Nueve reveses (y una puerta entreabierta) para Espa?a

El presidente espa?ol Mariano Rajoy no inform¨® a sus hom¨®logos a lo largo de la reuni¨®n, pero ha dado la campanada en la rueda de prensa con un d¨¦ficit para 2012 del 5,8%, frente al 4,4% pactado con la UE. A esta cumbre de la austeridad Espa?a lleg¨® con una agenda propia, marcada por sus urgencias particulares: un d¨¦ficit galopante, una recesi¨®n en ciernes y un paro estratosf¨¦rico. Un c¨®ctel complicado que obliga al Ejecutivo a pedir flexibilidad con el cumplimiento de las metas del d¨¦ficit. Bruselas no ha abierto la manga: todo lo contrario, Espa?a se ha llevado en un par de d¨ªas hasta nueve sonoros reveses por parte de los l¨ªderes comunitarios, el Banco Central Europeo y varios pa¨ªses. La sensaci¨®n es que Rajoy debe haber pactado esa cifra con algunas de las grandes capitales europeas. De lo contrario vienen curvas: a lo largo de la cumbre, las pretensiones de Espa?a se han llevado varias reprimendas. Este es un resumen sucinto de esos rapapolvos, con un inesperado e importante apoyo final en boca de la canciller de hierro, la alemana Angela Merkel.

Comisi¨®n Europea, BCE y Eurogrupo.

El Eurogrupo abri¨® fuego ayer por la tarde. El ministro de Econom¨ªa, Luis De Guindos, explic¨® all¨ª el por qu¨¦ del d¨¦ficit espa?ol en 2011, ese 8,5% que ha desatado la desconfianza de varios de los socios espa?oles en la eurozona. En Espa?a hay quien cree que esa cifra est¨¢ hinchada para culpar al Gobierno de Zapatero de la herencia recibida y para apuntarse el tanto si el nuevo Ejecutivo consigue meter las cuentas p¨²blicas en cintura. En varios pa¨ªses la sensaci¨®n es la contraria: fuentes diplom¨¢ticas explicaron que la creencia en algunos pa¨ªses del Norte es que el d¨¦ficit puede ser incluso mayor. Guindos recibi¨® tres reprimendas en el Eurogrupo: el comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Olli Rehn, le reclam¨® las cifras definitivas y el presupuesto de 2012 antes de empezar a hablar de cualquier tipo de flexibilizaci¨®n. El representante del Banco Central Europeo (BCE), el alem¨¢n Jorg Asmussen, critic¨® con dureza el incumplimiento. Un representante del Eurogrupo, seg¨²n varias fuentes, fue menos duro pero reforz¨® la idea de que primero hay que conocer las cifras a fondo para empezar a hablar de relajar las cifras del d¨¦ficit. Ni uno solo de los ministros de Finanzas del euro alz¨® la voz para apoyar a Espa?a.

Finlandia, Suecia y Holanda.

Tampoco en la cena de jefes de Estado y de Gobierno hubo mucho debate sobre la reclamaci¨®n de Espa?a. Ni siquiera esta ma?ana Rajoy ha sacado el tema: varias fuentes confirman que no ha informado a sus socios del d¨¦ficit previsto para 2012, del que ha informado despu¨¦s en rueda de prensa. Pese a que en los ¨²ltimos d¨ªas el Ejecutivo ha reiterado ese mensaje de la necesidad de suavizar los objetivos de d¨¦ficit para no provocar una severa recesi¨®n, Espa?a no ha defendido esa postura en p¨²blico. Y aun as¨ª la discusi¨®n est¨¢ ah¨ª: el comunicado final de la cumbre conmina a los pa¨ªses a cumplir a rajatabla, y a ¨²ltima hora se ha a?adido una apostilla preocupante: ¡°Activar recortes adicionales si fuera necesario¡±, en concordancia con una reuni¨®n marcada por la necesidad de dar un mensaje rotundo acerca del compromiso europeo con la austeridad. Tres primeros ministros hablaron indirectamente de eso: el sueco Frederik Reinfeldt dej¨® claro que no habr¨¢ flexibilizaci¨®n de ning¨²n tipo (¡°no se puede suavizar el objetivo¡±) hasta que Espa?a presente un presupuesto acorde con las metas pactadas (ese 4,4% que Espa?a ya ha declarado inalcanzable). El finland¨¦s urki Katainen dijo tambi¨¦n que ser¨ªa ¡°completamente equivocado¡± abrir la mano. Si Rajoy esperaba que alguno de los pa¨ªses con problemas (Francia, B¨¦lgica, Holanda) se pusiera de su lado, obtuvo todo lo contrario: el primer ministro holand¨¦s, Mark Rutte, que tiene que hacer frente a un agujero considerable en sus cuentas p¨²blicas, se comprometi¨® p¨²blicamente en la cena a ¡°recortar todo lo necesario¡± para cumplir con los objetivos.

Barroso, Van Rompuy y Draghi.

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, han dado esta ma?ana las dos ¨²ltimas apostillas a los deseos de Espa?a. ¡°Espa?a tiene que cumplir. No hacerlo provocar¨ªa el castigo del mercado y castigar¨ªa su credibilidad¡±, dijo Van Rompuy. Barroso fue exactamente en la misma l¨ªnea. A lo largo de la reuni¨®n de la ma?ana, incluso el presidente del BCE, Mario Draghi, ha reprochado a Espa?a no haber presentado aun los presupuestos y ha reclamado el cumplimiento estricto de las metas. Rajoy ha contestado que el presupuesto iba a presentarse en breve. Pero no ha dicho ni una palabra acerca de que pensaba anunciar un d¨¦ficit del 5,8% apenas una hora despu¨¦s, ante los periodistas.

Coda: Merkel abre una puerta.

El Ejecutivo, a pesar de esos reveses, ha presentado un d¨¦ficit superior incluso a las quinielas que corr¨ªan alrededor de La Moncloa, en las que se hablaba del 5,5%. El calendario juega en contra de Espa?a, pero tambi¨¦n a su favor: por un lado, Rajoy se ve obligado a desnudar la cifra y a quedarse en solitario, lo que le deja a la intemperie ante las reprimendas de Bruselas y un eventual castigo en los mercados. Por otro, lo m¨¢s probable es que no d¨¦ tiempo a abrir un procedimiento de sanci¨®n. Europa tiene sus reglas para bien y para mal: hay que presentar aun el proyecto de presupuestos en Bruselas y el d¨¦ficit definitivo de 2011, Bruselas debe evaluarlos y para entonces lo normal es que, a la vista de que la recesi¨®n es mucho peor de lo que se pensaba en varios pa¨ªses, haya una flexibilizaci¨®n de las metas general, no solo para Espa?a. La canciller alemana, Angela Merkel, ha explicado en rueda de prensa lo que parece la hoja de ruta de Espa?a en las ¨²ltimas semanas: ¡°Creo que lo primero que hay que hacer es seguir el calendario previsto. Los pa¨ªses presentar¨¢n sus propuestas, se entregar¨¢n a la Comisi¨®n en el marco del Semestre Europeo y despu¨¦s se ver¨¢ cual es el resultado. Ahora no tiene sentido decidir si los objetivos del d¨¦ficit ya no son v¨¢lidos.