Si Gri?¨¢n y Arenas se despidieran
Un sector relevante del PP reclama que Javier Arenas aguante, que quien resiste, gana
La noche electoral del pasado domingo sigui¨® los par¨¢metros tradicionales. Cada uno de los partidos contendientes en los comicios hizo una interpretaci¨®n del escrutinio en t¨¦rminos de victoria, buscando los ¨¢ngulos m¨¢s favorables para establecer comparaciones. En unos casos, la subida de esca?os; en otros, la mejora del n¨²mero o del porcentaje de votos. En Andaluc¨ªa, al cierre de los colegios electorales, lo primero que conocimos fueron las encuestas a pie de urna, que anticipaban por unanimidad una holgada mayor¨ªa absoluta para el PP en el Parlamento de esa Comunidad. Luego, supimos que la participaci¨®n hab¨ªa sido inferior a la de otras convocatorias. En Andaluc¨ªa, del 62,23%, 10 puntos menos que en las auton¨®micas de 2008. En Asturias, del 55,92% tambi¨¦n m¨¢s de 10 puntos inferior que en las auton¨®micas de mayo de 2011. A partir de esos datos, los resultados del recuento iban fluyendo al mismo ritmo y comp¨¢s que el del porcentaje de voto escrutado.
Fue sorprendente comprobar que, del mismo modo a lo sucedido en las elecciones generales del 20 de noviembre pasado y en las municipales y auton¨®micas del 22 de mayo anterior, las papeletas al ser introducidas en las urnas andaluzas volvieron a estratificarse de tal manera que las correspondientes a las candidaturas del Partido Popular se fueron al fondo, como si pesaran m¨¢s que las impresas con las del Partido Socialista. Porque de saque a los socialistas los primeros votos les atribu¨ªan 57 esca?os, que fueron disminuyendo hasta quedar en 47, mientras que a los populares les daban 46 que acabaron en 50. En cuanto a las papeletas de Izquierda Unida, se impone reconocer que su distribuci¨®n a lo largo de la noche fue de extracci¨®n uniforme, de manera que desde el inicio se mantuvo invariable el n¨²mero de esca?os atribuidos a esa formaci¨®n.
La tecnolog¨ªa electoral espa?ola, que est¨¢ reconocida como la mejor del mundo, permiti¨® consumar la operaci¨®n de recuento en menos de dos horas, pero esos 110 minutos debieron ser de infarto, por decirlo con la terminolog¨ªa de los cronistas deportivos. Los efectivos period¨ªsticos estaban dispuestos en las sedes regionales y centrales de los partidos, o en los hoteles preferidos para hacer el seguimiento, pero las rondas de conexiones registraban mutismo. Todo se reduc¨ªa a se?alar que el l¨ªder respectivo se encontraba reunido con su equipo m¨¢s ¨ªntimo en la planta de su despacho. Nadie quer¨ªa arriesgar. Unos, los populares, esperaban que el progresivo corrimiento de tierras, o de votos, acabara por brindarles la mayor¨ªa de esca?os y el ansiado acceso al Gobierno de la Junta. Otros, los socialistas, confiaban en una desaceleraci¨®n que dejara a sus rivales por debajo de la mitad m¨¢s uno, es decir, privados del poder.
En Asturias, como corresponde a su tradici¨®n sider¨²rgica, todas las papeletas parec¨ªan pesar lo mismo y su distribuci¨®n en las urnas se mostraba uniforme, de manera que desde el principio al final del escrutinio la atribuci¨®n de esca?os se mantuvo invariable. Interesante observar la dispersi¨®n del voto que en Asturias otorgaba representaci¨®n parlamentaria a cinco formaciones pol¨ªticas, mientras en Andaluc¨ªa, con un censo m¨¢s de siete veces mayor, se concentraba en tres. En Asturias, la escisi¨®n de Francisco ?lvarez Cascos se probaba resistente y lograba seguir puntuando por encima del Partido Popular, adem¨¢s de abrir campo a UPyD, que obten¨ªa un esca?o. De modo que la gobernabilidad queda en el alero, a menos que Cascos ¡ªen v¨ªsperas de ser reclamado por sus contratos caprichosos en pasadas ¨¦pocas ministeriales¡ª sea capaz de acordar con el PP, desmintiendo el proverbio de que no hay peor cu?a que la de la misma madera.
En Andaluc¨ªa, Javier Arenas aseguraba que las urnas le hab¨ªan favorecido con una victoria hist¨®rica. Como dec¨ªa un periodista, buen amigo, en su secci¨®n El Telegrama del Informativo Hora 14 de la cadena SER, bastaba verle el semblante en el balc¨®n nocturno sevillano para averiguar las dimensiones de un triunfo que le dejaba a cinco esca?os de la mayor¨ªa absoluta, ¨²nica llave para alzarse con el Gobierno de la Junta. Porque nunca se han o¨ªdo palmas m¨¢s tristes ni peor acompa?adas que las que iniciaba incansable, una y otra vez, la ministra de Empleo, F¨¢tima B¨¢?ez, seguida por el otro gran agente electoral y ministro de Hacienda, el jienense Crist¨®bal Montoro. Un sector relevante del PP reclama que Arenas aguante. Que quien resiste, gana. Que es cuesti¨®n de una o dos convocatorias m¨¢s. Otro piensa que es hora de que ceda el paso tras cuatro intentos fallidos. La banda socialista tambi¨¦n est¨¢ dividida. ?Qu¨¦ ocasi¨®n si Arenas y Gri?¨¢n se dieran la mano para anunciar que se retiran!
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