La madre de una ni?a asesinada por ETA a los etarras: "Cobardes, hijos de puta"
La mujer increpa a los etarras tras declarar en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional En el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) en 2002 murieron dos personas Los acusados se enfrentan a 1.180 a?os de c¨¢rcel
"Asesinos cobardes" e "hijos de puta". To?i Santiago, la madre de la ni?a de seis a?os asesinada en el atentado de Santa Pola (Alicante) en 2002, ha increpado de esta forma a los etarras que la Audiencia Nacional juzga por estos hechos y ha pedido "justicia" para que su hija sea "la ¨²ltima" y no vuelva a haber "ning¨²n otro ni?o asesinado por ETA". A pesar de haber sido amonestada dos veces por el presidente del tribunal, Santiago ha repetido los insultos a los acusados, que han permanecido indiferentes a su relato. Lo ha hecho mir¨¢ndoles a la cara y con tono desafiante cuando abandonaba la sala de vistas.
La testigo ha explicado entre llantos c¨®mo se produjo el atentado y ha dejado "en manos" de los magistrados que los terroristas "no se vuelvan a cruzar con ninguna criatura". "?Que ning¨²n padre tenga que enterrar nunca a un hijo en manos de esta gente, por favor!", ha pedido con un hilo de voz.
La mujer ha comenzado su estremecedor relato indicando que en el momento de la explosi¨®n, la peque?a, Silvia Mart¨ªnez Santiago, jugaba en el patio con su primo Borja, de tres a?os. "En unos instantes todo se volvi¨® oscuro, todo se mov¨ªa, no sab¨ªa lo que pasaba, le preguntaba a mi hermano y not¨¦ como corr¨ªa por mi cara un chorro de sangre", ha contado visiblemente afectada.
Cuando por fin la encontr¨® vio que estaba "cubierta de escombros y s¨®lo se le ve¨ªan los ojos" e intent¨® "desesperada" sacarla de all¨ª. "Conforme iba viendo su cuerpo sab¨ªa que mi hija mor¨ªa", ha se?alado antes de indicar que por un boquete grit¨®: "?Auxilio, socorro! ?Por favor, que alguien me ayude, mi hija se muere!".
Tras ser ayudada por su hermano y dos agentes, not¨® c¨®mo los cristales se le "incrustaban en los pies" y mientras tanto gritaba "hijos de puta, hijos de puta". En este punto, Santiago se ha dado la vuelta para mirar a los acusados, Andoni Otegi y ?scar Celarain, lo que ha provocado que el presidente del tribunal le haya pedido que, aunque entend¨ªa el "estado" en el que se encontraba, se abstuviera de hacer ese tipo de comentarios.
"Cuando termin¨¦ de bajar las escaleras Silvia ya estaba en la ambulancia. Sub¨ª con la ni?a, le ped¨ªa por favor al conductor que corriera y la persona que iba con nosotras dec¨ªa que ten¨ªa una parada cardiorrespiratoria. Entonces, empec¨¦ a rezarle y a cantarle al o¨ªdo hasta que llegamos al hospital. Una vez all¨ª los m¨¦dicos dijeron que no pod¨ªan hacer nada por la ni?a y que hab¨ªa fallecido".
"Me han amputado el alma"
Desde ese momento Santiago ha dicho que su vida ha sido "una continua lucha por defender la memoria y la dignidad". "Que se haga justicia por nuestra peque?a", ha a?adido antes de se?alar que el atentado no le amput¨® "una pierna ni dos dedos". "A m¨ª me han amputado el alma y el coraz¨®n", ha aseverado.
En el banquillo de los acusados se sientan los miembros del Comando Argala de ETA, Andoni Otegi Eraso, alias Iosu, y ?scar Celarain Ortiz, Peio, que se enfrentan a 1.180 a?os de c¨¢rcel por colocar el 4 de agosto de 2002 un coche bomba que estall¨® frente a la casa cuartel de la Guardia Civil. La explosi¨®n caus¨® la muerte de la peque?a Silvia Mart¨ªnez Santiago y de Cecilio Gallego Alaminos, que se encontraba en la parada del autob¨²s. Adem¨¢s, resultaron heridas otras 56 personas.
En la primera jornada del juicio, que quedar¨¢ visto para sentencia este mi¨¦rcoles, un mando de la comandancia de Alicante de la Guardia Civil ha declarado que la hora escogida por los terroristas, las 20:15 de la tarde, era "propicia para causar mucho da?o en el cuartel y en la parada del autob¨²s", al tratarse de "un lugar de paso" y "siendo agosto, verano y un lugar de costa". "Para lo concurrido del lugar, poco pas¨®", a?adi¨® otro agente, que realiz¨® la inspecci¨®n ocular.
Otegi y Celarain fueron condenados en 2006 en Francia a ocho a?os de c¨¢rcel por los delitos de asociaci¨®n de malhechores, tenencia de armas y explosivos y uso de documentaci¨®n falsa. En mayo pasado, la Audiencia Nacional les impuso 18 a?os y 3 meses de c¨¢rcel por atentar en junio de 2002 en Marbella (M¨¢laga) y en noviembre pasado les conden¨® a otros 50 a?os por el asesinato del edil de UPN en Leitza (Navarra) Jos¨¦ Javier M¨²gica.
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