El Gobierno culpa al PSOE de la violencia para que no capitalice el malestar social
Miembros del Gobierno reconocen que pretenden inutilizar a los socialistas como voz de denuncia ante los planes y los ajustes del Gabinete de Rajoy
?Resulta cre¨ªble que el PSOE est¨¦ alentando la violencia en las manifestaciones callejeras contra los recortes? A los socialistas les resulta escandaloso e ignominioso el mero hecho de que pueda plantearse esa hip¨®tesis. Pero tendr¨¢ que hacer una contraofensiva muy fuerte para frenar la denuncia sobre esta actitud que el PP y miembros muy cualificados del Gobierno de Espa?a le atribuyen. En efecto, el PP ha decidido acusar a los socialistas de haber ideado un plan que pasa por crear en Espa?a ¡°un clima de conflictividad social¡±, en el que se producen actos violentos que el PSOE, adem¨¢s, no rechaza. Son argumentos que persiguen poner sordina a la denuncia de la reforma laboral en concreto, y a los ajustes presentes y de futuro.
In¨²til ha resultado que el PSOE se defienda escandalizado. No; para el PP los socialistas, en tanto que se oponen a la reforma laboral y, adem¨¢s, han asistido a la primera manifestaci¨®n en contra de la misma, el pasado 19 de marzo, absolutamente pac¨ªfica, se han convertido en parte activa de la protesta contra el Gobierno. As¨ª, el PP coloca al primer partido de la oposici¨®n en el mismo nivel en el que se sit¨²an los radicales que quemaron contenedores en Barcelona el pasado mi¨¦rcoles. Da igual que el PSOE califique de ¡°deleznable e intolerable¡±, cualquier acto de violencia y que el sindicato de estudiantes, que convoc¨® la protesta, proclame que los violentos no pertenecen a la comunidad educativa.
Esta ser¨¢ la medicina que el PSOE recibir¨¢ por su oposici¨®n rotunda en el Parlamento nacional, en los auton¨®micos y en los ayuntamientos al real decreto sobre medidas laborales que el jueves se convalidar¨¢ en el Congreso. El PP tiene una mayor¨ªa holgada para sacar adelante la reforma y, por tanto, vencer¨¢ aunque no convencer¨¢, al menos, a una parte nada desde?able de la sociedad; y esto les preocupa. Por tanto, pondr¨¢ en marcha todos los argumentos que tenga a mano para desautorizar a quienes les atacan. No est¨¢ en su mano detener las manifestaciones, a las que los ciudadanos acuden voluntariamente, pero s¨ª puede intentar quitar toda credibilidad al primer partido de la oposici¨®n. El Gobierno aprovecha que el PSOE se ha puesto detr¨¢s de la pancarta para situarlo all¨ª, secuestrado, como una foto fija.
El derecho a manifestarse que ayer mismo reclam¨® el l¨ªder del PSOE , Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, aunque ¨¦l todav¨ªa no lo ha hecho, le viene muy bien al PP para afianzar su estrategia. ¡°En vez de pedir perd¨®n por los cinco millones de parados pretende con algaradas callejeras ganar lo que no ha ganado en las urnas¡±, ha sentenciado la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre. Este es el terreno de juego en el que se va a mover el PP, seg¨²n reconocen miembros del Gobierno, para inutilizar al PSOE como voz de denuncia ante los planes y los ajustes del Gabinete de Mariano Rajoy.
Por mucho que el PP quiera colocar al PSOE solo en la calle, ser¨¢ muy dif¨ªcil ocultar el debate parlamentario del jueves contra la reforma laboral, as¨ª como sucesivas iniciativas parlamentarias. La primera, la presentaci¨®n de una enmienda a la totalidad con texto alternativo, que contendr¨¢ algunos aspectos de la reforma laboral que el gobierno socialista aprob¨®, medidas de est¨ªmulo al empleo que ofreci¨® en la campa?a electoral y el ¨²ltimo acuerdo entre patronal y sindicatos. No, no podr¨¢ ocultarse pero la r¨¦plica gubernamental est¨¢ prevista: Sus planes no han dado ning¨²n resultado como demuestra el crecimiento incesante del paro. El Gobierno quiere taponar todas las salidas para el PSOE, salvo las que les conducen a las manifestaciones con los sindicatos.
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