V¨¢monos a negro

Cre¨ª estar oyendo visiones cuando escuch¨¦ el martes al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, desmontar de un plumazo a Homero, a Shakespeare y a Ib¨¢?ez Serrador, por citar a tres creadores de distintas ¨¦pocas que tanta gloria le han dado a las televisiones, incluida TVE.

Hablaba el ministro ante los micr¨®fonos de Radio Nacional de Espa?a, ante un periodista, Juan Ram¨®n Lucas, que escuchaba, como muchos, lo que el ministro ten¨ªa que decir sobre los medios p¨²blicos y el dinero que malgastan.

Seg¨²n el ministro, para el entretenimiento, pues en el entretenimiento se entretuvo, no hacen falta tantas alforjas. Lo dijo muy claro: se paga demasiado para demasiado poco. ?Cu¨¢l es el baremo? Eso lo sabr¨¢ ¨¦l, que tiene ideas de econom¨ªa y las aplica. Pero, en puridad, buscando el fondo del asunto, uno se encuentra con muchas paradojas. ?Quiso decir el ministro de Hacienda que los organismos p¨²blicos de difusi¨®n de la cultura (y el entretenimiento bien entendido empieza por la cultura, desde que se aprendi¨® a leer y a ver) no deben ocuparse sino de aquello que no se tiene que pagar? ?D¨®nde deja el ministro la historia de las mejores televisiones del mundo, que son p¨²blicas y que se han ganado el prestigio d¨¢ndole sitio a los creadores, empezando por la m¨ªtica, y tan inimitable, por desgracia, British Broadcasting Corporation, alias BBC?

Este pa¨ªs es muy curioso, como muchos de sus pol¨ªticos. Durante a?os hemos suspirado por parecernos a Europa, y muy esforzados gobernantes nos fueron acercando cada vez m¨¢s a la Europa que estaba vedada al franquismo ac¨¦rrimo que jam¨¢s abraz¨® de grado una libertad o un arrepentimiento. Y cuando ya estamos en Europa y queremos ser como esa sociedad por la que suspir¨¢bamos, empiezan a desenchufarnos; desenchufan la investigaci¨®n, los erasmus, desenchufan el cine (la campa?a contra el cine montada en este pa¨ªs con tanta frecuencia es de una enorme irresponsabilidad cultural), y ahora tratan de desenchufar, con la autoridad que da el dinero, la propia televisi¨®n del Estado. Antes de construir (o de reconstruir) el Estado, quieren romper algunas de las cosas que lo vertebran. Dec¨ªa V¨¢zquez Montalb¨¢n que la columna vertebral de Espa?a la constitu¨ªan El Corte Ingl¨¦s y la Guardia Civil. Y la Carta de Ajuste. Juan Jos¨¦ Mill¨¢s fue enviado por este peri¨®dico a una provincia espa?ola, y lo primero que hizo el taxista que lo condujo, buscando sitios propios del lugar, fue llevarlo a la sede de El Corte Ingl¨¦s.

Bromas aparte, Montoro ha puesto en un rasero muy preciso a los profesionales que gestionan los recursos de la radiotelevisi¨®n p¨²blica en un momento procesal delicado: cuando m¨¢s debilitada est¨¢ la instituci¨®n y cuando de manera m¨¢s sistem¨¢tica se ha tratado de derrumbar el edificio creado hace dos legislaturas para evitar que el poder pol¨ªtico domine sobre la gesti¨®n profesional de los medios. Pero el ministro no habl¨® de lo que m¨¢s suele preocupar a los pol¨ªticos, la informaci¨®n; habl¨® del entretenimiento. Como si el entretenimiento fuera el pecado original al que habr¨ªa que renunciar para que el pa¨ªs se levantara de su aguda crisis econ¨®mica. Y si se acaba el buen entretenimiento, el que ha hecho (tambi¨¦n) insustituible a la BBC, pues apaga y v¨¢monos a negro.