca (cool) de Chac¨®n, que adem¨¢s de aunar todos los factores pol¨ªticamente correctos (en tanto que joven, feminista y perif¨¦rica) ofrec¨ªa una imagen de renovaci¨®n radical y gozaba tambi¨¦n de fuerte apoyo medi¨¢tico tanto a diestra (El Mundo) como a siniestra (P¨²blico). Digamos que era una candidata tan atractiva como pudo serlo Esperanza Aguirre en su desaf¨ªo de 2008 contra Mariano Rajoy, en unas circunstancias estrictamente sim¨¦tricas para la derecha. Tanto era as¨ª que muchos nos tem¨ªamos que Chac¨®n terminase por vencer, dada la tentaci¨®n que sentir¨ªan bastantes congresistas de apostar por la refundaci¨®n del partido para volver a revivir el esp¨ªritu (o la ilusi¨®n) del a?o 2000.
Pero afortunadamente no fue as¨ª, sino que se ha tenido el acierto de apostar por el principio de realidad evitando caer de nuevo en el espejismo del error Zapatero. Pues un partido socialista liderado por Chac¨®n amenazaba con derivar hacia una ingobernabilidad semejante a la que supuso el Tripartito catal¨¢n. Por eso digo que el PSOE ha sabido aprender la lecci¨®n del pasado optando por rectificar. Y en lugar de elegir el aventurerismo ha optado por el realismo pol¨ªtico. Pues, como es evidente, si descontamos los factores de imagen medi¨¢tica, donde Rubalcaba lo ten¨ªa todo pedido frente a la ilusi¨®n que despertaba su rival, en t¨¦rminos de consistencia y solidez de los candidatos no hab¨ªa ninguna duda posible. El nuevo l¨ªder socialista no s¨®lo es un animal pol¨ªtico de primera, claramente superior a Chac¨®n en t¨¦rminos de inteligencia, preparaci¨®n y oratoria, sino que adem¨¢s ha demostrado tener el valor necesario para la herc¨²lea tarea que le espera.
En efecto, cuando Zapatero se suicid¨® pol¨ªticamente (al someterse al directorio europeo en mayo de 2010) y luego dio la espantada para rehuir responsabilizarse ante sus electores, quien se comi¨® el marr¨®n fue Rubalcaba, salv¨¢ndole la honra al dar la cara por ¨¦l. Y quien ha cargado con la cruz de la justa derrota electoral tambi¨¦n ha sido ¨¦l, pagando con su propia cabeza el precio de la com¨²n responsabilidad pol¨ªtica al hacer de v¨ªctima propiciatoria como ¨²nica forma de redimir al partido. Por tanto, el que ahora vaya a ser ¨¦l quien lo conduzca en su traves¨ªa del desierto es una forma de justicia po¨¦tica: quien fue crucificado como Mes¨ªas vicario bien merece ahora hacer de Mois¨¦s. Y digo bien Mois¨¦s porque parece obvio que Rubalcaba no puede volver a presentarse a unas elecciones generales, debiendo delegar su liderazgo en otro candidato de refresco (o candidata, como Valenciano).
As¨ª ha demostrado tener el PSOE la suficiente sensatez como para rechazar las aventuras medi¨¢ticas y elegir con realismo al ¨²nico l¨ªder capaz de reorganizarlo hasta que merezca recuperar de nuevo la confianza de los ciudadanos. Justo como pas¨® tambi¨¦n con el PP, que supo renunciar al dudoso encanto de Esperanza Aguirre para confiar su liderazgo al nada medi¨¢tico sentido com¨²n de Rajoy. Tal para cual.
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