Un poco m¨¢s de respeto

Fatiga comprobar c¨®mo los responsables de muchos pa¨ªses de la Uni¨®n Europea se comportan a la menor ocasi¨®n como simples cabecillas populistas, en una b¨²squeda grosera de apoyo popular. El presidente franc¨¦s y el primer ministro italiano hacen un flaco favor a la UE azuzando las cr¨ªticas contra el Gobierno espa?ol. Y el presidente del Gobierno espa?ol se hace muy poco favor evitando dar explicaciones y perdiendo el respeto a sus propios ciudadanos, que ya est¨¢n mucho m¨¢s deprimidos que los italianos o franceses, a la vista de los grandes sacrificios que les vaticinan. Entristece comprobar c¨®mo la pol¨ªtica espa?ola, en t¨¦rminos generales, es incapaz de producir algunas voces sabias que puedan transmitir informaci¨®n y autoridad, esa especie de b¨¢lsamo que esta sociedad precisa tan imperiosamente.

A falta de esas voces sabias, ser¨ªa deseable que, por lo menos, el Gobierno de Mariano Rajoy fuera capaz de producir un simple portavoz econ¨®mico, que al igual que hace S¨¢enz de Santamar¨ªa en el plano pol¨ªtico, fuera capaz de salir al paso de incoherencias o tensiones. Cierto es que la situaci¨®n econ¨®mica es m¨¢s vol¨¢til, pero la opci¨®n actual, el silencio del presidente y la contradicci¨®n entre ministros, no es sostenible. Falta alguien que deje claro por d¨®nde se va y qu¨¦ se piensa.

Para los medios pr¨®ximos a La Moncloa est¨¢ claro que quien manda en el sector econ¨®mico del Gobierno es el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, que cuenta con la confianza de Rajoy. El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, est¨¢ considerado en esos medios como un t¨¦cnico, incapaz de disputar el criterio pol¨ªtico a su colega. La ¡°cara visible¡± deber¨ªa ser quien presidiera la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Econ¨®micos, pero, en una decisi¨®n que ahora parece desafortunada, fue Rajoy quien se reserv¨® ese papel, inutilizando la funci¨®n de portavoz.

Rajoy cruzar¨¢ sus dedos pero no para que gane Sarkozy, sino Hollande, mejor baza para los intereses espa?oles

Nadie que conozca al presidente puede esperar que Rajoy altere su forma de ser y su firme convencimiento de que su predecesor, Rodr¨ªguez Zapatero, tuvo una ¡°exposici¨®n excesiva¡±. Pero hasta el propio presidente debe ser consciente de que errores como su salida por una puerta trasera del Senado, son equivocaciones pol¨ªticas graves.

La velocidad con la que se mueven los inversores y los especuladores es infernal y da la impresi¨®n de que est¨¢n consiguiendo alterar en solo cien d¨ªas el calendario de reformas y recortes, en parte conocido y en parte oculto, que ha elaborado el Gobierno. Rajoy ya hab¨ªa decidido recortar los presupuestos de Sanidad y Educaci¨®n, pero no incluy¨® esos recortes en los Presupuestos para guardar ¡°munici¨®n¡±. Un aceler¨®n de la ¡°liebre¡± a la que se refiri¨® Felipe Gonz¨¢lez oblig¨® a desvelar esos recortes a toda prisa. Acumular errores de estrategia como estos puede dificultar los ex¨¢menes que siguen pendientes en Bruselas.

Ahora vienen dos meses que cortan la respiraci¨®n. Hay que esperar a ver si el Eurogrupo decide pronunciarse sobre el retrasado presupuesto espa?ol de 2012, algo a lo que no est¨¢ obligado pero de lo que existen precedentes. Un respaldo decidido ser¨ªa, sin duda, bienvenido.

Para el 23 de abril, Eurostat deber¨¢ validar las cifras de d¨¦ficit y deuda en 2011 de todos los pa¨ªses de la UE, incluido el 8,5% proporcionado por Madrid. A finales del mismo mes, los Gobiernos est¨¢n obligados a presentar sus planes de estabilidad y sus previsiones macroecon¨®micas de 2013 a 2015, con el correspondiente cat¨¢logo de medidas. La Comisi¨®n analizar¨¢ esos planes y propondr¨¢ al Consejo Europeo de junio un conjunto de recomendaciones.

Espa?a necesita que se alargue el plazo de cumplimiento del 3% de d¨¦ficit y, diga lo que diga, lo m¨¢s probable es que Rajoy est¨¦ conteniendo la respiraci¨®n durante la segunda vuelta de las elecciones francesas, el 6 de mayo, pero no esperando que gane Sarkozy sino rogando que lo haga Hollande. Una victoria del socialista ser¨ªa en estos momentos la mejor baza para sus intereses inmediatos, por su negativa a ratificar el Tratado de Estabilidad y su exigencia de ampliar plazos. De la posible victoria de Hollande y de su relaci¨®n con la canciller alemana Angela Merkel dependen muchas cosas para Espa?a. Mientras tanto, solo queda no fomentar el guirigay y exhibir una cierta habilidad diplom¨¢tica, primero para recomponer los malentendidos provocados por Rajoy en sus desafortunadas intervenciones europeas y luego para moverse con algo de soltura en la inmediata reuni¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington, una buena ocasi¨®n de recoger bendiciones. Casi bastar¨ªa con eso. Exhibir un imprescindible liderazgo interno¡­ y cruzar los dedos. solg@elpais