Obligada flexibilidad
La credibilidad de un objetivo emana de las probabilidades efectivas de consecuci¨®n El Ejecutivo debe tratar de que la orientaci¨®n al crecimiento coexista con la austeridad
El Gobierno espa?ol, un d¨ªa despu¨¦s de que el Consejo Europeo reafirmara su intransigencia ante los planes de saneamiento de las finanzas p¨²blicas de algunos Estados, ha optado por asumir un objetivo de d¨¦ficit p¨²blico para el a?o en curso significativamente superior al pactado con la Uni¨®n Europea. El 5,85% del PIB en 2012, aunque de dif¨ªcil cumplimiento, es m¨¢s cre¨ªble que el vigente hasta ayer, del 4,4%. En dos ¨¢mbitos fundamentales se sit¨²an las consecuencias de una decisi¨®n tal: la asociada a las probabilidades de consecuci¨®n de ese nuevo objetivo y las que esa revisi¨®n unilateral pueda generar tanto en los mercados de bonos como en el seno de la UE.
La seriedad y credibilidad de cualquier objetivo de pol¨ªtica econ¨®mica no emana de la ambici¨®n con que se formulan, o de su aparente adecuaci¨®n a una determinada ortodoxia, sino de las probabilidades efectivas de consecuci¨®n. Y reducir de forma significativa el d¨¦ficit p¨²blico en una econom¨ªa en pronunciada recesi¨®n es un prop¨®sito harto dif¨ªcil. En mucha mayor medida si, como es el caso de la espa?ola, existen problemas serios en su sistema bancario, contracci¨®n del cr¨¦dito y un muy elevado componente estructural en su no menos excepcional tasa de desempleo.
El contexto internacional, y m¨¢s concretamente el que conforma la demanda de nuestros socios de la eurozona, tampoco ser¨¢ c¨®mplice del saneamiento financiero, publico y privado. La nueva tasa de contracci¨®n del crecimiento de la econom¨ªa asumida en el cuadro macroecon¨®mico en el que se sustentar¨¢n los Presupuestos Generales del Estado, del 1,7% en este a?o, est¨¢ efectivamente asociada a una elevaci¨®n adicional del desempleo, hasta el 24,3%, con una p¨¦rdida neta de 630.000 empleos, seg¨²n el Gobierno.
Respecto al segundo grupo de consecuencias, las eventualmente asociadas a penalizaciones por los mercados o de Bruselas, es preciso tomar en consideraci¨®n que, lejos de un acto de rebeld¨ªa, la decisi¨®n del Gobierno espa?ol se asume tras haber llevado a cabo en un plazo muy breve tres conjuntos de reformas alineadas totalmente con las intenciones m¨¢s rigurosas. Adem¨¢s, el prop¨®sito expl¨ªcito de converger hacia un d¨¦ficit del 3% del PIB en 2013 intentar¨¢ ser respetuoso con la formulaci¨®n m¨¢s vinculante del propio Pacto de Estabilidad y la recomendaci¨®n de d¨¦ficit excesivo aprobada por la Comisi¨®n Europea en 2009.
A los mercados financieros, por su parte, no les sorprender¨¢ mucho m¨¢s que se asuma esa senda reductora del d¨¦ficit que la incre¨ªble dirigida a conseguir el 4,4% del PIB, desde el 8,5%, en un solo a?o. Que los diferenciales con los que cotizan los t¨ªtulos del Tesoro espa?ol se ensanchen, que los de Italia se estrechen, que la Bolsa caiga, en modo alguno son un reflejo exclusivo de la decisi¨®n que ha adoptado el Consejo de Ministros ayer. Prop¨®sitos irrealizables podr¨ªan acabar generando penalizaciones m¨¢s severas.
Lo relevante a partir de ahora es que el Gobierno espa?ol se aplique a trabajar en el seno de la Uni¨®n Europea, no solo para convencer de que lo que ha hecho es menos irracional que mantener un objetivo de d¨¦ficit inalcanzable, sino tambi¨¦n para tratar de que en su seno la orientaci¨®n al crecimiento al menos coexista con esa austeridad mal entendida que est¨¢ conduciendo a una parte significativa de la eurozona a la depresi¨®n.
En ausencia de est¨ªmulos, la frustraci¨®n de los agentes econ¨®micos puede constituirse en una fuente depresiva m¨¢s: en un factor adicional de retroceso en el bienestar y modernizaci¨®n que ya est¨¢n sufriendo las econom¨ªas que comparten moneda.
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